EL-SUR

Lunes 02 de Diciembre de 2024

Guerrero, México

Opinión

Duarte, Peña Nieto y la cultura de la corrupción

Marcial Rodríguez Saldaña

Abril 20, 2017

El caso del ex gobernador del PRI en Veracruz, Javier Duarte, refleja el prototipo de un gobernante creado dentro de un régimen político como el mexicano, que ha prohijado en sus entrañas la corrupción.
1.- Duarte no es un caso aislado de corrupción en México, es un caso producto de un sistema político que ha estimulado, promovido, protegido la corrupción y la impunidad contando con la complicidad desde las más altas esferas del poder. Hay que recordar que la mayoría de los presidentes de nuestro país –salvo muy honrosas excepciones, como Benito Juárez, Franbcisc I. Madero, Lázaro Cárdenas y Juan Álvarez Hurtado quien dijo pobre entré y pobre salí de la Presidencia– se han enriquecido a manos llenas con dinero público, y entre los más descarados han sido José López Portillo a quien la vox populi llamaba “por pillo” y Carlos Salinas de Gortari a cuyo hermano Raúl le descubrieron miles de millones de dólares depositados en bancos de Suiza cuyo origen fue la corrupción.
2.- En una entrevista promovida por el director del Fondo de Cultura Económica con algunos periodistas en agosto del 2014, Enrique Peña Nieto afirmó que el problema de la corrupción en México es un asunto cultural, que se encuentra arraigado en la sociedad. Esta concepción del jefe de Estado, del más alto representante de las instituciones públicas de nuestro país, muestra la evidencia de que para el presidente de la República la corrupción es un fenómeno consustancial al sistema político. Dijo también que la corrupción existe en todas partes del mundo y en todas las esferas de la sociedad mexicana, infiriendo y justificando con ello que es algo normal y natural que exista en México, lo cual no es veraz toda vez que hay países en el mundo con muy bajos índices de corrupción y en el caso de nuestra nación el fenómeno de la corrupción proviene esencialmente del gobierno, no de los ciudadanos.
3.- Javier Duarte hizo una carrera política meteórica en el PRI y en sus gobiernos. En 1995 fue designado asesor de la Coordinación General para la Promoción de la Participación Social de la Secretaría de Gobernación; después asesor de las comisiones de Reglamentos y Prácticas Parlamentarias, Gobernación y Hacienda en la LVII Legislatura de la Cámara de Diputados federal; secretario técnico de la Comisión de Estudios Legislativos en la LVIII y LIX legislaturas del Senado de la República; en el 2004 fue nombrado subsecretario y luego secretario de Finanzas del gobierno de Veracruz; en el PRI fue subsecretario de Finanzas en el Comité Directivo Estatal, consejero estatal y nacional; en el 2009 fue electo diputado federal; en el 2010 fue candidato por el PRI a gobernador de Veracruz y tomó posesión del cargo el 1º de diciembre de ese año, todo ello bajo el padrinazgo político del ex gobernador de ese estado, Fidel Herrera Beltrán, quien lo designó su secretario particular cuando este fue diputado federal.
4.- La Auditoría Superior de la Federación realizó graves observaciones al manejo del dinero federal que hacía Javier Duarte desde al año 2011 al 2015 por un monto de 34 mil 57 millones de pesos. El 27 de enero del 2012, en plena campaña presidencial de Peña Nieto, en el aeropuerto de Toluca, se descubrió que funcionarios de Javier Duarte trasladaban 25 millones de pesos en efectivo en un avión del gobierno del estado. La rectora de la Universidad Veracruzana denunció que Duarte le retuvo a esa institución más de 2 mil 300 millones de pesos. En recientes investigaciones se sabe que Duarte ordenó sacar dinero en efectivo de una sola cuenta por la cantidad de 3 mil 400 millones. Hubo múltiples denuncias públicas sobre la escandalosa corrupción que campeaba en el gobierno de Javier Duarte, pero nada de todo esto llamó la atención a Peña Nieto quien lo protegió durante todo su gobierno.
5.- La detención de Javier Duarte en Guatemala se ha manipulado en forma mediática como si se tratara de un triunfo de Peña Nieto en contra de la corrupción, con el objeto de obtener ganancias electorales, para desviar la atención del fondo de este asunto que consiste en que el gobierno de Peña Nieto, quien enalteció a Duarte como miembro de la nueva generación de políticos de su partido y el PRI, consintieron las tropelías y la corrupción que cometió Javier Duarte durante los años que gobernó a Veracruz. La persecución contra Duarte no fue un acto de voluntad de Peña Nieto ni del presidente nacional del PRI, fue hasta que Duarte y el PRI perdieron la gubernatura del estado en junio del 2016 y bajo una fuerte presión social popular y mediática que se decidió el gobierno federal a investigar a Duarte. Va a ser muy interesante en el proceso judicial saber cuanto dinero entregó Javier Duarte a Peña Nieto para su campaña presidencial. Duarte es el botón de muestra de un sistema que ha incubado en su seno la corrupción, por ello es necesario un cambio total del régimen político mexicano que extirpe este fenómeno que tanto daño ha causado al pueblo de México.

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