EL-SUR

Lunes 02 de Diciembre de 2024

Guerrero, México

Opinión

El eclipse de sol (I)

Marcial Rodríguez Saldaña

Abril 12, 2024

Este lunes 8 de abril ocurrió un fenómeno natural extraordinario, el eclipse de sol, el cual fue total en algunas ciudades del norte del país como Mazatlán (Sinaloa), Nazas, Lerdo, Gómez Palacio, Durango (Durango), Monclova, Ciudad Acuña, Cuatro Ciénegas y Piedras Negras (Coahuila) y en el caso de Guerrero, fue parcial, con un porcentaje de oscurecimiento del 71 por ciento en Chilpancingo y un 70 por ciento en Acapulco
1. El estudio, el interés por conocer lo que es nuestro universo, las galaxias, la vía láctea, las constelaciones, los astros, el Sol, la luna, las estrellas, los planetas y la tierra, existe desde el propio origen del ser humano.
Se tiene memoria, por los registros históricos que existen una vez que se inventó la escritura, que el eclipse solar más antiguo en el mundo ha sido identificado por investigadores, fue el que ocurrió el 30 de octubre del año 1207, antes de nuestra era, esto es hace más de 3 mil 200 años. También sabemos, que fue el filósofo griego, Anaxágoras, quien llegó a la conclusión de que el eclipse de Sol se originaba por la sombra de la luna.
Al paso del tiempo, en nuestros pueblos originarios, los mayas ya contaban con su observador astronómico, en forma redonda como un caracol, con ventanas, desde donde podían observar los equinoccios, los solsticios, las puestas de Sol, las posiciones de Venus y otras estrellas, y por supuesto los eclipses, que dejaron para la posteridad en el Código Dresde.
Los teotihuacanos, dedicaron sus mejores esfuerzos a la edificación de las majestuosas pirámides del Sol y de la luna, que aún se mantienen como testimonio de sus ritos a sus dioses y las legaron para la admiración de las presentes y futuras generaciones. Los aztecas consideraban que los eclipses, eran presagios de catástrofes, sequías, terremotos o hasta de la muerte de los tlatoanis.
2. En la época colonial, el cosmógrafo Enrico Martínez en su trabajo Repertorio de los tiempos publicado en 1606, incluyó los cálculos que hizo sobre los eclipses que habrían de suceder entre esa fecha y 1620. Esta fue la primera publicación de ese tipo en todo el continente americano, que predijo, entre dichos fenómenos, el del 10 de junio de 1611, que fue total y se observó en el sureste mexicano.
El astrónomo Carlos de Sigu?enza y Góngora desde lo que hoy es la Ciudad de México, supo que el el 23 de agosto de 1691, ocurriría un eclipse solar y del que señaló: “a muy poco de las ocho y tres cuartos de la mañana, nos quedamos no a buena(s) sino a malas noches (…) al mismo instante en que faltó la luz, cayéndose las aves que iban volando, aullando los perros, gritando las mujeres y los muchachos, desamparando las indias sus puestos en que vendían en la plaza fruta, verdura y otras menudencias (…) se causó de todo tan repentina confusión y alboroto que causaba grima”. A diferencia de la mayor parte de los pobladores de la nueva españa, Sigu?enza sabía que el fenómeno iba a presentarse, de tal manera que desde la noche anterior preparó los instrumentos para estudiarlo y en su escrito declaró que estaba muy alegre de haber podido contemplar un acontecimiento como ese.
Otro científico destacado, Felipe de Zúñiga y Ontiveros, calculó que ocurriría un eclipse en la parte central de nueva españa el 13 de mayo de 1752. Por su parte, el astrónomo Antonio de León y Gama, predijo el del 24 de junio de 1778, que fue observado también desde Ciudad de México, pero desafortunadamente sólo se pudo apreciar una parte del fenómeno, debido a que las nubes cubrieron la unión del Sol y la luna durante la mayor parte del tiempo.
3. Durante el siglo XIX hubo varios eclipses en el mundo, pero solo dos se pudieron observar en su fase total en México: el que acertadamente calculó y predijo Francisco Díaz Covarrubias para el 25 de marzo de 1857 y el que ocurrió el 28 de mayo de 1900. Respecto al primero, en el periódico El Monitor Republicano del 16 de marzo de 1857, este astrónomo, mostró sus cálculos sobre la hora en que iniciaría el eclipse, cuándo el oscurecimiento sería total y el momento en que terminaría. A¡Además, señaló que se vería en Baja California, Sonora, Sinaloa y otros estados del norte del país.
En el periódico La Enseña Republicana de Durango, se dijo que los habitantes de la ciudad habían podido observar un espectáculo “sublime, grandioso y sorprendente”. De acuerdo con el periodista que narró el hecho, el eclipse inició a las 4:10 de la tarde y una hora después la oscuridad era completa: “se vieron clara y distintamente las estrellas del firmamento y las luces artificiales alumbraban como en las tinieblas de la noche. La oscuridad total duró de cinco a seis minutos, luego comenzó a disiparse y el Sol apareció de nuevo entre unos ligeros celajes”. Narró que las personas que a esa hora caminaban por las calles y la plaza principal de Durango, tuvieron temor durante el momento de oscuridad total, algunos corrieron en diferentes direcciones y otros suplicaron misericordia; sin embargo, todo regresó a la tranquilidad cuando la luz iluminó de nuevo el firmamento y terminó el fenómeno del eclipse.
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