Lorenzo Meyer
Marzo 27, 2023
Carlos Payán se fue. Pero no su legado. En su último discurso en el zócalo y en relación con la sucesión presidencial, el presidente Andrés Manuel López Obrador optó por asumir y combinar los papeles que en 1940 desempeñaron el presidente Lázaro Cárdenas y su aliado, el general Francisco J. Múgica buscando una solución diferente a la que se dio entonces.
El pasado 18 de marzo, AMLO se encontró con los suyos en una gran concentración para celebrar el 85° aniversario de la expropiación de la industria petrolera decretada por Cárdenas en 1938. Como en todas las conmemoraciones de grandes eventos históricos, el pasado se interpretó según el color del cristal con que se ve el presente y el posible futuro.
AMLO usó su tribuna en el corazón político de México para emitir varios mensajes. El primero ni siquiera requirió mención formal: la plaza radiante y repleta superaba, y con mucho, las concentraciones recientes convocadas por la oposición. Con ese trasfondo, el presidente dejó en claro que su sexenio, que ya se encuentra en su último tercio, debe ser juzgado como apenas la primera etapa de un proyecto de cambio de régimen.
Al elaborar su visión del cardenismo, AMLO subrayó el contraste entre el gobierno inicial de la Revolución Mexicana –el de Francisco I. Madero– con los de Cárdenas y el actual. El proyecto maderista era dar por primera vez a México un gobierno democrático pero fracasó por no haberlo dotado de una base popular masiva para hacer frente a la reacción golpista de la oligarquía –muchos pagaron ese fracaso con la vida. En contraste, años más tarde y tras un lento y contradictorio proceso de construcción de un nuevo régimen, Cárdenas desde antes de asumir la presidencia empezó a preparar lo que sería el cimiento de su política: la organización de masas impulsada con la energía generada por una reforma agraria y una alianza con los sindicatos. Una vez en el poder, esas políticas más el control sobre el ejército, permitieron al presidente michoacano decretar y sostener la expropiación petrolera pese a la resistencia de los afectados.
Mutatis mutandis AMLO ha hecho suya la estrategia cardenista para llevar adelante la 4T, lo que hasta ahora le ha permitido hacer frente a las fuertes e ininterrumpidas presiones internas y externas. Y al subrayar la política de identidad entre las políticas presidenciales y los intereses populares AMLO demandó ese mismo carácter del proyecto de quien llegue a sucederle, siempre suponiendo que Morena mantendrá la presidencia en 2024.
Por otra parte, AMLO entendió pero no aceptó la respuesta de Cárdenas frente a la amenaza de una rebelión de la derecha encabezada en 1940 por el general Juan Andrew Almazán. Para neutralizar al adversario, Cárdenas buscó quitarle banderas al almazanismo y evitar una rebelión al estilo de Francisco Franco en España, por eso descabezó a la izquierda negándole al general Múgica, su sucesor natural, la posibilidad de conducir una segunda etapa del cardenismo y optó por el moderado Manuel Ávila Camacho. Con esta maniobra se supuso que la política progresista quedaba en pausa pero resultó su clausura definitiva y el cardenismo quedó solo como recuerdo. En su discurso, AMLO dejó en claro que su apoyo en calidad de líder indiscutible de Morena no será en 2024 para favorecer una versión de Ávila Camacho, sino para el equivalente al general Múgica, alguien con la disposición de ganarse el apoyo electoral y llevar adelante la 4T.
La concentración del 18 de marzo fue para conmemorar la expropiación que hace 85 años fue calificada por el embajador norteamericano, Josephus Daniels, como “un rayo que surge de un cielo sin nubes” y AMLO aprovechó la ocasión para equiparar la actitud de respeto a la soberanía mexicana del presidente Roosevelt ante ese “rayo” a la del actual mandatario norteamericano pero rechazó, desafiante, a quienes hoy desde Washington descalifican sus políticas internas.
En conclusión, en la coyuntura actual el presidente mexicano se propone combinar los papeles desempeñados en 1940 por Cárdenas y Múgica y conducir la sucesión presidencial “a su manera”.