Arturo Martínez Núñez
Abril 28, 2021
Ayer se escribió un capítulo oscuro para la democracia en Guerrero, en Michoacán y en México. Una decisión burocrática dejó sin la posibilidad y el derecho a ser votados a los compañeros Félix Salgado y Raúl Morón.
El sistema electoral mexicano, ese enjambre de institutos, fiscalías y tribunales, se creó en gran medida como producto de la lucha por la democracia electoral que en Guerrero y Michoacán tuvo sus primeros bastiones. Antes de 1988, las elecciones eran organizadas por el gobierno federal y los estatales a través de las Secretarías de Gobierno que fungían como titulares de las comisiones electorales. El padrón electoral y la credencial para votar no tenían fotografía ni ningún registro biométrico y en él aparecían personas duplicadas, clonadas y hasta los difuntos ejercían con libertad el derecho al voto. La calificación de la elección la realizaba la propia Cámara de Diputados que se instalaba en Colegio Electoral para validar su propia elección.
Como producto de las exigencias y las luchas de la izquierda, se realizaron diferentes reformas electorales que fueron convirtiendo al sistema electoral mexicano en uno de los más complejos y refinados del mundo con fiscalías especializadas y un aparato gigantesco que buscaba dar certeza a las elecciones. La última reforma fue la que contempló la regulación en materia de fiscalización como producto del fraude realizado por el PRI de Enrique Peña Nieto a través de Mones. El Pemexgate, los Amigos de Fox y otros esquemas de financiamiento “alterno” hicieron que el movimiento democrático exigiera mayores sanciones en estos rubros que buscaban desincentivar el uso de recursos de procedencia dudosa. Hoy esa trampa pensada para mapaches nos atrapó al hacer el INE y el TE una interpretación extremadamente rigurosa de la norma.
El pueblo de Guerrero está agraviado y lastimado. Una vez más el centro se mete a intentar “domesticarnos, intentan “educarnos” porque somos un pueblo “bárbaro” y “salvaje”. No entienden que en el sur, la sangre es caliente y no entienden que no es casualidad que de estas tierras hayan surgido la mayor parte de los movimientos revolucionarios y los gritos de justicia.
Como dice Félix, podrán cortarnos las ramas pero no podrán cortarnos el tronco. Que no se confundan ni se relaman los bigotes los oportunistas de ocasión y los advenedizos. Los guerrerenses estamos con Félix y vamos a acompañarlo en la decisión que tome. Vergüenza les debería de dar a los que ya se auto promocionan como probables sustitutos o sustitutas. No entienden que esta lucha es por la transformación nacional y no solo por puestos.
Y no, candidato Mario Moreno, hoy no ganó la democracia. Hoy ganó la injusticia no la ley. Hoy ganó el partido conservador y sus satélites. Pero la batalla final está por venir y en ella, juntas y juntos, unidos los demócratas guerrerenses vamos a arrasar en las urnas. No nos van a arrebatar el derecho a la felicidad y a la esperanza. Con ánimos renovados, saldremos a ganar unidos sin importar el nombre de la compañera o compañero que vaya en la boleta. Félix será nuestro líder y nuestro gobernador legítimo. Vamos unidos a la revolución pacífica en las urnas. Nos quieren ver derrotados y lo único que han conseguido es despertar nuevamente al gigante dormido.
Por Félix, por Morón y por los cientos de compañeras y compañeros que dejaron su vida en la larga lucha por la democracia, vamos al voto masivo por Morena.