EL-SUR

Jueves 30 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Opinión

De la A a la Z pasando por la P

Maria Luisa Garfias Marin

Febrero 01, 2005

 

 María Luisa Garfias Marín  

Ante la importancia de los acontecimientos políticos electorales que se están viviendo en nuestro estado de Guerrero, he decidido hacer esta colaboración. Los objetivos son evidentes por el título de la misma, pero creo es necesario dar a conocer mis puntos de vista en torno a ellos, a pesar de que sean ya escasos los días para la jornada del 6 de febrero.

Esta elección para gobernador de Guerrero, se presenta como una gran oportunidad para                                 las fuerzas democráticas. El gran reto de ganar las elecciones, conquistar el gobierno y abrir paso a un proceso de ruptura democrática con el viejo sistema caciquil, corrupto, antidemocrático y represivo del priísmo, está hoy en nuestras manos; en todas y todos aquellos que hemos vivido las consecuencias del régimen en nuestro estado: impunidad, represión, secuestro, desaparición, tortura, masacres como Aguas Blancas y El Charco, etc. La unión de nuestras fuerzas, como ciudadanas y ciudadanos, debe sumarse a la de los partidos políticos y organizaciones                                 que con Zeferino Torreblanca Galindo están librando una lucha social por la democracia y la libertad que históricamente el pueblo de Guerrero ha abanderado desde la independencia y la Revolución Mexicana. Estoy conciente de que lograr esta unidad en torno al candidato que representa nuestra aspiración, significa superar las barreras y escollos que el mismo gobierno y su partido, el Revolucionario Institucional, nos quieren imponer, utilizando un sin fin de medidas para detener la avalancha por la democracia. Que van desde amenazas a las y los trabajadores del mismo gobierno estatal, para que obligadamente sus votos sean para su candidato, el senador con licencia, Héctor Astudillo Flores, hasta las mil y una mentiras e intromisiones a la vida privada del candidato del Partido de la Revolución Democrática y otros –entre los cuales estamos indiscutiblemente una inmensa mayoría de la sociedad civil.

Sin embargo, la euforia del próximo triunfo de las fuerzas democráticas –nuevamente las y los sin partido, los partidos y las organizaciones sociales– aquí en Guerrero no deben hacernos perder la cabeza, esta debe mantenerse en su lugar, porque la suma de las fuerzas hacia Zeferino Torreblanca Galindo                                 no es, ni debe ser un cheque en blanco. Este, lleva escrito y no debe olvidarse, los sueños y las aspiraciones que las mujeres y los hombres del campo y de la ciudad anhelamos, desde Genaro Vázquez, Lucio Cabañas, Benita Galeana y tantos otros hombres y mujeres de este estado sureño: la justicia, la                                 democracia, la libertad y la igualdad.

La suma de fuerzas que Zeferino Torreblanca Galindo ha logrado a lo largo de su campaña, es principalmente en torno a un programa de lucha claramente antipriísta y no antineoliberal, por lo que la incorporación de amplios sectores de la población pertenecientes a niveles socioeconómicos bajos, exige para el próximo gobernador, un plan de gobierno que satisfaga las demandas de empleo, salarios justos, créditos, servicios, educación, salud y respeto a los derechos humanos. Un gobierno para las y los guerrerenses, y de las y los guerrerenses.

Sabemos a ciencia cierta, para no hacernos tampoco miles de ilusiones, que Zeferino como gobernador, no tendría la varita mágica para cambiar de la noche a la mañana la situación económica y social de nuestro estado, que lo remite nacionalmente a los últimos en desarrollo humano; cuyas                                 riquezas han sido saqueadas con el visto bueno de los que han detentado el poder desde hace 70 y tantos años: minas de oro y plata en manos de empresarios extranjeros, cuyos trabajadores sólo se han enriquecido con el polvo, los gases y la tierra de estos yacimientos; áreas forestales cuyos taladores han gozado de la impunidad, destruyendo con ello la vida misma; tierras ejidales, acaparadas por grandes empresarios , mientras las y los campesinos se debaten entre la pobreza y la miseria. Por ello,                                 cambiar a Guerrero a partir de una política de justicia social y económica, debe ser lo prioritario para el nuevo gobierno que se nos avecina. Para eso es necesario convocar a todas las fuerzas políticas democráticas –ya no digo de izquierda, porque estas serían contadas con la mano– y económicas del estado, para conformar un gran frente ciudadano que junto con el gobernador, el CP Zeferino Torreblanca Galindo, se involucre en la elaboración de propuestas, seguimiento y evaluación de las políticas públicas, para lo cual, se deben establecer sin discusión alguna las iniciativas planteadas para el poder popular, como son el plebiscito, el referéndum y la iniciativa popular, en la Constitución Política del Estado de Guerrero.

Las cosas es verdad no se ven fáciles, pero necesitamos estar ahí, involucrarnos, para que con nuestro voto el 6 de febrero, iniciemos todas y todos la construcción de una verdadera democracia en Guerrero, la cual lo sé, solamente alcanzaríamos cuando mujeres y hombres gocemos de bienestar económico y social, con una vida libre de violencia y de respeto a la diferencia, para ello debemos trabajar, y esto sabido es, no lo cambiará ningún candidato o candidata, para ello tendremos que mirar más allá de estos o estas y retomar nuestras viejas esperanzas de instalar con la lucha un nuevo régimen económico y social. Coloquemos realmente la primera piedra, votemos por Zeferino este 6 de febrero.