EL-SUR

Viernes 26 de Julio de 2024

Guerrero, México

Opinión

Doña Borola en Acapulco

Anituy Rebolledo Ayerdi

Julio 29, 2021

 

(Segunda parte)

Candidata a presidenta

Doña Borola Tacuche de Burrón acepta finalmente su candidatura a la Presidencia de la República por el Partido de los Muertos de Hambre (PMH), no obstante las reticencias del esposo Don Regino Burrón quien, como siempre, tendrá finalmente la razón.
–Tú no perteneces al tricolor y fuera de él sólo jugarás al tonto y harás el ridículo –le dice una y otra vez–, pero ella se monta en su macho, saliéndose con la suya.
–Lucharemos con todo hasta que haya democracia en este país, quieran o no sus dueños los “chipocludos” –responde la Güereja al zotaco y a todos quienes se le acercan para decirle lo mismo–: “Que oponerse al partidazo es peor que luchar con Sansón a las patadas”.
La aventura terminará finalmente en un serio diferendo entre los lectores de La Familia Burrón con su autor. Lo acusarán de haberse mostrado complaciente con el candidato del PRI a la presidencia de la República, Carlos Salinas de Gortari, pero particularmente por haber ilustrado un cuadernillo de caricaturas dedicado a la propaganda electoral del Pelochas.
Don Gabriel Vargas recibirá centenares de cartas reprochándole su colaboracionismo con el partido-gobierno. Un gobierno autoritario, corrupto y autor de la carestía de la vida, razón de ser de la lucha permanente de Doña Borola, le recuerdan indignados lectores, calculados estos en 2 millones en la cumbre de la publicación (500 mil ejemplares semanarios). Finalmente se disculpará por las faltas que, sin pretenderlo, pudiera haber cometido.
–¡Pelillos a la mar! –intervendrá La Flaca para terminar el litigio.

Parientes y amigos

Estábamos hablando de otros miembros de la familia Tacuche-Burrón y los muchos personajes incidentales de la historieta. Se contabilizan casi 60 a lo largo de los 40 años de la publicación.
Alubia Salpicón es una aventajada estudiante de música, particularmente del tololoche, instrumento que siempre carga a cuestas no obstante su corta estatura. Generosa y solidaria, suele guardar en aquella enorme caja de resonancias flores para su padre don Gabriel y víveres para repartir entre los niños pobres. Don Viviano Torija es el director del trío de violín, bombardón (parecido a la tuba) y mandolina que, como ya vimos, ejecutan con virtuosismo y prestancia los pequeños Foforito, Isidro Cotorrón y Sinfónico Fonseca.
Telesforeto Colín, alias El Sapo-Rana, es pepenador del gremio de Susano Cantarranas y de la Divina Chuy, cliente asiduo como ellos de la pulquería La Rorra, en la colonia Lodazal. Posee grandes habilidades para la ventriloquía, pero no las explota comercialmente. Así como Paco Miller tenía su muñeco, Don Roque, y Carlos Monroy a Neto y Titino, Telesforeto tiene a Pompeyo. Se trata de un muñeco feo, lépero y disparatero que no respeta ni a su amo, a quien no baja de “ojo de pato”.
Tres caciques: 1.- Briago-berto Memelas, amo y señor de La Coyotera, ambicioso y trinquetero, autor de la cruza genética entre un caballo y una gallinácea cuyo resultado fue el “cuaco-pollo”. 2.- Juanón Teporochas, de San Cirindango de las Iguanas, es compadre de Don Regino. 3.- El Güen Caperuzo domina El Valle de los Escorpiones, ayudado por su hermana Caledonia. Generoso, El Chivero, se duele de su mala suerte de ser vecino de aquellos. Goza del reconocimiento general por haber enseñado a hablar al Peterete Salvaje, una extraña bestia mezcla de caballo y vaca. Disfruta de la amistad y consejo de viejo Tata-Ruco y de la simpatía de la bruja Julisa.
Don Quirino es propietario y administrador del hotel El Catre, donde pernocta Ruperto Tacuche luego de laborar en una panadería. Le cubre el alquiler con campechanas y chilindrinas que hurta a escondidas en las bolsas del pantalón. Hoy nos enteramos que Ruperto no se cubre el rostro acuciado por la nostalgia del cacomixtle. Siendo niño se echó encima una olla de leche hirviendo, accidente que le desfiguró el rostro llevándolo a una actitud rebelde y autodestructiva.

