Hay semanas que pasan como un suspiro. La vorágine informativa apenas deja espacio para la reflexión. Las noticias se agolpan una sobre otra y los encabezados, principalmente en las páginas de internet, se suceden con notas nuevas que hacen que las que hace sólo un segundo era nota de ocho, se pierdan en la maraña informativa y difícilmente alcancen lugar en las páginas impresas de los periódicos.

Así ocurrió con el boletín informativo de “última hora” que informaba sobre el humo blanco que manaba de la Capilla Sixtina. Durante poco más de cuarenta minutos, la noticia era el humo blanco hasta que el nombre del nuevo Papa hizo que la información sobre el simpático humo más bien grisáceo, pasara al olvido ante el anuncio del nuevo obispo de Roma.

En Ecuador, el coronel Lucio Gutiérrez, amigo cercano del alcalde de Acapulco, ha sido depuesto a tan sólo dos años de haber sido elegido democráticamente. La inestabilidad en la región parece ser un fantasma que se niega a desaparecer.

En el plano nacional, la Presidencia de la República ha decidido inaugurar su propia versión de las conferencias mañaneras y desde las 7 y media, el comandante Aguilar comienza a disparar plomo y a hablar sobre el monotema del que supuestamente ya no iban a hablar: Andrés Manuel López Obrador.

Nuestro paisano perseguidor Vega Memije, consignó por fin ante el juez el expediente de López Obrador. Extrañamente, no solicitó una orden de aprehensión sino de presentación, debido a que dos traviesos y aviesos diputados panistas –que vaya usted a saber dónde ni como consiguieron la información– habían pagado ya una garantía de 2 mil pesos que el acusado no pidió y ahora rechaza. En la conferencia de prensa, el subrocurador Vega Memije lució nervioso y molesto. Parece haberse dado cuenta ya de que él también ha sido títere de intereses superiores.

Habemus Papam. El pastor alemán Joseph Ratzinger ha sido electo Papa. Benedicto XVI presagia un juanpablismo sin Wojtyla, sólo que –si posible– más a la derecha. Todos los que anhelábamos un giro de la Iglesia romana hacia posiciones más cercanas a la tierra, podremos seguir esperando. El teólogo Hans Kung, piedra en el zapato del Vaticano, ha pedido que pese a todo, se le otorgue al nuevo pontífice el beneficio de la duda. Muchos recuerdan que Juan XXIII, el Papa Bueno, fue elegido como papa de transición y más bien conservador. Nadie esperaba que aquel bonachón hombre revolucionaría la Iglesia católica con la convocatoria y realización del Concilio Vaticano II. La Iglesia católica necesita hacer un profundo ejercicio de autocrítica. El número de católicos desciende sostenidamente incluso en América Latina, antiguo bastión de Roma. La marginación de la mujer y la estrechez de miras en cuanto a los temas de las minorías, hacen que las ovejas busquen urgentemente guías que les escuchen y las arropen. A manera de saludo al Guardián del Dogma, el Parlamento español aprobó ayer el matrimonio civil entre personas del mismo género.

Los bosques y la selva guerrerenses, ajenos a los fuegos de la política, libran su propia guerra ante los incendios forestales que atacan implacablemente. Al momento de escribir estas líneas, un densa nube de humo tapa el sol en el valle de Chilpancingo. Un terrible incendio ataca el parque de Omiltemi. Muchas veces, cegados por el humo de la política, dejamos de ver que alrededor de nosotros tenemos problemas más importantes y apremiantes a los que pocas veces les prestamos la atención necesaria.

Andrés Manuel inicia una gira antes de intentar regresar el día 25 a su oficina. En Villahermosa y Guadalajara, lo reciben multitudes y es de esperarse que el sábado ocurra lo mismo en Acapulco. Los que creían que el fenómeno de Andrés Manuel se circunscribía al área metropolitana, se han equivocado. Ahora mismo, la lucha de López Obrador representa la lucha de muchos millones de mexicanos agraviados por el poder. Esta no es una competencia ni un plebiscito sobre el desempeño del tabasqueño al frente del gobierno de la ciudad de México. Como dice un amigo, “todos somos Andrés Manuel, y eso que lo aborrezco”. Esta es la lucha por la esperanza, por la legalidad –no confundir con aplicación a modo de la ley ni con la justicia de barandilla– y por la democracia. Apoyar a López Obrador no significa otorgar cheques en blanco. Apoyar a López Obrador no significa estar de acuerdo en las extrañas formas en que muchas veces se conducen los acólitos del tabasqueño. Apoyar a Andrés Manuel no significa estar de acuerdo con el corporativismo de los bejaranos ni con las anquilosadas estructuras de un PRD que necesita transformarse para lograr el futuro. Apoyar a Andrés Manuel es sencillamente defender el derecho de los ciudadanos a elegir y ser elegidos en plena libertad.

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