EL-SUR

Martes 23 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

DE NORTE A SUR

Silber Meza

Julio 11, 2020

Facturas falsas, el fraude más grande del país

 

Si de algo podemos tener certeza hoy es que el modelo de facturación falsa, el de las empresas fantasma o de papel, no fue práctica exclusiva de un gobierno, sino que se repitió por todo el país. Es probable que no exista una institución pública donde no se haya registrado, al menos, una factura falsa.
El recurso se ha utilizado de forma indiscriminada, tanto que llegó a representar 1.4 por ciento del Producto Interno Bruto de México, según reportó el Sistema de Administración Tributaria. La práctica se utiliza para justificar gastos menores que no se realizaron, o para saquear millones de pesos.
Ya hemos conocido casos en Veracruz, Guanajuato, Puebla, en la Sedena y en universidades. Ahora les platico sobre el reportaje Frontera de papel: desvíos de empresas fantasma en el norte de México, realizado por la periodista Miriam Ramírez, colaboradora de Iniciativa Sinaloa, escrito como parte del programa Hub de Periodismo de Investigación de la Frontera Norte, un proyecto del International Center for Journalists.
Tuve la oportunidad de colaborar en el acompañamiento de esta investigación que revela que entre 2014 y 2019 gobiernos de estados y municipios fronterizos del norte de México facturaron, al menos, 2 mil 628 millones de pesos. Y para ello utilizaron 536 empresas fantasma.
La práctica de posibles desvíos de recursos involucra a las administraciones estatales de Baja California Sur, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, así como 28 municipios de esos estados y de Baja California, Sonora y Chihuahua.
El mecanismo, se expone en el reportaje, consistió en retirar dinero público por vías presuntamente legales, pero que al paso del tiempo se confirmó que en realidad fueron defraudación fiscal. No es un modelo de corrupción asociado a un solo partido político, tampoco a un gobierno: es un tema de nuestra clase política y privados que se confabulan para extraer el dinero público.
Es cuestión de tiempo que conozcamos estas empresas en Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Ciudad de México y el resto de los estados de la República mexicana.
Para la operación de la frontera norte se utilizaron 15 mil facturas. En ellas anotaban conceptos como diseño de revistas, cuadernillos sobre violencia intrafamiliar, compra de cemento, compra de croquetas para perro, recursos humanos, tapicerías, adquisición de computadoras, contratación de cursos para aprender a utilizar apps, entre muchos otros.
¿Ninguno de los servicios o productos se entregaron?, es una de las preguntas más frecuentes cuando se revisa esta práctica ilegal. Y sí, probablemente algunos de ellos sí se hayan realizado o entregado, pero el Servicio de Administración Tributaria (SAT) no los reconoce porque al calificar a una empresa de fantasma –el nombre técnico es EFOS: Empresa que Factura Operaciones Simuladas– le pierde la confianza y determina que todas sus facturas son apócrifas.
Para que el SAT llegue a determinar a una empresa como EFOS se pasa por todo un proceso donde se le avisa mediante diversas vías de su situación y se comprueba que el contribuyente emite facturas sin contar con activos, personal, infraestructura, capacidad material o que no está localizable. Entonces el SAT lo coloca en su lista definitiva.
En el reportaje se informa que la data presentada fue proporcionada por la Administración General de Servicios al Contribuyente del SAT a través de 13 solicitudes de acceso a la información pública.
De la información obtenida destaca Tamaulipas, con mil 289 millones 513 mil pesos en facturas falsas. Se demostró en el reportaje que en la zona noreste existen varias empresas que facturan tanto en Tamaulipas, como en Nuevo León o Coahuila.
Un EFOS que llamó la atención se encuentra en Baja California Sur, donde un presunto sindicato que se dice afiliado a la Central de Trabajadores de México (CTM) y fue considerado fantasma tuvo una facturación de casi 8 millones de pesos.
En 2019, con el cambio de gobierno, el registro de empresas fantasma decayó considerablemente. Es probable que se deba al anuncio del aumento en la penalidad de la falta: la convirtieron en delito grave. Esto no quiere decir que el problema se eliminó, sino que ahora será más complicado y más riesgoso hacerlo.
En los modelos de facturación falsa analizados hay indicios de que grupos criminales del narcotráfico se han introducido a este negocio, y esos serán los más complejos de erradicar.