Alfonso Reyes, lector

Lector frecuente de La Familia Burrón, Alfonso Reyes, una de las cumbres de la inteligencia mexicana, opinaba que Gabriel Vargas era el único que merecía ocupar un sitio en la Academia Mexicana de la Lengua. El maestro Vargas, decía, ha registrado como nadie los giros del habla popular y a partir de ahí ha inventado vocablos y frases que forman parte del dominio público.
Sobre el mismo tema, el propio Carlos Monsiváis escribirá: “Es enorme la aportación de Gabriel Vargas al lenguaje coloquial en México, a su recopilación del habla popular no la limita la fidelidad de quien transcribe, anticipa, inventa, imagina, borda sobre las palabras”.

Lenguaje Burronciano

Coincide con ellos la maestra Lucía Rivadeneira, catedrática de la UNAM, cuando afirma que muchas palabras del vocabulario de La Familia Burrón han alcanzado la cotidianidad: Picoretes (besos en la boca), carátula (cara), fierros (dinero), manoplas (manos). Otras han desaparecido y las hay desgraciadamente en proceso extinción. De ahí que haya una propuesta seria para la elaboración de un diccionario del lenguaje burronciano (?).
Nadie ignora a lo que se refieren los personajes del monero cuando hablan, por ejemplo, del caletre, la sesera, la tatema, la azotea y la de los pipis. Tampoco cuando amenazan con chuchar los de apipizca, los oclayos y las canicas. O bien acusan de guerrosos a los bodoques, chilpayates, pirrimplines, engorros, coconetes y chiquilistrines. O aluden a los gordos: albóndiga con patas, baloncito playero, timbón y bola de sebo.
El dinero para los personajes del monero de Tulancingo, Hidalgo, tiene varias acepciones: bilimbiques, money, fierros, del águila, tepalcates, lana, feria y pelucones. La casa es para ellos cantón, jáus, pulguero y cuchitril, mientras que lo rápido es como de rayo, de volada y como bala. El preso está tras las rejas, en el bote, a la sombra o enchiquerado, en tanto que echar relajo es chacotear, vacilar o descuajeringar. Ora que lo bueno y sabroso es a todo mecate, chipocludo, de rechupete y cuachalangueado. Los personajes masculinos se ponen a los pies de las mujeres siempre y cuando “no les rujan las de galopar”.

Sergio Pitol

El poblano Sergio Pitol, abogado, escritor, traductor y diplomático, ganador de los premios Villaurrutia, Nacional de Lingüística y Literatura y el hispano Cervantes, también se enamoró a primera vista de Borola Tacuche: “Verla agitar casi en pelota su cuerpecito de zancudo significó un verdadero reencuentro. Cantaba y bailaba su canción de batalla: El Cuchichí.

Muevo mucho las caderas,
las agito al caminar,
¿por qué te me desesperas?
no lo puedo remediar…
haciendo así cuchichí, cuchichí
haciendo así cuchichí,cuchichí.

Mi deuda con Gabriel Vargas es inmensa –confiesa el autor del El tañido de la flauta, Nocturno de Bujara, Vals de Mefisto y Borola contra el mundo, entre muchos otros textos–. Mi sentido de la parodia, los juegos del absurdo me vienen de él y no de Gogol o Gombrowicz, como me encantaría presumir”.

Gutiérrez Vega

Hugo Gutiérrez Vega, abogado, escritor, poeta, catedrático, embajador, ex rector de la Universidad de Querétaro, ex director de La Jornada Semanal, fue otro intelectual seducido por La Flaca. El autor de 36 libros de poesía bordó fino sobre ella en su Oda a Borola Tacuche de Burrón, escrita en versos chipocludos y dedicada a la “barda” Chachis Pachis Palomeque. Una probadita:
Esta ciudad desparramada y rota, tiene en usted, Borola, la cumbre de la risa exasperada… Siga en esta ciudad, fuerte señora, pues pase lo que pase, la enorme México-Tenochtitlan seguirá en pie y este sueño ilustre seguirá bailoteando el cuchichí.

