Gaspard Estrada
Diciembre 06, 2023
Durante el pasado fin de semana, los principales líderes mundiales se reunieron en Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos, para discutir sobre los avances en materia de cambio climático, durante la Conferencia de las Partes (COP) de las Naciones Unidas, que celebraba su edición 28. En este marco se llevaron a cabo una serie de encuentros bilaterales entre jefes de Estado y de Gobierno. Los presidentes de Francia, Emmanuel Macron, y de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, hablaron el sábado 2 de diciembre de la cooperación bilateral en materia de medio ambiente, defensa y cultura.
Sin embargo, el plato fuerte de la reunión fue el destino del acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el mercado común de América del Sur (Mercosur), que viene siendo negociado entre los dos bloques desde 1999. En agosto de 2019 se llegó a anunciar este acuerdo, sin que haya sido posible obtener que los 31 países signatarios lo ratifiquen. Uno de ellos es Francia, cuyos dirigentes siempre se han negado a respaldarlo, por temer su impacto en su sector agrícola, que históricamente ha sido políticamente poderoso.
En este sentido, resultaba interesante saber si Macron, que no puede legalmente buscar una segunda reelección en 2027, estaría dispuesto a romper con este paradigma histórico.
La respuesta se dio minutos después de la reunión entre los presidentes: en una conferencia de prensa, Macron declaró que no podía « pedir a nuestros agricultores, a nuestros fabricantes en Francia, pero también en toda Europa, que hagan esfuerzos, que apliquen nuevas normas, que descarbonicen, y decir de repente: voy a quitar todos los aranceles para traer productos que no aplican en absoluto estas normas, y va a ser genial ». Sin embargo, Francia no es el único país europeo que se opone a este acuerdo: también Polonia, Austria, y algunos países del este europeo, miembros de la Unión Europea. Del lado sudamericano, también existen factores complicadores, en particular en Argentina. La victoria reciente de Javier Milei (otro crítico del acuerdo entre el Mercosur y la UE) facilitó esta toma de posición pública del presidente francés. Desde entonces, el presidente argentino saliente, Alberto Fernandez, ha declarado no querer firmar nada antes de su salida de la presidencia de la República, el próximo domingo 10, a pesar de estar personalmente a favor de su ratificación.
Para Lula, y varios líderes europeos como Pedro Sanchez (España), Antonio Costa (Portugal) y Olaf Scholz (Alemania), se trató de un balde de agua fría. En efecto, el bloqueo tácito de Francia a la entrada en vigor del acuerdo rompe la estrategia de estos líderes de llevar a cabo una política de acercamiento estratégico de Europa con los países de América del Sur. Al día de hoy existen focos de tensión en la mayor parte del planeta (invasión de Ucrania, guerra entre Israel y Hamas en la franja de Gaza, inestabilidad política crónica en África francófona a raíz de golpes de Estado, escalada militar entre China y Taiwán), de manera que América Latina constituye una de las pocas regiones del mundo en donde no hay conflictos armados (a menos de que Nicolás Maduro decida invadir Guyana en los próximos días). Esta nueva situación geopolítica está provocando realineamientos importantes en la política internacional, en particular en materia de energía, alimentos, y sobre todo, alianzas políticas.
En un contexto de reforzamiento de la rivalidad estratégica entre Estados Unidos y China, particularmente presente en América Latina, la existencia de un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la UE permitiría romper esta dinámica. Esta es (o tal vez, era) la premisa de los presidentes Lula, Sánchez y Scholz, que aparentemente ya no podrá llevarse a cabo como lo tenían previsto. La Comisión Europea, presidida por Ursula Von der Leyen, ha dejado claro que va a persistir en su intención de hacer realidad este acuerdo. Veremos en las próximas semanas si estas intenciones se harán realidad. O no.
* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.
Twitter : @Gaspard_Estrada