Arturo Martínez Núñez
Octubre 10, 2017
La previsible, aunque sorpresiva renuncia de Margarita Zavala Gómez del Campo al PAN cambia por completo la relación de fuerzas rumbo a la elección de 2018. Lo que parecía sería una carrera entre tres grandes bloques, se divide en cuatro dejando a los dos punteros en una suerte de carrera parejera.
El llamado Frente Ciudadano (Frente antinatura le llaman algunos o coalición sueca por los colores amarillo y azul) que aglutina a los principales partidos de derecha y de izquierda, recibió un golpe en su línea de flotación con la salida del calderonismo, cualquiera que sea el peso real que esto represente. En un escenario cerrado, los pocos puntos que pueda significar la candidatura de Margarita, significan para el Frente la diferencia entre ser una opción competitiva o un simple observador en los comicios.
Como independientes se han registrado las candidaturas de Pedro Ferriz de Con, de Armando Ríos Piter, de Jaime Rodríguez El Bronco y de María de Jesús Patricio, Marychuy representante del EZLN. Emilio Álvarez Icaza otro aspirante que prometía hacer ruido, ha anunciado que no competirá por la candidatura presidencial.
El panorama comienza a delinearse con mayor claridad, aunque siguen siendo muchas las variables abiertas como para atreverse a hacer predicciones.
Repasemos la situación actual: de acuerdo con una encuesta de Gabinete de Comunicación Estratégica (http://gabinete.mx/wp-content/uploads/infografias/reportes/2017/Reporte_MZ_Renuncia_VP_081017_AA.compressed.pdf) publicada el 9 de octubre, Andrés Manuel López Obrador aparece al frente de la intención de voto con 29.4% seguido de Margarita Zavala como independiente con 19.4%, Ricardo Anaya del Frente con 15.5% y José Antonio Meade del PRI con 11.8%.
Margarita Zavala fue orillada a renunciar al PAN, ante la inminencia del plazo para registrar la opción independiente. De no haberlo hecho, se habría quedado fuera de la posibilidad de estar en la boleta electoral. Bajo el argumento de que el Frente aún no ha determinado el mecanismo ni las reglas para elegir a su candidato, los dirigentes de los partidos, marcadamente Ricardo Anaya que actúa como líder de facto de la coalición, van a agotar los plazos legales. Rafael Moreno Valle panista ex gobernador de Puebla y Silvano Aureoles perredista gobernador de Michoacán, han alzado ya la voz exigiendo una elección abierta. Seguramente obtendrán el mismo resultado de Margarita: la cerrazón de Anaya que parece obsesionado con ser él quien aparezca en la boleta.
Anaya tiene control absoluto de los órganos de su partido y pareciera que también de los del PRD y MC cuyos dirigentes actúan como patiños del niño maravilla. Si Anaya se empeña en obtener la candidatura por la vía del golpe estatutario, seguramente la conseguirá pero a cambio de dividir aún más a los partidos que integran el Frente.
El PRI sigue sin candidato. Peña acomoda sus fichas como avezado jugador de dominó que es y espera el momento de marcar la línea. Los fenómenos naturales le obligan a replantear el escenario y espera paciente para mover ficha. Crecen las voces a favor de José Antonio Meade como cabeza de una alianza de facto de todos aquellos que buscarían impedir la llegada de López Obrador a Los Pinos. Falta ver como recibirían a Meade en sus filas los priistas mas recalcitrantes (la nomenklatura) y los barones regionales que son los que finalmente operan las estructuras del partido.
Andrés Manuel López Obrador avanza firme hacia su objetivo. Debe de evitar caer en declaraciones campechanas fuera de estrategia e intentar que las disputas internas de Morena se procesen con el menor daño posible. López Obrador debe de hacer un nuevo intento por mandar mensajes a las grandes franjas de la población que lo siguen considerando un peligro para México. Debe de intentar desmarcarse de personajes radicales que espantan a las clases media y alta. Debe de ser percibido más como un jefe de Estado que como el jefe de su movimiento.
Con el ingreso de Margarita al terreno de los independientes, cambian los equilibrios. Hay que considerar que casi todos los independientes pelean por el mismo espacio y el mismo electorado: aquellos mexicanos que quieren un cambio pero que no se identifican con ningún partido establecido. En este sentido, Margarita puede aglutinar y desfondar al resto de las opciones y convertirse en el cuarto polo sobre el escenario.
La carrera parece que será un plebiscito sobre Andrés Manuel Lo?pez Obrador. La pregunta que habrán de resolver los electores será Andres Manuel sí o Andrés Manuel no.
La carrera en el 2018 será entre Lo?pez Obrador y aquel o aquella candidata que logre articular a su alrededor el voto anti Peje. Puede ser Margarita. Puede ser algún personaje de la sociedad avalando por el Frente Amplio o puede ser José Antonio Meade sumando a priistas y no priistas. En cualquier caso la estrategia de Andrés Manuel ha triunfado al lograr que la batalla sea entre dos y no entre tres.