Problema es un obstáculo que nos corta el paso. No hay, pues, problemas, si no queremos ir a ninguna parte. José Antonio Marina.

El Plan estratégico de desarrollo de la sierra de Guerrero, coordinado por Tomás Bustamante Álvarez y Antonio Cervantes Núñez, fue publicado en 2005 por la Secretaría de la Reforma Agraria –a mi cargo– y la UAGro, siendo rector el MC Nelson Valle López. El Plan fue consecuencia del Decreto por el que se crea la zona de atención especial para el desarrollo sustentable de la Sierra de Guerrero, emitido por el gobernador René Juárez Cisneros y que dio paso a la formación del Consejo Regional correspondiente.
Al haberse aprobado la 8ª Región Socioeconómica de la Sierra, es oportuno compartir algunos de sus diagnósticos y propuestas:
Hoy la idea que se tiene de la Sierra Madre del Sur está asociada al narcotráfico, al contrabando de automóviles, a la inseguridad y a la delincuencia, domina una apreciación negativa de la Sierra. En parte es verdad. Es resultado de las acciones de los gobiernos, del trato histórico que le han dado a los problemas agrarios (de complicar y no solucionar los conflictos); es lo que han dejado las empresas de la madera en contubernio con funcionarios públicos, rivalidades y divisiones entre pueblos; es el resultado de la marginación, la pobreza, analfabetismo e incomunicación, factores que ofrecen campo fértil a la delincuencia, al cultivo de enervantes y la violación de las normas de civilizada convivencia.
La Sierra Madre del Sur no es solo eso, posee también diversos recursos que son estratégicos para la vida y economía de Guerrero. Hace falta mayor participación de las instituciones públicas y de la sociedad para darle otra orientación al desarrollo serrano; no al saqueo y destrucción de sus recursos y de empobrecimiento de su gente, que la ha puesto en el campo de la delincuencia como estrategia para sobrevivir, sino para el aprovechamiento y la distribución más responsable y equilibrada de los recursos naturales, para mejorar las condiciones de vida, de educación, de salud, comunicación e integración de su gente.
Queremos que el desarrollo de la Sierra tenga como base a su gente, que sus organizaciones campesinas y sociales sean el factor articulador del desarrollo. A los gobiernos pedimos conjuntar esfuerzos para transformar el desarrollo salvaje que caracteriza hoy a la Sierra, por otro con rostro humano y ambientalmente responsable: no podemos esperar respeto y aprovechamiento civilizado de los recursos con los niveles de pobreza y atraso cultural en que vive la gente de la Sierra.
El documento señala que los días 22 y 23 de abril de 2005 se realizó la asamblea regional para elaborar un Plan de Desarrollo Integral de la Sierra de Guerrero, en la localidad de Agua Fría, municipio de Heliodoro Castillo, a la que asistieron aproximadamente 800 personas, con los siguientes propósitos: Analizar y elaborar una propuesta de Plan de Desarrollo; definir programas de trabajo a proponer a los gobiernos; y acordar un plan de acción y coordinación de las organizaciones campesinas. Los temas abordados fueron: La problemática agraria, desarrollo social, organización y movilización campesina. De acuerdo con el Plan estratégico las características de la región son las siguientes:
“La región de la Sierra se define como la parte alta de la Sierra Madre del Sur, dividida administrativamente en la regiones de Costa Grande, Centro y Tierra Caliente. Comprende parte de 13 municipios y ocupa el 30 por ciento del territorio del estado con una superficie de 18 mil 797 kilómetros cuadrados, de los cuales cerca de 10 mil kilómetros cuadrados corresponden a áreas boscosas, donde habitan unos cien mil habitantes aproximadamente en 998 comunidades. Se trata de la parte menos poblada, más alejada, incomunicada y marginada de los municipios que la conforman, de las regiones administrativas y del estado de Guerrero.
La topografía de la Sierra es sumamente accidentada, no tiene áreas planas, lo que la hace muy sensible a los cambios de vocación forestal, transformación y destrucción de ecosistemas y a la erosión, por lo general no se renuevan, se degradan con la transformación de sus condiciones naturales de vida. Los bosques no solo son madera, son los principales productores de agua, fertilidad y reguladores del clima; son factor natural determinante del medio ambiente y de la vida.
En la Sierra Madre Sur nacen los ríos que alimentan las lagunas costeras y las presas que hacen posible la agricultura de los valles de Tierra Caliente y del litoral del Pacífico; esta agua abastece a las ciudades como Acapulco, Chilpancingo y todas las poblaciones de la Costa y las más de Tierra Caliente. La vida del 60 por ciento de los guerrerenses está vinculada a los bosques de la Sierra”.
Hasta aquí fragmentos del texto.
Como se observará, las actuales condiciones de la Sierra han impactado el ambiente al trastocar los ciclos de las lluvias; disponer de menos agua para consumo humano, generando crisis en Acapulco y Chilpancingo; incrementado la violencia en las comunidades y colocando a la región en riesgos de ingobernabilidad. Con la necesaria remunicipalización que implica la declaratoria de la Octava Región es de esperar una mayor fortaleza institucional y una mejor distribución de los recursos federales y estatales.
J. Arturo Ortega Blake considera el desarrollo rural como “el cambio de una agricultura de subsistencia hacia la producción en escala comercial, generando un ingreso en efectivo que eleve la comunidad rural por encima del nivel de vida marginal” y también como “la erradicación de la pobreza mediante la satisfacción de necesidades de la población total de las áreas rurales, por medio de un incremento de la productividad y de ser necesario, de la redistribución de los medios de producción”.
Ojalá la región serreña reciba los recursos presupuestales, técnicos, administrativos y de recursos humanos, a través de un plan de desarrollo de ejecución sostenida.