EL-SUR

Jueves 25 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

¿Después de la tragedia, qué sigue?

Gaspard Estrada

Noviembre 18, 2015

Los hechos dramáticos del pasado viernes en París han dejado paralizada y aprehensiva a la sociedad francesa. Nunca, desde la Segunda Guerra Mundial, uno o varios atentados terroristas habían producido un tal número de muertos. Este acto, monstruoso, ha dado lugar a una reacción rápida de parte del gobierno francés, encabezado por el presidente François Hollande. La misma noche de los hechos, el jefe de Estado hizo un pronunciamiento político, enfatizando la voluntad de su gobierno de encontrar a los responsables de esta tragedia, pero sin llamar a una guerra de civilizaciones como lo hizo en su momento el presidente de Estados Unidos, George W. Bush cuando anunció la invasión a Irak.
Esta rapidez tiene dos explicaciones: por un lado, era indispensable llamar a los franceses a la calma, frente a la tensión palpable en las calles la noche de los atentados. Por el otro, era importante mandar un mensaje duro, firme, para evitar que el consenso nacional existente desde enero relativo a los temas de seguridad nacional se fisure, o al menos que no desparezca en las primeras horas tras el atentado. En efecto, a raíz de los ataques contra los caricaturistas del semanario Charlie Hebdo, que dejaron 12 muertos, un consenso se formó en la clase política francesa al respecto de la necesidad de cambiar el marco legal de lucha contra el terrorismo, así como de aumentar de manera sustancial el número de efectivos de las agencias de lucha contra ese fenómeno. Nada de esto fue al parecer suficiente para evitar la nueva catástrofe. Por ende, la oposición no ha tardado en criticar la respuesta política del gobierno, sin tener por su lado respuestas prácticas a este desafío mayúsculo. ¿Cuáles son los retos inmediatos en el plano interno y externo del gobierno francés para salir adelante de esta situación tan inaudita?
En el plano interno, como lo dijimos anteriormente, la situación política originada por los atentados a Charlie Hebdo terminó siendo muy favorable al presidente Hollande. Durante algunos meses, su nivel de popularidad aumentó más del 20 por ciento, al tiempo que la imagen del ex presidente Nicolás Sarkozy se ha venido diluyendo en los últimos meses. Es por eso que, en esta nueva coyuntura política, la oposición dirigida por Sarkozy quiere evitar a toda costa que el gobierno pueda sacar un provecho político de la crisis provocada por estos atentados. Especialmente cuando Francia se encuentra inmersa en la campaña de las elecciones regionales (el equivalente de la gubernaturas en México), que se llevarán a cabo dentro de un mes. En este momento, un aumento sustancial de la popularidad gubernamental podría traducirse en menos gubernaturas para la oposición, sabiendo que la derecha y la extrema derecha se encuentran liderando las encuestas de opinión. Cualquier paso en falso del gobierno como de la oposición, puede ser fatal para las aspiraciones de ambos, teniendo en cuenta que el Frente Nacional, el partido de extrema derecha fundado por Jean-Marie Le Pen, y dirigido actualmente por su hija Marine Le Pen, está viento en popa en las encuestas de opinión.
En el plano externo, los atentados terroristas del pasado viernes han sacado a flote la parálisis política existente en el conflicto sirio, que se prolonga desde hace ya más de cuatro años. El Estado Islámico ha sacado provecho del caos inherente al conflicto armado entre el régimen de Bachar-El-Assad y la oposición, apoyada por Estados Unidos y Europa, como por los gobiernos sunnitas del golfo Pérsico como Arabia Saudita, que quieren evitar una expansión de la influencia chiita (por ende de Irán) en la región. Para ello, una parte de la familia real de este último país ha venido financiando a grupos cercanos a Daech, sin que Estados Unidos o Europa se pronuncien enérgicamente al respecto. Francia, por su lado, ha mantenido una postura de rechazo tanto al régimen de Bachar El-Assad como a Daech. Después del pasado viernes, esta situación no puede mantenerse. Si Francia quiere derrotar a Daech, no puede fomentar un cambio de régimen en Siria que solo contribuiría a potenciar la implantación territorial de este grupo terrorista. Tal parece ser el mensaje del presidente Hollande, al anunciar una serie de viajes a Washington y Moscú la próxima semana.

* Analista Político en el Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.
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