EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Día Mundial del Medio Ambiente 2016

Octavio Klimek Alcaraz

Junio 04, 2016

Como todos los años, desde 1972, el 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, siendo el instrumento a través del cual la Organización de las Naciones Unidas promueve la reflexión en todos los países de la tierra sobre el medio ambiente, además de impulsar mayor atención y acción política sobre el tema.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha elegido como lema para esta conmemoración mundial Lucha por la vida salvaje. Este lema busca denunciar al comercio ilegal de especies silvestres a lo largo y ancho del planeta.
El Día Mundial del Medio Ambiente es siempre una oportunidad para hacer un llamado a los gobernantes, autoridades y tomadores de decisiones a proteger la biodiversidad de nuestro país y por ende el presente y el futuro de nuestras generaciones. De manera general, en la mayoría de las acciones de gobierno en los hechos no se considera ni remotamente que dependemos de la naturaleza para nuestra supervivencia, sino que se la entiende como un elemento a explotar.
En la actualidad el mundo está perdiendo especies de plantas y animales a una tasa estimada que va de 100 a mil veces la tasa de extinción natural de acuerdo con diversas valoraciones. La Lista Roja de Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), incluyó el pasado año 2015 a 77 mil 340 especies evaluadas, de las cuales 22 mil 784 especies de plantas y animales están amenazadas de extinción, así de esa evaluación resulta que la proporción de especies en riesgo es del 29 por ciento.
Según la UICN, la pérdida y degradación del hábitat constituyen la principal amenaza para el 85 por ciento de todas las especies descritas en la Lista Roja; el comercio ilícito y las especies invasoras son también importantes factores de declive poblacional.
La pérdida de la diversidad de especies, coloquialmente denominada diversidad biológica o biodiversidad, debe preocupar a toda la sociedad en su conjunto. Esto, debido al valor intrínseco que tienen las propias especies de la vida silvestre, ya que su pérdida es para siempre al declararse su extinción. Pero también por el deterioro de los “servicios” que proporcionan en los sistemas naturales, y que consideran la producción de alimentos, combustibles, fibras, medicamentos, la regulación de ciclos biogeoquímicos como el oxígeno, el carbono o el nitrógeno, el agua, la regulación del clima, entre otros aspectos.
Es decir, el bienestar humano depende de la estabilidad y el equilibrio de la diversidad biológica. Nada nos es ajeno en ningún sitio del planeta, por ello nos debe preocupar la creciente magnitud de la caza furtiva y el comercio ilícito de fauna y flora silvestres y de productos derivados de éstas.
Al día de hoy, en África son los niveles alarmantes de matanzas de elefantes, rinocerontes y gorilas. Su objeto es obtener desde pieles, hasta productos como marfil. Esto ha puesto a dichas especies al borde de la extinción a nivel global y local. Es conocido, por ejemplo, que en los últimos años se ha disparado la demanda de marfil de elefante, en especial debido al crecimiento económico de países asiáticos que lo consumen. Por ello, fue escogido un país de África, Angola, como sede oficial de la conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente para hacer conciencia de esta problemática.
Esta demanda irracional no sólo destruye el equilibro de los espacios de vida donde habitan estas especies carismáticas de la vida salvaje, sino socava gobiernos y el estado de derecho, al fortalecer por ejemplo en África a grupos paramilitares que cazan de manera masiva a los elefantes y rinocerontes.
En México, el tráfico y consumo ilícito de vida silvestre es una triste realidad en especial con especies que tienen algún tipo de riesgo, se presenta tráfico y consumo ilegal de animales como pericos, guacamayas, tortugas marinas, hasta plantas como cactáceas, orquídeas, árboles de maderas preciosas, en general.
Es penoso observar como en muchos lugares todavía se ofrecen y consumen de manera pública animales y plantas de la vida silvestre. Eso se presenta porque muchas personas no tienen recato para demandar estas especies en riesgo. Lo que se trata es cambiar hábitos y conductas para reducir la demanda de productos de la vida silvestre ilegales. Se tiene que comprender el valor de respetar tanto de la vida humana, como de otros seres vivos, que ahora es nulo en amplios espectros de nuestra sociedad. Debemos cambiar todo esto que está tan mal y amenaza la existencia de la vida que hasta ahora ha conocido la humanidad.
Desde donde nos encontremos debemos tener la capacidad y energía para cambiar políticas para salvaguardar la vida en el planeta, hacer propuestas y actuar cuando haga falta. La misma globalización también nos dice que ya no es suficiente “pensar globalmente y actuar localmente”. Debemos pensar y actuar localmente, y también pensar y actuar globalmente. Dejar actitudes de “no hay nada que hacer”. Convencernos de que se pueden cambiar las cosas. Lo que se necesita es carácter, firmeza, voluntad y perseverancia.
Al respecto, el PNUMA nos reitera que donde quiera que vivamos demostremos “una tolerancia cero para el comercio ilegal de especies silvestres tanto de palabra como de acción, y marquemos así una diferencia.”
P. D. No es posible que en Chilpancingo se deje morir y agonice durante horas una persona en una calle cualquiera. Seamos solidarios y tengamos sentido de amor al prójimo. Los servicios de emergencia y salud deben de inmediato cambiar sus políticas al respecto.
P. D. En Chilpancingo la mayoría de la población está indefensa y vulnerable ante tanta maldad y crueldad de los criminales. El horror en la vida cotidiana, impunidad, inseguridad, desconfianza, corruptelas, impreparación e ignorancia, toda la ecuación dada para sembrar en la ciudadanía el huevo de la serpiente.

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