EL-SUR

Jueves 18 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

El aumento del calor de los océanos

Octavio Klimek Alcaraz

Enero 25, 2020

Los océanos del mundo están más cálidos que nunca y se están calentando más rápido. Esta afirmación es producto de un nuevo informe publicado el 13 de enero en la revista Advances in Atmospheric Sciences (Cheng, L. y coautores, 2020: Record-setting ocean warmth continued in 2019. Adv. Atmos. Sci., 37(2)).
Me permito hacer una breve síntesis de la información ahí expuesta: Se tiene conocimiento de que las temperaturas de los océanos en la última década han sido las más cálidas registradas. Asimismo, la investigación ilustra la influencia del calentamiento inducido por el hombre en las aguas de la Tierra e indica que el aumento del nivel del mar, la acidificación de los océanos y el clima extremo podrían empeorar a medida que los océanos continúan absorbiendo el exceso de calor.
Los informes del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) señalan que los gases de efecto invernadero emitidos por el hombre (GEI) han provocado un calentamiento a largo plazo e inequívoco del planeta. En el estudio se informa que más del 90 por ciento del exceso de calor se almacena en los océanos del mundo, donde se acumula y provoca aumentos en temperatura del océano y el calentamiento restante se manifiesta como calentamiento atmosférico, una masa de tierra seca y cálida, y el derretimiento de la tierra y el hielo marino. El aumento de la temperatura del océano conduce al aumento del nivel del mar (expansión térmica del océano y masa añadida por la fusión del hielo terrestre). Según el registro satelital de altimetría, los últimos 10 años también son los más altos en el nivel medio del mar desde 1900. Hay que recordar que cuando el agua se calienta, se expande, y eso es exactamente lo que está pasando con nuestros océanos.
Por ello, la medición del contenido de calor del océano (OHC, acrónimo en inglés) es una de las mejores formas de cuantificar la tasa de calentamiento global.
Con datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica y el Centro Nacional de Información Ambiental de los Estados Unidos y el Instituto de Física Atmosférica alemán, en este informe se presentan nuevos datos de OHC para el año 2019. Estos datos revelan que en 2019 los océanos del mundo (especialmente de la superficie hasta los 2 mil metros de profundidad) fueron los más cálidos de la historia humana registrada. Esa parte de la columna de agua de los océanos es precisamente la más vital para preservar la biodiversidad marina y sirve de apoyo a los ecosistemas más productivos y ricos del planeta.
Ese calentamiento se ha acelerado a medida que los gases de efecto invernadero se acumulaban en la atmósfera, hasta el punto de que el ritmo al que subieron las temperaturas entre 1987 y 2019 fue cuatro veces y medio más rápido que durante el periodo entre 1955 y 1986.
El calentamiento se distribuyó por todos los océanos del mundo y la gran mayoría de las regiones mostraron un aumento en energía térmica. Los océanos Atlántico y Antártico (especialmente cerca de la Corriente Circumpolar Antártica, 40 grados-60 grados S) continuó mostrando un calentamiento mayor en comparación con la mayoría de otras cuencas. Está bien establecido que el océano Antártico ha absorbido la mayor parte del calentamiento global desde 1970: múltiples observaciones muestran que el océano al sur de 30 grados S a 0-2000 metros fue responsable del 35 por ciento al 43 por ciento del aumento de OHC global en 1970-2017.
Además, esto está asociado con un transporte de calor neto hacia el norte por los océanos a través del ecuador. Tal transporte de calor oceánico meridional ha influido en las recientes olas de calor marinas en el mar de Tasmania, que genera una profunda influencia en la pesca marina y los ecosistemas. Curiosamente, muchos de los principales eventos de olas de calor marinas en los últimos años se han ubicado cerca de las fuertes regiones de calentamiento oceánico, como el mar Mediterráneo, el Pacífico Norte, el Pacífico Central Ecuatorial, Mar de Tasmania y Atlántico Norte. Las olas de calor marinas y otras tensiones causadas por los cambios medioambientales oceánicos suponen claramente un alto riesgo para la biodiversidad y la pesca y causan pérdidas económicas. Hay que entender que de la misma manera que el aumento de repentino de las temperaturas provoca incendios en la superficie terrestres, en el mar causa la destrucción de los bosques de alga kelp, de las praderas submarinas y de las barreras coralinas.
Los aumentos en la temperatura de los océanos reducen el oxígeno disuelto y afectan significativamente la vida marina, particularmente los corales y otros organismos sensibles a la temperatura y a la química. El calor creciente aumenta la evaporación y la humedad adicional en la atmósfera más cálida nutre las fuertes lluvias y promueve las inundaciones, lo que lleva a un ciclo hidrológico más extremo y a un clima más extremo (en particular huracanes y tifones). Es una de las claves. Esto explica por qué la Tierra ha experimentado un aumento de incendios catastróficos en el Amazonas, California y Australia.
Es importante tener en cuenta que el calentamiento del océano continuará incluso si la temperatura media global del aire en la superficie se puede estabilizar a 2 grados o menos (el objetivo clave de la política del Acuerdo de París) en el siglo XXI, debido al compromiso a largo plazo de los cambios oceánicos impulsados por los GEI. Aquí, el término “compromiso” significa que el océano (y algunos otros componentes en el sistema de la Tierra, como las grandes capas de hielo) tardan en responder y equilibrarse, y lo harán cambiando incluso después de que el forzamiento radiativo se estabilice. Sin embargo, las tasas y las magnitudes del calentamiento del océano y los riesgos asociados serán menores con menores emisiones de GEI. Por lo tanto, la tasa de aumento puede reducirse mediante acciones humanas apropiadas que conduzcan a reducciones rápidas en las emisiones de GEI, reduciendo así los riesgos para los humanos y otras vidas en la Tierra.
En conclusión, este estudio es un recordatorio de cómo el aumento de las temperaturas causado por la acción humana continúa sin freno.