EL-SUR

Martes 23 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

El costo de una sociedad que aplaude la frivolidad

Federico Vite

Mayo 17, 2022

La novela Expensive people (Gran Bretaña, Victor Gollancz LTD, 1968, 224 páginas), de Joyce Carol Oates, aborda una de las grandes contradicciones de un país como Estados Unidos.
Ambientada a finales de la década de los 60, esta delación en primera persona está narrada por Richard Everett, un genio precoz y obeso que se ve a sí mismo como un personaje secundario en un drama familiar que rebosa en frivolidades. Fascinado por sus atractivos padres y el mundo lleno de privilegiados que habitan, Richard analiza su infancia, la pretenciosa educación privada que le imponen tanto su padre, ejecutivo exitoso, como su madre, artista, escritora en ciernes. En un acto de desafío y desesperación, Richard, de once años, dispara a una persona con un rifle. Sin un motivo definido, sin ganas, de hecho, sólo para llenar un vacío existencial. Escrita en los años 60 del siglo pasado, este documento presagia la violencia de los jóvenes estadunidenses en las turbulentas décadas venideras y pone en el centro la educación sentimental.
Expensive people forma parte de Wonderland Quartet, aclamada serie que integra los siguientes libros: A garden of earthly delights (El jardín de las delicias, 1967), Them (Ellos, 1969) y Wonderland (El país de las maravillas, 1971). En este proyecto la autora recreó, de manera realista, la vida en los suburbios estadunidenses. Algo que seguramente tendrá mucho más claro si piensa en los cuentos de John Cheever.
Richard asesinó a uno de sus padres hace siete años (cuando él tenía 11) e intenta poner todo por escrito para dejar constancia de ese hecho que le produce una sensación difícil de explicar, porque no es culpa, sino incredulidad y temor. ¿Es tan fácil que un hijo se convierta en asesino? El suspenso, como usted nota, es descubrir cómo fue creciendo el odio, si hubo, o cómo sucedió y en qué momento ocurrió ese hecho que le cambió la vida a Richard. ¿Pudo evitarse la tragedia? Afortunadamente, la novela no se enfoca en un drama culpígeno sino en la tortura de soportar la frivolidad, una frivolidad aplaudida e incluso respetada.
Nada es el pivote de la novela. Una mujer hermosa de treinta y tantos años, de aparente ascendencia ucraniana, decidida a tener todos los privilegios de la riqueza; periódicamente abandona a su esposo e hijo por la vida artística y bohemia que ofrece Nueva York. Es una escritora de reputación nacional. Ha publicado en una revista especializada una historia relevante. Comprueba así que su talento no es imaginario. “Mi madre no era estúpida”, escribe Richard, “pero por alguna razón actuó como una estúpida la mayor parte del tiempo. Era deliberadamente, con rencor, obstinada y apasionadamente estúpida”. Ella presumía que era de Ucrania, pero se revela que sus padres, de una zona rural de Estados Unidos, tampoco entendían por qué cambió sus apellidos y se inventó una historia familiar en el extranjero. Es rubia, de cuerpo escultural y siempre usa lentes oscuros; tanto al manejar como al ir de compras. En manos de la autora, Nada no es una escritora con mucha convicción y talento, pero sí una promotora de sí misma, vanidosa y presumida. Obsesionada con los exámenes de conocimiento superior que su hijo, de nueve años, está condenado a repetir hasta pasarlos con excelencia. Este hecho describe la maldad superficial que hay en ella. Como si actuara imitando a sus amistades y al imitarlas empezara  a superarlas. Ama los suburbios. Escribe con habilidad, pero le gustan más los clubes de campo, las cómodas bibliotecas, los salones de belleza, pero por sobre todas las cosas ella prefiere las fiestas para ejercitar el bluff. Este mundo de hombres en buena forma y de mujeres esculturales que nunca “se separan” expone otra veta del yugo matrimonial. Richard padece el abandono de sus padres. Él labora obsesivamente para conseguir más dinero; ella se va de rumba. Aprovechando su soledad, Richard pide una escopeta y balas por correo. Tiempo después le dispara a unos vecinos, pero lo hace sólo para asustarlos, sin ganas de lastimarlos. Posteriormente asesina a uno de sus padres.
Richard usa lentes de aumento gruesos. Padece dolencias infantiles y rebosa de inteligencia. Se trata de un niño rico cuyos padres prefieren olvidar que existe. No está en forma ni tiene la arrogancia de los suyos. La familia se muda constantemente de suburbio, uno cada vez más elegante, en la medida que el padre asciende económicamente. Asiste a una especie de escuela privada muy cara y estricta, ahí envían a los niños inteligentes, ricos y solitarios. Es un laboratorio de tortura para genios.
El narrador del relato es un fisgón obsesivo, así que mediante ese recurso hábilmente obtiene información de muchas cosas que él no presencia, pero conoce de primera mano. Richard Everett interrumpe la narración con bastante frecuencia para enfatizar que sus palabras no borlan una ficción, que todo lo del libro es absolutamente cierto y, por tanto, no tiene la organización de una novela. Sin embargo, el texto sí posee una estructura clásica de novela lineal. Richard describe escenas novelísticas convencionales que diluyen el efecto de la confesión, pero lo más atractivo son las digresiones de un chico que habla con cierta arrogancia del arte, la literatura, la fotografía y otras liviandades, por ejemplo: “Nuestra cultura, mis amigos, está basada en la competición y la avaricia. ¿Quién puede negar eso? Es inhumano, totalmente inhumano”.
El relato está muy bien trazado, eso permite que al consumarse el escriba en asesino se comprenda la dimensión del daño en Richard. Ser listo, gordo y usar lentes a los 11 años no te convierte en asesino, pero no puede decirse tampoco que el abandono, la humillación y las exigencias paternas te conviertan en alguien resentido. Hace falta algo más para ser un asesino, ¿la oportunidad, el momento? Oates confirma que un chico confundido es capaz de todo con tal de castigar a quien tanto daño le ha hecho.
En 1968, el escritor John Knowles publicó un artículo en The New York Times relacionado con la pertinencia sociológica de esta novela. Advierte que Expensive people pone atención a algo que le daría problemas a la sociedad estadunidense en un futuro cercano: el abuso paterno y el hostigamiento escolar. Nueve años después de la aparición de Expensive people, en 1977, Stephen King publicó la novela Rage, en la que un adolescente secuestra a sus compañeros de clase. El protagonista es Charlie; también sufrió abuso paterno. La historia está narrada por Charlie y el lector conoce toda la vida de una víctima de la violencia que engendra más violencia, pero en especial, refiere la frivolidad de los padres. La resolución de la trama en Rage es lamentable. Desgraciadamente se conoce más la novela de King, pero el trabajo de Oates es sobresaliente. Esto me lleva a pensar que estos dos autores vieron algo latente en esa sociedad tan convulsa. Dice Knowles: “En 1968 queremos los hechos; queremos Las confesiones de Nat Turner, como si fueran realmente suyas; queremos A sangre fría. Estaba más que dispuesto a creer que esta novela (Expensive people) era demasiado veraz sobre la naturaleza humana, sobre los muchachos intelectualmente dotados que son ignorados por sus padres, sobre nuestra riqueza y nuestra extrañeza en este país”.
Cuando uno encuentra hallazgos como este, la certeza es enorme: la literatura, entre otras tantas de sus virtudes, nos advierte de algo podrido en la sociedad, ¿de qué nos estará alertando la narrativa nacional ahora?