EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Desafíos externos

Héctor Manuel Popoca Boone

Mayo 25, 2019

México no puede existir como ínsula, ni tampoco es autosuficiente en todos los ámbitos; como para darse el lujo de no depender de nadie o evitar situaciones que en la actualidad escapan a su control. Sobre todo, si son fenómenos que se presentan a nivel mundial e impactan de diferente forma a cada una de las naciones. En la medida que podamos sortear con buenas políticas de gobierno los diversos desafíos que frenan nuestro progreso es como mejor librados saldremos de ellos o por lo menos, disminuir a su mínima expresión sus impactos negativos.
La globalización en muchos y diversos aspectos nos obliga a practicar, en cierta magnitud, la interdependencia internacional. En lo económico, en las diversas actividades concernientes a la producción y al comercio lo hemos constatado; desde la fabricación de ropa casual hasta en la extracción masiva de nuestros recursos energéticos con tecnología de punta. Las variaciones en las exportaciones e importaciones de economías como la nuestra están sujetas a las inestabilidades que suceden en los mercados internacionales. De tal suerte que, por ejemplo, Estados Unidos y China han entablado una “guerra de aranceles” que vuelven atractiva las exportaciones de acero mexicanas y, por consecuencia, la generación de divisas.
La polarización económica (tanto la interna, como la externa) provoca el fenómeno reiterado: pocos con mucho y muchos con poco; encareciendo los bienes y servicios en el mercado y haciendo difícil su acceso a la mayoría de la población; el progreso social mengua y la migración aumenta. Agréguesele a lo anterior los factores energéticos (petróleo, gas, agua, etc.) que también entran en la puja por su control económico trasnacional; y son ejes estratégicos para cualquier tipo y magnitud del crecimiento económico ya sea con desarrollo social o sin él porque las buenas y estables cifras macroeconómicas de tipo financiero esconden casi siempre depauperación social.
Las crisis financieras internacionales impactan en mucho los sistemas bancarios y de intercambio de monedas locales, por la interdependencia mundial con que funcionan, además de frenar el crecimiento económico mundial. La inflación y la devaluación de la moneda son mecanismos no deseados pero necesarios que utilizan los países capitalistas para no incurrir en desajustes macroeconómicos, principalmente de deuda pública estancando a las economías nacionales, reduciendo sus capacidades de pago y debilitando sus reservas monetarias.
Efectos perjudiciales de lo anterior son las migraciones transnacionales de hombres y sus familias en búsqueda de paz, trabajo, seguridad y bienestar en otras naciones ajenas a las de su origen. Ejemplo de ello son el desgajamiento de pueblos africanos que se dirigen principalmente a Alemania, Francia y los Países Bajos; los de Europa Oriental y los grupos trashumantes de países árabes por razones bélicas, de carácter territorial, étnico o religioso; y en América el fenómeno migratorio masivo de familias centroamericanas que se dirigen hacia Estados Unidos pasando por México.
Convivir con el gobierno de Estados Unidos le resulta difícil y complejo a México. El presidente Trump no ceja de actuar con prepotencia carente de diplomacia hacia nuestro país, invocando un localismo grandilocuente y recalcitrante al estilo de Mussolini. La inestabilidad económica provocada por la imposición a la alza de aranceles en nuestro comercio regional, ya sea en productos agrícolas o de la industria local, refleja poca animosidad de cooperación internacional multilateral por parte de EUA; así como un fuerte proteccionismo que creíamos nunca jamás adoptaría por ser el país promotor que más participación e intención tuvo en el pasado para establecer el modelo económico neoliberal en aquellos países de los que tiene control financiero a través del Banco Mundial o del Fondo Monetario Internacional.
Actualmente en su agenda internacional, México vuelve a enarbolar distinguidamente los principios y posturas de antaño, ante la situación crítica por la que atraviesa Venezuela: Autodeterminación de los pueblos, respeto a la soberanía nacional y solución de los problemas en forma pacífica.