EL-SUR

Miércoles 08 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Opinión

De facciones, defecciones y abyecciones

Silvestre Pacheco León

Octubre 22, 2018

 

Si se ha de dar por cierto que la facción perredista Nueva Mayoría es la dominante en el Partido de la Revolución Democrática en Guerrero, la realidad superó a la imaginación sobre el triste final de ese partido que se nutrió de lo más lúcido y sacrificado de la militancia de izquierda en la entidad.
La pena no es menor si se recuerda que fue en este mismo estado donde el PRD nació como partido nacional en las elecciones locales de 1989, y también aquí donde recibió su baño de sangre como bautizo a que lo sometió el inteligente y exquisito represor José Francisco Ruiz Massieu, el gobernador que quiso hacer en Guerrero lo que su cuñado Carlos Salinas de Gortari no pudo a nivel nacional.
En este final de enterradores conviene tener en la memoria a tantos luchadores sociales muertos, golpeados y encarcelados, que se sacrificaron soñando que su partido jamás rendiría sus banderas luchando contra la desigualdad y la injusticia.
También a los que marcharon incansables en las grandes caminatas de protesta contra el fraude electoral de 1988 y 1989 sin más armas que las de la razón y algunos garrotes que supieron blandir cuando los policías antimotines no les dejaron otra alternativa.
Por los guerrerenses y las guerrerenses que se propusieron en ese partido conquistar una sociedad sin caciques ni fraudes y quienes en un gesto de audacia ejemplar tomaron plazas y de ahí palacios municipales para defender desde ellos su causa que sigue siendo la nuestra.
Por la memoria de todos ellos y también de los perredistas que trataron de dignificar el poder del pueblo gobernando con decoro desde los cargos que alcanzaron sin jamás perder el piso, conviene atraer al presente el recuerdo del pasado para lamentarnos del triste fin que tiene aquel partido que guardó nuestras esperanzas de cambio y que perdió en manos de vivales el amplio camino del porvenir.

Defección

En cinco párrafos, en menos de una cuartilla, el 15 de octubre del 2018 la facción que se dice mayoritaria dentro del PRD anunció su defección en la lucha política dentro del terreno de la izquierda, para rendirse públicamente a favor del gobierno priista de Héctor Astudillo Flores, llamando a todos los guerrerenses a formar un solo equipo con quienes nos gobiernan, para caminar de su mano porque “Guerrero nos necesita a todos” (Así terminan su desplegado los enterradores del aguerrido perredismo).
La facción que dirige el ex presidente municipal de Acapulco, Evodio Velázquez, dejó de ver pronto en la figura del gobernador del estado a un opositor, representante del viejo y caduco modelo de gobierno que –decía- obstruyó su gestión y lo llevó a tal descrédito que ni siquiera pudo presentarse al acto protocolario para traspasar el poder municipal que ostentó, a su sucesora en el cargo.
En una larga lista que ocupa la mayor parte de la plana con los nombres de los integrantes de su corriente, donde resaltan los que desempeñaron y desempeñan algún cargo de representación popular o liderazgo en el PRD y fuera de él, Nueva Mayoría anunció su defección, como se le llama a la renuncia de continuar en la su lucha, para rendirse al enemigo en quien ahora ve tantas virtudes, que manifiesta públicamente su disposición a seguirlo cuando él lo disponga, y para que no haya yerro en su conducta lacayuna se dice estar dispuesta a ir de su mano, manifestando que tiene disposición para recibir instrucciones más precisas cuando él se digne a dictárselas.
La Nueva Mayoría del PRD termina su desplegado tratando de convencer y de convencerse de que ahora, (después de haber perdido la joya de la corona que es Acapulco) su mayor preocupación como corriente consiste en “que le vaya bien a nuestros estado”, frase que retoma de una malograda declaración pública de Héctor Astudillo en la que el gobernador dijo estar más ocupado en que le vaya bien al estado que en andarse peleando con políticos, como si sus enfrentamientos contra el obispo Salvador Rangel y el ex presidente municipal de Chilpancingo (por mencionar los más desastrosos) no lo desmintieran.
abyección

Se entiende que con esa impostura Nueva Mayoría está dispuesta a pagar lo que sea necesario para detener una acción legal que el propio ex presidente municipal teme que el gobierno del estado enderece en su contra por el desaseo que tuvo su gestión, pero lo que resulta inentendible es que sus seguidores se dejen arrastrar en esa actitud que los deja sin decoro.
No deja de dar pena, por otro lado, que esos cientos de perredistas firmantes del desplegado en vez de estar empeñados ahora en construir la gran alternativa de izquierda, fortaleciendo las iniciativas en el congreso local para alcanzar la Cuarta Transformación del país, que pasa por ganar la gubernatura, estén entregando al mejor postor todo aquel capital político que acumularon en aras de salvarle el pellejo a quien dilapidó lo ganado, pues como dice su ex compañero Vladimir Aguilar, el secretario de Operación Política de la dirección nacional y dirigente hasta el viernes del Foro Nuevo Sol: el PRD se apartó del origen “fundacional” democrático y “claudicó en su relación con el poder”.
Triste fin el del PRD.