EL-SUR

Miércoles 24 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Edna O’Brien recuenta su vida

Adán Ramírez Serret

Septiembre 09, 2022

 

Edna O’Brien (Tuamgraney, Irlanda, 1930) es una de las escritoras vivas más importantes no solamente en lengua inglesa, también en la literatura de occidente. Ha escrito más de diecisiete novelas y siete compilaciones de cuentos, más un libro de poesía.
Esta prolífica escritora se dio a conocer en los años sesenta, a los treinta años, con la novela Chicas de campo, obra que dialoga en muchos sentidos con la propia biografía de O’Brien, pues se trata de una chica que vive en una pequeña población en el campo de Irlanda y que va a la ciudad. Es claro el juego, esa manera muy literaria de transformar la vida, hacer una versión de sí misma, pero desde la literatura, pues crea a Catherine –quien dialoga con Cathy, de Cumbres borrascosas– para ir reconstruyendo su mundo. Esta novela de formación causó tal furor –positivo y negativo– que O’Brien fue repudiada en su país al grado que desde entonces radica en Londres y la hizo una voz imprescindible de las letras británicas y en lengua inglesa con el paso del tiempo.
A pesar de ser una escritora sumamente original, O’Brien ha sido de cierta manera “recientemente” descubierta en español en los últimos veinte años. Sin duda esto se debe en parte a que es mujer, pero también a la propia originalidad de la narradora, pues tiene personajes casi siempre ambiguos, quienes se van descubriendo mientras la historia se va contando y el lector debe construir en gran parte la trama y el perfil de los personajes, quienes no son ni buenos ni malos, sino eso extraño que caracteriza a los humanos, quienes en un mismo día pueden ser muchísimas personas diferentes.
Las historias de O’Brien también son originales, pues las tramas son muchas veces abiertas y no se concluye la trama de manera tradicional.
Además de su extensa obra literaria, O’Brien publicó en 2012 su autobiografía Chica de campo, que fue publicada en español hasta 2018. Estas memorias comienzan con la confesión de la autora, quien juró que nunca escribiría unas memorias, pero que, al final, a sus ochenta años, sucumbió a la tentación.
Y quienes leen a O’Brien con detenimiento están felices con esta obra. Pues es una fuente obligatoria para confrontar al releer su obra. Desmonta, confronta y enriquece en especial las novelas que tienen una fuerte carga autobiográfica.
Estas memorias son ricas en experiencias, O’Brien abre su mundo, cuenta historias íntimas de su familia. Que el hermano se quedara con la casa familiar, por ejemplo, aunque la madre no quería que esto fuera así. Hace confesiones impresionantes como escritora. Relata las ocasiones en las que ha tenido bloqueo creativo y se ha enfrentado a la página en blanco. Cuenta sus lecturas favoritas y trae a la página algunas citas brutales, como esta de Kafka: Habla de la escritura y O’Brien dice que el checo decía que debe ser “El hacha que quiebre los mares helados que hay dentro de nosotros”.
Chica de campo es una obra imprescindible en sí misma, pues está escrita con maestría y cuenta la experiencia, terrible y hermosa, de haber sido una escritora en tiempos en los que esto era mal visto, como un acto inútil, rebelde y presuntuoso. Estas memorias también son una puerta de entrada a esta gran autora y lectura necesaria para quienes amen las obras de O’Brien.
Edna O’Brien, Chica de campo, Madrid, Errata Naturae, 2018. 420 páginas.