EL-SUR

Martes 15 de Octubre de 2024

Guerrero, México

Opinión

El caso Alan Hollinghurst

Adán Ramírez Serret

Noviembre 15, 2019

El caso Sparsholt, la más reciente novela de Alan Hollinghurst (Stroud, Glochestershire, 1954), pertenece a esa clase de libros que me fascinan desde la primera página. Obras con las que no deseo otra cosa más que se caiga el cielo allá afuera, para poder encerrarme a leer con tranquilidad; una novela que recorre más de medio siglo de la historia reciente de Inglaterra. Es divertida, profunda y escrita de manera magistral.
Arranca, narrada en primera persona por un joven intelectual que vive en Oxford, durante los inicios de los años cuarenta del siglo XX. Son los primeros años de la Segunda Guerra Mundial, por lo que la certeza de perderla, parecía lo más evidente, por lo tanto, los jóvenes vivían en una frivolidad paranoica llena de incertidumbre, temor y angustia, pues, de un momento a otro, su vida podía cambiar yendo a la guerra, en donde, naturalmente, morirían. Así, poco antes de que cayera la noche y con ella vinieran los bombardeos, aumentaba la tensión sexual.
Es el caso de los compañeros del narrador en la elitista Oxford. Jóvenes exquisitos que tienen un club de lectura que consiste en invitar a alguno de los escritores cercanos que tienen a mano (unos ficticios otros reales) que van desde Orwell al ficticio A.V. Dax. Los invitan a dar una charla y como único pago, que no es poca cosa por esos días, los invitan a cenar.
Así comienza esta novela en la cual en pocas páginas nos damos cuenta que a estos amigos inteligentísimos, con aspiraciones artísticas –unos dibujan y otros escriben– los une algo más que la juventud y sus aspiraciones. En las primeras páginas descubrimos, de una forma tácita, por supuesto, no tan sólo que son homosexuales, sino que están enamorados, cada vez más y más, de un mismo hombre que es su compañero. De un adonis con pocas lecturas pero grandes músculos. Lo cual ahora sin duda ahora nos parece divertido, y lo era naturalmente en esos días, pero no debemos olvidar que es anterior a 1967, cuando se despenalizó la homosexualidad en Inglaterra.
Con un gran sentido de la ironía, el narrador va entretejiendo la historia a partir de la competencia interna que hay entre los amigos, y por si fuera poco, con la prometida del narrador y del propio enamorado. Unos logran dibujarlo desnudo, otros comparten desvelos y unos más, se lo encuentran en la ducha.
No es la primera vez que Alan Hollinghurst escribe sobre la temática homosexual. De hecho, es famoso por incluir la temática gay en sus novelas y tiene una paradigmática del género: La biblioteca de la piscina.
Además, Hollinghurst, pertenece a la denominada generación Granta al lado de nombres como Ian McEwan, Martin Amis, Julian Barnes y el Premio Nobel, Kazuo Ishiguro; a tal grado brillante esta camada de escritores, que también ha sido denominada el Dream Team.
Cuando uno lee las novelas de Hollinghurst, descubre que no es casualidad que pertenezca a esta generación. Pues, además de la más reciente y la paradigmática ya mencionada, se encuentran la magistral La línea de la belleza y El hijo del desconocido.
En todas, aparecen homosexuales encantadores, con buena posición económica y cultos, que llevan su sexualidad por un camino que ahora nos parece extraño: el de la privacidad. Incluso, Hollinghurst ha llegado a decir que le parece más interesante el pasado, más rico, por tener más matices, más capas de personalidades, pues no todo estaba expuesto. Le interesa la historia del mundo homosexual, especialmente en el periodo en el que era secreto e ilegal.
El caso Sparsholt es una fantástica reflexión sobre la vida privada y la vida pública. Sobre los escándalos que suceden cuando estos dos mundos se mezclan. Lo cual resulta un viaje apasionante por el mosaico de la sociedad inglesa de la segunda parte del siglo XX.
Alan Hollinghurst, El caso Sparsholt, Barcelona, Anagrama, 2019. 500 páginas.