EL-SUR

Sábado 11 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Opinión

De la producción a la industria (II)

Eduardo Pérez Haro

Agosto 27, 2019

Para Política en Plural.
Por sus 15 años.

El capital no es otra cosa que la reunión del trabajo con la fábrica o negocio, se asocia al dinero como sinónimo porque en la práctica aparece como punto de partida para llevar a cabo la producción de mercancías que al venderse recuperan el dinero invertido en el pago de salarios y se obtiene una ganancia, pero en sentido estricto el dinero no es capital sólo es dinero y se traduce en capital cuando entra en movimiento para llevar a cabo la producción y el comercio del producto.
El tema del crecimiento se funda en la reproducción ampliada del capital. Una función que ofrece empleo-salario como mecanismo de distribución del ingreso. En teoría económica ingreso es igual a producción y producción es igual a ingreso. El corolario y moraleja, consecuencia y lección, es que la producción de mercancías es el medio por el cual los trabajadores accedemos a una parte del ingreso y la ganancia que hace la otra parte, amén de cubrir los consumos del dueño retorna al proceso de producción y comercio en una escala mayor. La fábrica crece.
Esta lógica de funcionamiento por ser simple y lógica, valga la redundancia, ¿es justa? La respuesta es, no, no lo es. Porque el salario equivale sólo al costo de reproducción de la energía del trabajador y lo demás se queda para sustanciar la ganancia, que, a pesar de no ser ni por mucho equitativa respecto del salario, de no darse en este esquema el proceso de producción se trunca y con ello se complica la reproducción social de los trabajadores y los patrones. De manera que la naturaleza del esquema de producción y comercio se plantea como necesario, aunque no sea justo de por sí.
Estas son las reglas en la lógica del capital y, por ahora, no hay otras. Por supuesto el esquema adquiere mayores dimensiones y complejidad de la que aparece en esta somera expresión, pero en sentido estricto no es menester ahondar en ello. La razón de explicitación del esquema responde a la necesidad de plantear la importancia de la producción en la distribución del ingreso. La fábrica entendida como la planta productiva de una comunidad o país crece o fenece, no tiene manera de mantenerse bajo otra lógica porque no existe aislada sino en presencia de otras fábricas o países que están dispuestos a cubrir a cualquier ausente o rebasar a cualquier adormilado.
De manera que el crecimiento económico que se fundamenta en la reproducción ampliada de la fábrica, esto es, del capital, se perfila como una condición sine qua non, de la reproducción social, ciertamente bajo un esquema de inequidad y desigualdad entre el salario y la ganancia, y sin embargo… pues, parar la fábrica, frenar la producción es suicida. Y no hay otro esquema.
Me dirán que la economía campesina no está en esa lógica o que las cooperativas presuponen otro método, o que la economía social se mueve de otra manera, con lo que estamos de acuerdo pero los términos de la competencia es para todos y su posibilidad es más limitada, lo cual no me lleva a desestimar su presencia y pertinencia, ya hablaremos de ello en otra oportunidad, pero, en principio, tenemos que colocarnos en la discusión general de las formas preponderantes de la reproducción para hablarnos con la realidad más extendida en la que se juega la suerte de los más.
Esto significa, que no podemos apartarnos de procurar el crecimiento económico y de poner sobre la mesa la discusión sobre el salario cuya dimensión o tamaño nos representa la dimensión y tamaño de los satisfactores a los que tendremos acceso. Crecimiento y distribución del ingreso. Este es el tema y los términos de los que tenemos que hablar y discutir. Entre nosotros para acoplar entendimientos, ordenes de magnitud y los compromisos que nos significan, hablar de ello con los patrones y con el Estado-gobierno. Es el tema de temas y nadie puede escapar a lo concurrencia de los entendimientos, es la base de su mejor procuración, pues de otra manera deviene desarreglo y desencuentro en detrimento de todos.
Luego entonces cabe preguntarse ¿qué tendría que hacerse para resolver una manera de procurar el crecimiento económico? esto es, el funcionamiento y ampliación de la fábrica, entiéndase como negocio agrícola, industrial o de comercio, cualquiera que sea, en este nivel de definición de los términos del problema podemos pensar en cualquier negocio. Regresando a la pregunta, efectivamente, podemos imaginar que en principio se requiere definir el giro del negocio, que, para que lo sea habrá que imaginar lo que sí se pueda y sea necesario para la gente, casi atractivo, el dinero de inversión, el lugar accesible, los trabajadores de oficio y hasta la promoción del producto o servicio. Pues bien, el dueño de un dinero suficiente puede idearlo, los trabajadores podemos prepararnos en las habilidades y destrezas que se requieran y el gobierno ayudar en la infraestructura de acceso.
Esto implica el dinero para echar a andar la iniciativa, puede ser dinero propio del dueño o un crédito, infraestructura de acceso y servicios amén de la preparación de la mano de obra donde la acción del Estado-gobierno es decisiva y la concurrencia de los trabajadores, sólo faltaría cuidar el riesgo de no ir a una aventura donde descubramos que los costos no nos dan margen para el pago de salarios y una ganancia promedio, y lo peor que vayamos a una actividad ya copada por otros que se adelantaron, porque eso, implica nacer muertos.
Dicho lo anterior llevémoslo a la escala del país y pensemos una cuestión fundamental en qué grado y condición se cumple esta reunión de condiciones, imaginando cada uno de los sectores agrícola, industrial y de comercio de la economía nacional, en qué subsectores y ramas, para arribar al nivel de productos, veámoslo por regiones y subregiones, y filtremos con la balanza comercial, revisemos los indicadores macroeconómicos, de tipo de cambio y tasa de interés, además de las obligaciones fiscales. Y no olvidemos una cuestión de la mayor importancia, cualquiera que sea el negocio pasa por checar las condiciones de precio de costo y precio de venta, que están alineados a precios internacionales.
Podemos encontrarnos que la cuestión se torna menos sencilla de lo que pudimos imaginar en un principio, y, sin embargo, por aquí tenemos que transitar. El Estado-gobierno, puede resultar determinante, el sector privado resulta imprescindible y sin los trabajadores no hay nada. Tal vez se podría empezar por reconocer qué piensan y qué están haciendo cada unos de estos actores colectivos, avancemos en el reconocimiento de un punto de partida: el crecimiento económico no es un asunto postergable porque los demás países están en ello y no la tienen fácil como tampoco México. Reconocer las dificultades del entorno y las necesidades propias al respecto puede ayudarnos a trazar el camino.

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