Aventuras borolianas

La tonada El Cuchichí, interpretada con la misma intención que María Conesa, La Gatita Blanca, le abrirá a doña Borola las puertas de la fama. Su debut en la Sala Lolita será de antología, alternando con las mimadas hermanas Arcocha Botello, el tenor Tilingo Cervantes –creador de Boquita de olán–, el gran Archundia con su muñeco Cirilo y su aplaudido sketch Ay, hambre cabrona cómo me has ponido. Y como fin de fiesta la sensual exótica Matanga. La gira por la República será triunfal –en Acapulco se presentaron en el teatro-cine Tropical–, pero cuando se proyecte una por Europa, los hijos de La Güejera querrán volver con su papá y Foforito .Y así se hará.
Insumisa, transgresora, valemadrista y muy valiente, Doña Borola inaugura un protagonismo femenino inédito en la historia del país. Organiza ante la carestía saqueo de víveres que distribuye en la vecindad; convoca a un boicot contra los carniceros pero también diseña opciones alternativas como guisar perros, zopilotes, burros y hasta un enorme elefante robado de un circo. Cocina chilaquiles con papel periódico y crea la milpa de patio y las hortalizas de azotea. Hace huir con su mosquetón de balas expansivas a Quintín, el dueño de la vecindad, cuando la visita para notificarle que la renta del cuchitril subirá al millón de pesos mensuales, más lo de los timbres.
Ante los precios prohibitivos de las funerarias, Borola instala crematorios en el patio de la vecindad y llegará a integrarse a las guerrillas de Tayde Mantecón y Braulio Morque-cho, para expropiar comestibles a mano armada. Secuestrará al hambreador Canuto Marrufo, dueño de las tiendas La Panza Llena, al que liberará a cambio de 70 millones de pesos en comestibles. Acusada de feos delitos, irá a parar al presidio de la Isla del Pingo, de donde pronto será echada por cábula e insoportable. Cuando el hambre arrecie en la vecindad, La Güereja infla pollos con una bomba de bicicleta y hornea pasteles de lodo. Para la cena navideña, organiza safaris a Chapultepec, a la caza de avestruces. Contra los acosadores sexuales acostumbra llevar en el bolso o bien la plancha de fierro o la mano del metate. No hay que olvidar que ella es un sex simbol de Petatiux.

Más personajes

Muchos personajes de la Familia Burrón tienen, en efecto, roles secundarios. No obstante, la presencia de ellos en los más de 3 mil números de la serie semanal, durante seis décadas, los hará tan entrañables como los protagonistas. Algunos: Leontino Pantoja, Dodó Cucuruché, Imel-do Cascajo, Onofre Cabañas, Melitón Chagoya, Walter Cha-vira, Narda Felipa, Betina Be-rrones, Gladys Petra, Capaloros y su hija Doris Cócona, Pánfilo Bonete, Quintín Peluche, Vagancio Pocalucha.
Anticipado a la moda de los vampiros humanos, Don Gabriel Vargas creó personajes como el conde Satán Carroña (adicto al agua de jamaica) y su esposa Cadaverina de Carroña; Narciso, el mayordomo de los condes; Pinga Diabla, vampira amiga de los Carroña, Sambroso Mortis y Lamberto, el Diablo Mayor o Señor del Inferno. Un último y extraño personaje de los Burrón es Kakiro Kukufate, pequeño marcianito con el que Borola tuvo el primer contacto mexicano del tercer tipo. Según él, la sociedad de Marte era ideal porque había eliminado a los hambreadores, a los políticos, a los corruptos, a los generales, a los obispos, a los periodistas, a los licenciados, a los locutores… Ella ha aceptado la oferta de Kakiro de traer sus ejércitos para implantarla en México.