EL-SUR

Miércoles 24 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Día de Muertos, entre la intimidad pesarosa y la familiaridad jovial

Ana Cecilia Terrazas

Octubre 29, 2022

Dice uno de los mejores antropólogos del mundo, el mexicano Claudio Lomnitz, que “a diferencia de los europeos y estadunidenses contemporáneos, cuya negación de la muerte impregna sus culturas, el pueblo mexicano muestra y cultiva una familiaridad jovial, una intimidad que se ha convertido en piedra angular de su identidad nacional”. Esto, en Idea de la muerte en México, libro imprescindible de 2005, editado por el Fondo de Cultura Económica.
Aquí, algunas maneras de no abstraerse de las fechas y vincularse con el tema desde distintos ángulos:

I

En una vuelta paradojal, a partir de la película animada Coco, de Pixar, distribuida por Disney en 2017, así como la de James Bond Spectre de 2015, la Ciudad de México encontró fórmulas masivas, turísticas, para celebrar de otras maneras la época del Día de Muertos más allá de las tradiciones propias, en sincretismo con los estereotipos de esas cintas y retomando algunas costumbres. Así, la capital ha organizado desde fines de octubre desfiles de alebrijes, de catrinas, de carros alegóricos, colocación y exhibición de megaofrendas; recuento de leyendas y catrinas en Xochimilco, más una veintena de actos a lo largo y ancho de la metrópoli. Se trata de conmemorar a los muertos, rescatar una tradición y aprovechar la mercadotecnia que se había generado a nivel mundial con los filmes. Esto genera muchísimo movimiento en calle y evidentemente también en comercios.

II

Dicen quienes se especializan en trámites jurídicos y gestión de riesgos –también lo avalan las personas hiperresponsables, ordenadas y sistemáticas– que mucho antes de siquiera tener los menores indicios de que una se va a morir debe liberar de problemas potenciales a las y los seres queridos que nos rodean. Esto significa dejar un catálogo de decisiones y acciones tomadas de antemano para que no caigan en la interpretación errónea o se provoquen pleitos dolorosos. Entre las cosas que habría que dejar listas están: el paquete funerario y un seguro de vida por si hay dependientes económicos; un testamento –que se puede modificar todas las veces que se quiera–; un certificado de voluntad anticipada y de donación de órganos en su caso; todos los documentos de escrituras y propiedades en orden y a la mano; un listado de todo lo que sería nuestra herencia digital, para no dejar en vilo toda una gama de entradas en aplicaciones, plataformas, suscripciones y empresas; nuestras cuentas pagadas; nuestros trámites al día. Ah, y habría que decirle en dónde se encuentra o cómo se accede a todo ello a la o las personas en quien más confiemos.

III

Las personas religiosas o metidas en la espiritualidad también sugieren, por si la muerte nos alcanza sin previo aviso –como suele ocurrir–, no tener deudas morales y vivir a plenitud lo más anclados que se pueda al presente. También recomiendan disculparnos si hemos lastimado a alguien; restaurar daños ocasionados en la medida de lo posible y no irnos a la tumba con pleitos o enojos, pero sí habiendo dicho de frente a nuestros seres queridos cuánto les amamos.

IV

La gran mayoría de las personas lo sabe, aunque no pueda o haya tenido la posibilidad de ejercerlo: la vida es una y se pasa prontísimo, por lo que se debe hacer o intentar hacer todo lo que se desee y a lo que buenamente se aspire sin posponerlo porque nunca se sabe hasta cuándo se viva. Esto es, hay que arrojarse a la alegría, a los retos y a estar del lado de la vida.
¿Por qué esta columna se sumerge tanto en el tono blando para hablar así del Día de Muertos? Pues porque la otra opción, por obvias razones, por su gravedad e importancia, está construida por los centenares de personas desaparecidas cuyos familiares y amistades tienen que buscar; por cientos de mujeres víctimas de trata –esto es muertas en vida– o que son asesinadas por machismo: celos, coraje, porque sí, por tener una cultura feminicida; por una creciente cantidad de homicidios a causa del crimen organizado y del desorganizado, que parece irrefrenable y aumenta cada vez de manera más cínica, más abierta, pública e impune.
Como la muerte violenta y pertinaz ha secuestrado nuestro día a día, este Amerizaje decidió tocarla desde la jovial familiaridad para no adentrarse en su pesarosa intimidad.

@anterrazas