EL-SUR

Lunes 13 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Opinión

De buenas y malas noticias

Eduardo Pérez Haro

Marzo 22, 2016

Para Yaz y Muc.

La semana pasada, en un evento del sector turismo, el presidente Enrique Peña Nieto se dio a explicar que cuando se tienen buenas cifras hay que mostrarlas, que el gobierno no tiene porqué esconderlas, dicho sea en abierta confrontación con quienes han señalado el extravío y debilidades del régimen en curso, que él encabeza, y el descrédito del que es objeto.
Efectivamente el presidente Enrique Peña Nieto se ha incomodado como en aquellos días en el que tristemente célebre presidente Fox se quejaba de los periódicos porque sólo daban malas noticias, y éstos no hablaban de las buenas cosas que pasaban, al grado que optó por no leer los diarios y así lo recomendaba para toda la población, pobre hombre, qué podemos decir de las aventuras y peripecias de su boca, lo lamentamos mucho y con mucha pena ajena.
Efectivamente, el presidente Peña Nieto lleva razón en no estar a gusto ante el declive imparable de su aprobación como lo muestra la encuesta del 14 de marzo de este año que fue publicada por el periódico El Universal, pues su nivel de aprobación descendió de 56 por ciento a 32 por ciento en lo que va del sexenio (de febrero de 2013 a marzo de 2016), mientras la opinión de los mexicanos que lo reprueba pasó del 29 por ciento al 56 por ciento en el mismo periodo.
Además, podrá entenderse que el declive de la línea de aprobación visto desde la identidad partidista responde al de los priistas, pues los panistas, perredistas e independientes no han modificado su parecer, de manera que es comprensible que no esté contento, pero con esto último es probable que habrá de preocuparse, pues entre las consecuencias no sólo destaca su descrédito sino el de sus colaboradores con su mayor simpatía e interés para sucederle en el cargo, como son Luis Videgaray y Aurelio Nuño, a quienes sin mérito alguno que no sea el de su habilidad política y mediática, se los está comiendo Osorio Chong, su aliado más importante, pero no de la familia del afamado chorizo power.
Entre los elementos de mayor descrédito que señala la encuesta están, aunque usted no me lo crea, en primer lugar las benditas reformas estructurales, seguidas del aumento de precios y la devaluación del peso frente al dólar, por supuesto la inseguridad, la violencia y el narcotráfico y la privatización referida como vender al país, para cerrar con la corrupción y Ayotzinapa, y por si faltara algo, el avión presidencial como cereza para coronar el pastel de su desastre.
La lista agrega pobreza, desempleo y de postre el Chapo cuya reaprehensión no parece haber subsanado el efecto de la fuga, qué lástima, eso si es estar mal y de malas. Pero por qué enfadarse, antes no se ha reventado la cuerda y las cosas no se han desbordado, o acaso las noticias del turismo o el exitoso desempeño de la industria automotriz pueden pretenderse como indicadores para satisfacer las expectativas de la población.
O cuando lo único que les dejan son las elocuentes expresiones de la maestra Legorreta, que obedientemente leyó con su colega los telepronters, que la oficialidad introduce subrepticiamente a manera de razonamiento natural de los afamados del canal de las estrellas, y les dice que digan que la devaluación no afecta, sino al contrario porque las remesas de nuestros paisanos ahora valen más.
Lo cierto es que el discurso ya no haya en dónde recargarse, y más cierto resulta que las cosas no andan bien, aunque haya estos pequeños respiros en el precio del dólar o del petróleo que no sirven para reponer la amplitud y la fuerza de los daños que se han venido sucediendo en los últimos años, amén de su efímera circunstancia
Apenas hace poco más de dos semanas, el Banco de México (Banxico) recortó su pronóstico de crecimiento de la economía del país para este año, a un rango de entre 2 por ciento y 3 por ciento, de acuerdo con su informe trimestral octubre-diciembre 2015, y también bajó su estimado de crecimiento para 2017, a un rango de 2.5 por ciento y 3.5 por ciento desde un 3 por ciento a 4 por ciento previo.
“La economía mundial ha sido lo que ha inducido esta revisión y más que nada la revisión a la baja en el pronóstico de producción industrial para Estados Unidos”, dijo el gobernador de Banxico, Agustín Carstens en la presentación del informe; en tanto que Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) baja el pronóstico de crecimiento de la Unión Americana de 2.4 a 2.2 por ciento en este 2016, y el objetivo de inflación del 2.0 por ciento lo manda hasta el 2018.
El Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero (CESF), presidido por el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, y en el que participa Agustín Carstens, gobernador del Banco de México además del el subsecretario de Hacienda, dos subgobernadores del banco central, los presidentes de las comisiones Nacional Bancaria y de Valores, Nacional de Seguros y Fianzas, Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro y el secretario ejecutivo del Instituto Para la Protección al Ahorro Bancario, alertó de que la actividad global puede debilitarse más y bajar precios de materias primas, con lo que los inversionistas podrían sacar sus capitales, y presionar la moneda y las tasas de interés.
En correspondencia con esto, la importante empresa financiera JP Morgan advierte que para junio habrá nuevo aumento en las tasas de interés, con lo que se prevé que para diciembre de este año México esté en 4.25 por ciento y Estados Unidos en 1.0 por ciento, y aunque el mayor porcentaje de la deuda total del país no esté en dólares, lo cierto es que impacta sobre la tercera parte de una deuda total que se ubica alrededor de 8.5 billones de pesos (cerca del 50 por ciento del PIB).
Con eso es suficiente para estar en déficit dentro de la balanza de pagos y mientras el precio del petróleo no tenga una perspectiva de recuperación a los niveles de hace un año, que no la tiene, el endeudamiento tampoco parece tener límite, ya sea para el pago de los propios intereses, ya sea para subsanar el gasto presupuestal que fue calculado sobre otra base de ingresos petroleros muy distante, no sólo del precio del barril sino del quiebre técnico de Pemex que, con todo y el recorte de 100 mil millones de pesos, ahora reclama cantidades muy altas de apoyo para seguir a flote y que serán de la banca de desarrollo pues la ostentosa banca privada más bien reporta quejas por adeudos no sufragados, y si acaso se dispone lo hará del lado de la privatización, pero no del Estado, de este tema nos encargaremos más adelante.
En fin, que nadie le está inventando cosas ni malas noticias al Presidente, y todos los funcionarios lo saben y lo dicen aunque en público ofrezcan consonancias con la afición presidencial de decir que no pasa nada, que la economía mexicana está sólida y que tenemos varias medallas de reconocimiento, pero los mexicanos, aunque no rebeldes precisamente, de a pie y de carro, cuando se les pregunta a boca de jarro se les sale decir la verdad, y no están de acuerdo con el presidente Peña Nieto aunque no le guste.
Cuando la misma encuesta de El Universal le pregunta a la gente, ¿usted cree que el presidente Enrique Peña Nieto tiene bajo control los problemas del país o usted cree que los problemas del país están rebasando al presidente Enrique Peña Nieto? La respuesta es contundente el 17 por ciento opina que los tiene bajo control, mientras que el 77 por ciento opina que los problemas lo están rebasando.

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