EL-SUR

Jueves 25 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Desde sus ojos

Adán Ramírez Serret

Agosto 04, 2017

La literatura japonesa se caracteriza por un depurado estilo que crea melancólicas atmósferas. Se trata, por lo general, de autores que encienden una luz dentro de su oscuridad interior para alumbrar sentimientos sombríos en su mayor parte, pero que a la vez son hermosos y útiles pues nos interpelan. Pienso sin duda en el más popular, Haruki Murakami, también en las escritoras Mitsuyo Kakuta, y ahora, en particular, en Hiromi Kawakami, con el libro Los amores de Nishino, que es un impactante conjunto de relatos con la estructura, con la columna vertebral, de un mismo personaje: Yukihiro Nishino.
También, podemos decir, que es una novela narrada por diferentes voces, por los diferentes fragmentos que conforman las amantes que tuvo Nishino a lo largo de su vida. Me aventuro a decir que es una novela pues nos cuenta sus miedos, sueños y tormentos además de su niñez, adolescencia y muerte, todo desde la mirada de ella, desde las huellas que dejó en las mujeres. Hay amores con algunas más jóvenes o más grandes que él; triángulos amorosos e incluso, incestuosos. Su vida como un rompecabezas del cual sus diferentes amantes, son las piezas que lo conforman.
Nishino es un hombre un tanto enigmático, pues puede ser seductor, ingenuo, directo, oblicuo, apasionado, frío, pasivo, arrebatado… Me parece que es todo esto porque siempre es visto desde fuera. Siempre es interpretado por los fogosos sentimientos de las mujeres. Es un libro que ejemplifica la capacidad que tenemos de ser diferentes para cada persona. Ellas, al conocerlo, se dan cuenta de inmediato que es un hombre que gusta a las mujeres, que es pulcro; lo cual da paso a decisiones como esta: “Era verano […] Quiero acostarme con este chico, me dije”.
Kawakami es una escritora que aborda de frente las relaciones amorosas, lo cual no es tan frecuente como uno pensaría. Pues, es cierto que es usual encontrar historias de amor en relatos y novelas, pero que el meollo sea observar la naturaleza de los sentimientos, no lo es tanto. El conjunto de estas diez historias toma el camino de Políticas de Adam Thirlwell o El libro de los amores ridículos de Milan Kundera, pues examina con la mirada del naturalista que indaga en diferentes especímenes, el entramado de las pasiones amorosas. Dice una de las amantes: “Me gustaría hablar de Nishino…, Era un chico peculiar. De esos que hasta entonces nunca había conocido ni jamás volvería a conocer”.
En la multiplicidad de las voces, también encontramos las interpretaciones que provoca el amor. “Era un hombre capaz de satisfacer deseos que las mujeres ni siquiera eran conscientes, pero que él rescataba en lo más profundo de sus corazones”. Además, leemos la admisión de una fragilidad: “En ese momento aprendí la lección de que, por desgracia, yo también era humana. En el instante que Nishino me soltó esa frase, le perdoné todo. A pesar de que, por ahora, no había nada que perdonar… Perdoné su presente, su pasado y todo su futuro”.
Harumi Kawakami explora con este libro los vericuetos del amor. Muestra que en muchos sentidos, el amor por Nishino es una potente proyección de sus amantes. Y que al final, poco importa qué le suceda que no sea con ellas. También que el concepto llano de amor, es un apretado cinto que oprime a hombres y mujeres y que no quiere decir mucho. Pues el amor por Nishino es un conjunto de sentimientos que no se define con conceptos sino que se extiende con historias. Que no se razonan sino que se viven.
(Hiromi Kawakami, Los amores de Nishino, Ciudad de México, Alfaguara, 2017. 208 páginas).