EL-SUR

Lunes 14 de Octubre de 2024

Guerrero, México

Opinión

El acuerdo de paz, en peligro en Colombia

Gaspard Estrada

Junio 20, 2018

El pasado domingo los colombianos salieron a votar por su futuro presidente de la República. Como lo pronosticaban las encuestas, el candidato del partido Centro Democrático, el senador Iván Duque, se alzó con la victoria, con casi 54% de los votos, frente al candidato de la coalición Colombia Humana, del ex alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, que obtuvo el 42% de los votos. De tal manera que la coalición política de derecha que ha venido gobernado Colombia durante décadas se mantendrá en el poder. La gran incógnita que queda en el aire después de este resultado es saber qué perspectivas tendrán los acuerdos de paz firmados entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), teniendo en cuenta que el futuro presidente de ese país hizo abiertamente campaña contra este acuerdo durante el referéndum que se llevó a cabo a finales del año 2016, y que se saldó por la victoria del NO con poco más del 50% de los votos. Durante buena parte de su campaña presidencial, Iván Duque declaró que “haría trizas” el acuerdo de paz. Si bien en su discurso de victoria el domingo pasado negó su intención de llevar a cabo algo semejante, es difícil saber qué pasará a corto y mediano plazo con este acuerdo.
La mayoría de la coalición del gobierno del actual presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, estaba en contra del proceso de paz. De hecho, la llegada de Santos al poder, en 2010, contra el candidato ecologista Antanas Mockus, hacía suponer que daría continuidad a la política de “seguridad ciudadana” llevada a cabo por Álvaro Uribe de 2002 al 2010. Sin embargo, Santos se dio cuenta rápidamente de que no dispondría de la autonomía política suficiente en el caso que siguiera la orientación política de Álvaro Uribe. Para ello movilizó a sus vastas redes –la familia Santos es una de las más acaudalas y poderosas del país (controlan el principal periódico de Colombia, El Tiempo)– para construir en la sombra una nueva mayoría política a favor del gobierno. Con este objetivo, el presidente logró apoderarse del partido fundado por Álvaro Uribe, el Partido de la U, para cimentar su coalición de gobierno, y así poder tener la fuerza política para tejer un acuerdo político con las FARC, contrariamente al deseo de Álvaro Uribe, que quería acabar con las guerrillas por la vía militar. Lo paradójico de esta situación es que fue uno de los miembros de la élite tradicional colombiana que tuvo la audacia y la capacidad política de sacar adelante un acuerdo político con las FARC, en aras de llegar a la paz, contrariamente a los deseos de su propia coalición de gobierno, que al estar compuesta en buena medida por los caciques políticos locales tradicionales, habían estado opuestos al proceso de paz desde un comienzo.
Si bien Iván Duque dispondrá de una clara mayoría en el Congreso que le permitirá hacer cambios en el acuerdo de paz, no todo será sencillo. En efecto, por primera vez, un candidato de izquierda, Gustavo Petro, llegó a la segunda vuelta, y sobre todo con un resultado por encima del 40% de los votos, con más de 8 millones de sufragios. Al llegar en segundo lugar, la ley electoral colombiana le atribuyó a Petro un escaño en el Senado, lo que le permitirá ser el líder de la oposición, y sobre todo dar la batalla política para evitar que el corazón del acuerdo de paz sea desmembrado. También tendrá como objetivo usar esa plataforma para construir un movimiento político que le permita ganar presencia territorial en las próximas elecciones municipales de 2019, y en las presidenciales de 2022. Los desafíos para la izquierda son grandes, empezando por poner fin a la histórica división entre sus lídres y corrientes. Sin embargo, si se quiere preservar el acuerdo de paz, y evitar el relanzamiento de la guerra, la izquierda deberá unirse para defender, paradójicamente, el legado político de un presidente de centro-derecha.
* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en Paris.