EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

De todo, como en botica  

Abelardo Martín M.

Junio 19, 2018

Combinar temas puede parecer ocioso, inútil o fallido, porque puede argüirse que agua y aceite son diferentes y no se mezclan. Pero en la realidad, la vida misma siempre lleva juntas alegrías y penas, éxitos y desafíos o fracasos; se cierra una puerta pero se abre una ventana. Así es lo cotidiano.
Por una parte, despierta optimismo y euforia el que la Selección Mexicana de futbol haya escrito una página destacada en la historia del balompié al vencer al campeón del mundo Alemania. Sin embargo, este triunfo loable, reconocido y muy bien valuado, no significa que el futbol mexicano, de pronto, se ubique entre los mejores del mundo. “Una golondrina, no hace verano”, dice el refrán popular. Felicitaciones a quienes contribuyen a este acontecimiento, pero ojalá y eso se convirtiera en una constante y la pauta a seguir, no sólo para el futbol, sino para el país en su conjunto.
Las elecciones por efectuarse tienen crispado al país, y el triunfo de México en el futbol es una bocanada de oxígeno frente a la violencia que es el rasgo más destacado de estos comicios. Casi 120 candidatos han sido asesinados, y la mayoría de los analistas políticos saben que quien tiró la primera piedra en este clima, fueron las políticas equivocadas de los presidentes Fox y Calderón. El primero inició la campaña sucia contra Andrés Manuel López Obrador. El segundo, por su lado, atizó la hoguera de la violencia y continuó con la campaña de desprestigio del hasta hoy candidato puntero a la Presidencia de la República.
Por eso, no debiera sorprender que el asunto de Ayotzinapa también quepa en esta colaboración, en tanto que ocurrió en Guerrero, en donde El Sur ha sido el líder en la crónica de omisiones, fallas y equivocaciones de las distintas administraciones en los últimos tiempos.
A casi cuatro años de la desaparición de los 43 normalistas en Iguala, la verdad parece cada vez más incierta y la justicia más lejana.
En la reciente resolución un tribunal federal echa por tierra la investigación oficial, ordena reponer el proceso y establecer una Comisión de la Verdad, a la que se han sumado otras sentencias de diversos jueces, que inclusive otorgan autos de libertad a varios de los detenidos. A éstas había antecedido un informe de la Organización de las Naciones Unidas que también documentó múltiples irregularidades, aunque sus conclusiones fueron desestimadas por el gobierno mexicano, que las consideró prematuras, y sus resultados insuficientemente sustentados.
El denominador común es que las detenciones fueron arbitrarias, hubo diversas violaciones a los derechos humanos y los testimonios fueron obtenidos mediante torturas, por lo que carecen de valor jurídico. Por supuesto, el caso no está cerrado. Es previsible que la Suprema Corte emita los laudos definitivos.
En Guerrero continúa también la vida cotidiana y la problemática de inseguridad que se refleja en el cierre de la planta embotelladora de Pepsi Cola en Ciudad Altamirano, resultado de la extorsión según la vox populi. Hace apenas tres meses la otra gran refresquera, productora de Coca Cola en la región, había también cerrado sus puertas.
Posiblemente oponer resistencia a estos pagos es lo que motivó el asesinato de la tripulación completa de una camioneta repartidora en el camino a Tixtla, cerca de Chilpancingo, hace unas semanas. Otras empresas sufren el mismo problema.
Al dejar de operar estas distribuidoras, se reduce la actividad económica local, se pierde un número significativo de empleos, y se cancela la posibilidad de que haya nuevas inversiones. Con ello, la violencia y la impunidad se convierten en factores de un mayor empobrecimiento en la entidad.
En ese panorama sombrío, una noticia hace reflexionar en que la persistencia y la resistencia pueden hacer que la justicia llegue, aunque sea tardía. Dos militares que en 2002 violaron a Valentina Rosendo, una indígena me’phaa, en aquel momento menor de edad, en una comunidad del municipio de Acatepec, fueron finalmente sentenciados a 19 años de prisión, en un caso en que la víctima obtuvo una resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, por la cual se condenó al Estado mexicano a castigar a los responsables, ofrecer una disculpa pública, y a la reparación del daño.
En menos de dos semanas, los ciudadanos guerrerenses, al igual que el resto de los mexicanos, tendremos la oportunidad de emitir nuestro voto y determinar con ello el rumbo que queremos para nuestro país. Es el momento de usar el principal instrumento de la democracia para propiciar el cambio y generar posibilidades de desarrollo, justicia y paz. No lo desperdiciemos, es la voz que se escucha en todo el estado.
Luz y sombra, alegrías y tristezas se combinan y hacen de este momento histórico una oportunidad invaluable. Así como fue posible romper el paradigma de la derrota de la selección de futbol, sea posible romper el paradigma de malos gobiernos priistas, panistas y perredistas que ha sufrido el país en los últimos tiempos. Falta ya muy poco para celebrar la decisión.