Rubén Aguilar Valenzuela
Abril 05, 2017
En Ecuador, el presidente Rafael Correa (55) estuvo en el poder 10 años, tras ganar tres elecciones. En esta ocasión pudo ser candidato por cuarta ocasión, tras los cambios constitucionales que ahora permiten la reelección indefinida, pero decidió no presentarse.
Lenin Moreno (64), ante la decisión de Correa, es elegido candidato del izquierdista Partido Alianza País. El 19 de febrero, en la primera vuelta electoral, obtiene diez puntos de ventaja sobre su más cercano competidor, el banquero Guillermo Lasso (61), de la coalición derechista Suma-Creo, pero no alcanza los votos para impedir la segunda vuelta.
El pasado domingo 2 de abril, tuvo lugar la segunda vuelta ya sólo entre Moreno y Lasso. En la noche del mismo domingo, con el 94.6% de las urnas contadas, el Consejo Nacional Electoral (CNE) dio como vencedor a Moreno con el 51.07% sobre el 48.93% de Lasso. El número no varió con el 99.6% de las urnas contabilizadas.
Lasso, cercano al Opus Dei, al conocer los resultados exigió el recuento de votos alegando que hubo fraude y que no iba a aceptar los números del CNE. El domingo, antes de que se conociera la versión oficial, alguna encuesta de salida otorga el triunfo a Lasso y otra a Moreno. Los medios a favor de uno y otro los dieron como vencedores.
El proceso judicial iniciado por Lasso, al que tiene derecho, va a continuar sus pasos, pero se ve muy difícil que a consecuencia del mismo pueda haber un cambio en el resultado y en los números oficiales proporcionados por el CNE.
En la recta final, Venezuela entró a la campaña. Lasso insistió en que de ganar Moreno, Ecuador se volvería como aquel. Invitó a Lilian Tintori, activista de la oposición venezolana, para que participara en uno de sus mítines. Las autoridades no la dejaron entrar al país.
Moreno, su campaña fue asesorada por un despacho mexicano, asume la presidencia de un país dividido y polarizado. Su estilo personal, sereno y tranquilo, es distinto al de Correa que siempre confronta y llega a ser agresivo. Éste ya como presidente nunca pudo entablar un diálogo serio con la oposición.
Recibe un país con logros importantes en salud, educación e infraestructura, pero ahora en una complicada situación económica por la caída de los precios del petróleo y también por el descontento y la molestia de la mitad del país contra la “Revolución ciudadana”, impulsada por Correa.
El arranque del gobierno de Moreno no va a ser fácil. Está obligado a dialogar con la oposición que no reconoce su triunfo. Y también a hacer ajustes al modelo de gobierno que impulsó Correa financiado por el boom de los precios del petróleo. Ahora, los recursos de los que dispone son limitados.
Moreno ha dicho que será presidente para todos los ecuatorianos, pero también que va a continuar con el proyecto de la “Revolución ciudadana”. El próximo 24 de mayo, Correa deja el cargo, diez años en el poder son muchos. Ya anunció que irá a vivir a Bélgica, el país de su compañera.
Twitter: @RubenAguilar