EL-SUR

Jueves 25 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

¿Dónde quedó la izquierda?

Jesús Mendoza Zaragoza

Julio 20, 2005

 

Parece que hablar de la izquierda y de la derecha no tiene ya mucho sentido por el desgaste que estos términos hay tenido en la arena política, ya que su uso se ha vuelto poco racional, simplista y poco serio, dándosele un tono peyorativo y poco útil para el debate y para n trabajo político responsable y productivo.

Arriesgando al confuso significado que se le suele dar a esas expresiones y que ya cualquiera se jacta de ser de izquierda o de militar en partidos de izquierda, es oportuno recoger algunos de los elementos que tradicionalmente han sido constitutivos de los movimientos de izquierda. Quiero referirme a un elemento ético que la izquierda ha reconocido como propio y que le ha dado, en muchos casos atractivo, fascinación ya autoridad. Se trata del sentido de la justicia tan fundamental para las personas y para los pueblos. La injusticia es tan desagradables, tan repugnante, tan despreciable, que cualquiera que se precie de humano se revela contra ella.

La situación de extrema pobreza de grandes cantidades de hombres mujeres, por todas partes, produce indignación, una indignación ética. Y la indignación es también el trampolín de un compromiso por cambiar las cosas y trabajar por la justicia. De esta manera se establece una relación de compromiso con quienes sufren injusticias, con los pobres y oprimidos, y se establece un código ético coherente con la suerte de los débiles.

La tradición de la izquierda política ha hecho gala de la bandera de la justicia. Ese fue el lado fascinante del marxismo y de la lucha por el socialismo en el siglo pasado que, por cierto, dejó desencanto en muchas partes. Es sabido que en México los movimientos de izquierda tuvieron que nacer y crecer entre la clandestinidad y a persecución al proponer transformaciones sociales económicas y políticas de fondo. Y muchos luchadores tuvieron que pagar su sangre sus convicciones y sus luchas. Hasta que llegaron los tiempos en los que el sistema político no tuvo más opción que reconocerlos e integrarlos de manera legal en la lucha política.

Afortunadamente, la inspiración de la justicia y de la equidad social ha penetrado en la sociedad y en la lucha política y ha habido avances significativos. Esto no significa que las cosas estén bien, pues permanecen situaciones injustas por todas partes: en las relaciones de género y en todos los rincones de la sociedad. Así las cosas, la izquierda con todo su componente ético, sigue siendo necesaria y urgente. Y es en ese contexto que nos preguntamos: ¿dónde quedó la izquierda? En el espectro político institucional, ¿dónde quedó la izquierda?, ¿Tenemos opciones de izquierda que contengan esa connotación ética tan fundamental’, ¿No es que se ha desdibujado?, ¿no ha desaparecido a golpes de pragmatismo y de acomodamiento dentro de un sistema injusto?

En los últimos días, dos hechos, dos cuestionamientos públicos han sido muy oportunos y demoledores para la izquierda. El primero, del subcomandante Marcos, es la Sexta declaración de la Selva Lacandona, en la que haciendo una crítica certera a la izquierda partidaria e institucionalizada y a sus más visibles representantes, declara su decisión de “hacer un acuerdo con personas y organizaciones mero de izquierda, porque pensamos que es la izquierda política donde mero está la idea de resistirse contra la globalización neoliberal, y hacer un país donde haya, para todos, justicia, democracia y libertad”. El segundo cuestionamiento lo ha hecho Cuauhtémoc Cárdenas, al renunciar al proceso del PRD para elegir candidato la presidencia de la república, El señor Cárdenas es reconocido públicamente por su autoridad moral y por su coherencia a sus principios y ha puesto en tela de juicio a su propio partido en lo que toca a sus principios, que no es otra cosa que su componente ético. El pragmatismo del PRD ha diluido su ideología, sus principios y, en definitiva, su lucha por la justicia social.

¿Qué le ha quedado al PRD, el partido más importante, llamado de izquierda? Parece que la respuesta es decepcionante. Los gobernadores perredistas que han subido al poder no se distinguen mucho de los del viejo régimen, sus legisladores tan mañosos como los otros, sus practicas tan viciadas como aquéllas de antaño. Al probar las delicias del poder, se han olvidado de los pobres y de la justicia. ¿De dónde sacan dinero para hacer sus eventos partidarios en espacios de lujo y tan exclusivos de la Costera acapulqueña? ¿Por qué a los dirigentes y figurones se les puede encontrar más fácil en un Vips o en un Sanborns, antes que en as fangosas calles de la periferia? Alucinados por el poder fácil y por el modo de vivir de la clase media en extinción, ¿Acaso siguen creyendo que están en la izquierda o, como dice Marcos, ¿Es más productivo recorrerse hacia el Centro, así sea traicionando a los ideales de la izquierda y el atractivo ético que por muchos años tuvieron? ¿Dónde, pues, quedó la izquierda?