EL-SUR

Jueves 25 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

El Congreso y los cambios que vendrán

Silvestre Pacheco León

Septiembre 23, 2018

Poco importa la novatez que mostraron los diputados de Morena en la conducción de la asamblea plenaria del Congreso local para la comparecencia del fiscal General del estado. También el manejo un tanto torpe de la fuerza mayoritaria que detenta como fracción, frente al significado político del acontecimiento.
Lo destacable en los nuevos representantes populares es su disposición manifiesta de poner orden en los hechos que irritan a la población.
La comparecencia en sí misma sienta un precedente en la historia del Congreso porque obligó al “representante de la sociedad” a exponer públicamente su conducta a raíz de una nota periodística que era necesario aclarar por los hechos delicados que le imputa, relacionado con la conducta honesta que se requiere en su desempeño.
Por lo visto en Guerrero la Cuarta Transformación anunciada por Andrés Manuel López Obrador tendrá en el Congreso el sitio privilegiado para los cambios que están por venir, aquellos que, como decía mi maestro Juan Castaingts, a veces pueden resultar difíciles de explicar, pero son fáciles de imaginar, pensando en todo lo que sea en beneficio de la sociedad.
Para fines de valorar lo que ha comenzado a cambiar en el estado, poco importa anotar la conducta protagónica de algunos diputados que, como reflejo condicionado, se esfuerzan en quedar bien con los funcionarios del gobierno actual, así como el deslinde sin sentido, con el ánimo de no molestar a los representantes de esa vieja y decadente clase política priísta, que exhibieron otros.
Lo verdaderamente importante, sucedido en el mes patrio, fue la llamada de atención que en representación de todos los funcionarios públicos recibió el fiscal del estado, en una comparecencia que ya no pudo ser a modo, como era antes la costumbre.
Obligado a responder los cuestionamientos de la sociedad, a raíz de una nota periodística publicada en las páginas del diario Reforma, el día 5 de este mes, en la que se le adjudica la presunta adquisición de una lujosa y cara residencia en el puerto de Acapulco, cuyo valor comercial es de 20 millones de pesos, la cual habría comprado en la mitad de dicha cifra, cuando apenas ha cumplido cuatro meses en tan delicado cargo, con un salario que con prestaciones alcanza los 100 mil pesos, según su dicho.
Para quienes estamos atentos al proceso que sigue el cambio político que vivimos, fue llamativo que en lugar de conocer, a través de los medios de información nacionales algún logro de nuestra Fiscalía, (de tantos que están bajo su responsabilidad, tales como la búsqueda del alcalde perredista electo de Cochoapa, Daniel Esteban González y de su chofer, ambos desaparecidos desde el 2 de septiembre), la prensa y las redes sociales se ocuparan de un hecho que a lo mejor en otro tiempo era común entre la vieja clase política que lo silenciaba y ocultaba con premura como parte de los lazos de impunidad y complicidad en el gobierno, pero que de ahora en adelante, como se ve, será motivo de una comparecencia.
Lo que hemos visto en el Congreso de Guerrero será la ruta de los cambios políticos emprendidos por el nuevo gobierno, y los diputados de Morena parece que tendrán el privilegio de hacer historia, si mantienen vigentes los principios de honradez y de servicio al pueblo, como han sido el nombre de su coalición electoral y la ideología que dicen profesar.
Con la comparecencia del fiscal General el pasado martes ante el pleno de los diputados, ha quedado clara la necesidad de contar en ese cargo con una persona idónea, que represente a la sociedad de manera robusta, ejerciendo su autonomía e independencia de los otros poderes para mayor eficacia e imparcialidad en sus deberes, pues en el caso que nos ocupa, nadie debe olvidar su antecedente inmediato que lo liga a un cargo como empleado en la Secretaría General de gobierno.
Fue un caso curioso el que se vivió el 15 de mayo, el día de su elección, porque después de no pocas críticas que recibió de parte de los diputados de la pasada legislatura que lo votaron, aludiendo a su novatez y a la exigencia de carácter y experiencia para el puesto, dada la grave situación de violencia en el estado, casi todos votaron secretamente por él para quedar bien con la propuesta y recomendación del gobernador, a excepción de la diputada de Morena.
Desde aquella fecha las palabras de Jorge Zuriel de los Santos que siguen resonando entre las paredes del recinto parlamentario, para que los diputados actuales las recuerden, fueron las que dijo como conclusión en su toma de posesión, “La mejor Fiscalía general del estado está por venir”.

La comparecencia

La crónica de la comparecencia del fiscal ante los diputados no tiene desperdicio. Las ahora pequeñas minorías, viejas y nuevas que forman los partidos en el Congreso, se exhibieron defendiendo el statu quo bajo un supuesto honesto interés por aprovechar mejor el tiempo, tanto del compareciente como del parlamento, tratando de ocultar con ello su cercana distancia con el gobierno en funciones. Con su apoyo, el tiempo y el escenario a su favor, el fiscal respondió lo que quiso de las preguntas formuladas, sin tomar en cuenta que al final su silencio también resultará valorado por la sociedad.
Dijo en descargo de la sospecha que se ha cernido sobre su conducta, que sigue viviendo en Chilpancingo, que recibe entre salario y viáticos un poco más de 100 mil pesos mensuales. Que aunque la nota del periódico Reforma no incluye la dirección de la residencia que se le adjudica, él la buscó por su cuenta, tomando como referencia la foto publicada por el periódico. Agregó que así pudo conseguir el documento que exhibió del Registro Público de la Propiedad que muestra como dueño de la lujosa y cara residencia que negó haber comprado, el nombre de Castillo Trinidad y Asociados.
No respondió a los diputados si alguna vez estuvo en el interior del inmueble ubicado en el condominio Villas la Cima, pero llamó la atención que en su explicación hubiera mencionado la dirección del inmueble, cuando en la nota periodística no se menciona.
No deja de mover a risa la explicación de que para ubicar el domicilio de la residencia acapulqueña de Villas de la Cima, el fiscal se hubiera guiado por las fotos publicadas por el periódico, pues eso habla de cierta habilidad y recursos que si los aplicara a casos que le corresponde investigar como funcionario, quizá hubiera otros resultados.