EL-SUR

Miércoles 17 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

El Escuadrón 421 del EZLN

Tryno Maldonado

Abril 20, 2021

METALES PESADOS

 

Por medio del comunicado “Una montaña en altamar” firmado por el Subcomandante Insurgente Moisés el 5 de octubre 2020, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) hizo claras sus intenciones de conformar una delegación zapatista que cruzara el océano Atlántico para llegar a varios puntos de la Europa de abajo y en resistencia.
En su valoración, el comunicado zapatista afirma que “la muerte y la destrucción no son ya algo lejano, que se limite a fronteras, respete aduanas y convenios internacionales. La destrucción en cualquier rincón del mundo repercute en todo el planeta. (…) Escuchamos y miramos el ataque, cerco y persecución de cualquier atisbo de creatividad, inteligencia y racionalidad. Frente al pensamiento crítico, los poderosos demandan, exigen e imponen sus fanatismos. La muerte que plantan, cultivan y cosechan no es sólo la física; también incluye la extinción de la universalidad propia de la humanidad –la inteligencia–, sus avances y logros”.
Este viaje busca desdoblar las experiencias, las formas de organización de las luchas y resistencias de las comunidades zapatistas en los útlimos años más allá de los mares, pues “también escuchamos y miramos las resistencias y rebeldías que, no por silenciadas u olvidadas, dejan de ser claves, pistas de una humanidad que se niega a seguir al sistema en su apresurado paso al colapso: el tren mortal del progreso que avanza, soberbio e impecable, hacia el acantilado. Mientras el maquinista olvida que es sólo un empleado más y cree, ingenuo, que él decide el camino, cuando no hace sino seguir la prisión de los rieles hacia el abismo”.
En el más reciente comunicado del EZLN publicado este 17 de abril, el Subcomandante Insurgente Galeano nombró a esta delegación marítima zapatista como el Escuadrón 421: estará conformada por cuatro mujeres, dos hombres y una mujer transexual; todas nacidas en autonomía dentro de las comunidades zapatistas. El Escuadrón 421 se encuentra ya acuartelado en el Centro de Adiestramiento Marítimo-Terrestre Zapatista, ubicado en el Semillero Comandanta Ramona de la zona Tzotz Choj.
“No fue fácil. Más bien, ha sido tortuoso. Para llegar a este calendario, hubimos de enfrentar reparos, consejos, desalientos, llamados a la mesura y a la prudencia, francos sabotajes, mentiras, malhabladas, recuentos detallados de las dificultades, chismes e insolencias, y una frase repetida hasta el asco: ‘eso que quieren hacer es muy difícil, por no decir imposible’. Claro, todo eso sin contar los obstáculos del supremo gobierno y su burocracia ignorante, necia y racista”.
El Escuadrón 421 está compuesto por Lupita (tzotzil de 19 años), Carolina (tzeltal de 26 años), Ximena (cho’ol de 25 años), Yuli (tojolabal de 37 años), Bernal (tojolabal de 57 años), Darío (cho’ol de 47 años) y Marijose (mujer transexual tojolabal de 39 años), designada como la primera zapatista que desembarcará en Europa e iniciará “la invasión”: “Así que la primera planta que se posará sobre suelo europeo (claro, si es que nos dejan desembarcar) no será de un hombre, tampoco de una mujer. Será de unoa otroa”.
Al pisar tierra, Marijose dirá: “A nombre de las mujeres, niños, hombres, ancianos y, claro, otroas zapatistas, declaro que el nombre de esta tierra, a la que sus naturales llaman ahora ‘Europa’, de aquí en adelante se llamará: Slumil K´Ajxemk´Op, que quiere decir ‘Tierra Insumisa’ o ‘Tierra que no se resigna, que no desmaya’. Y así será conocida por propios y extraños mientras haya aquí alguien que no se rinda, que no se venda y que no claudique”.
El contacto del Escuadrón 421 zapatista será con las “rebeldías y resistencias que entienden, cada quien con su modo, su tiempo y su geografía, que las soluciones no están en la fe en los gobiernos nacionales, que no se gestan protegidas por fronteras ni visten banderas y lenguas distintas. Resistencias y rebeldías que nos enseñan a nosotros, nosotras, nosotroas zapatistas, que las soluciones pudieran estar abajo, en los sótanos y rincones del mundo. No en los palacios gubernamentales. No en las oficinas de las grandes corporaciones.
“Rebeldías y resistencias que nos muestran que, si los de arriba rompen los puentes y cierran las fronteras, queda navegar ríos y mares para encontrarnos. Que la cura, si es que la hay, es mundial, y tiene el color de la tierra, del trabajo que vive y muere en calles y barrios, en mares y cielos, en los montes y en sus entrañas. Que, como el maíz originario, muchos son sus colores, sus tonalidades y sonidos”.
Después de pisar varios puertos de la Europa de abajo y a la izquierda, la delegación zapatista planea llegar a Madrid el 13 de agosto del 2021 (500 años después de la supuesta conquista de lo que hoy es México). E inmediatamente después continuará su camino.
De esta manera ya “se prepara para la invasión que no es invasión… bueno, sí es, pero es algo, digamos, consensuado. Algo así como un internacionalismo sado-masoquista que, por supuesto, no será bien visto por la ortodoxia hecha vanguardia, la cual, como se debe, va tan delante de las masas, que no se alcanza a ver.
“Es tiempo de nuevo para que bailen los corazones, y que no sean ni su música ni sus pasos, los del lamento y la resignación. Iremos a encontrar lo que nos hace iguales.
“Iremos a decirle al pueblo de España dos cosas sencillas. Uno: Que no nos conquistaron. Que seguimos en resistencia y rebeldía. Dos: Que no tienen por qué pedir que les perdonemos nada. Ya basta de jugar con el pasado lejano para justificar, con demagogia e hipocresía, los crímenes actuales y en curso: el asesinato de luchadores sociales, como el hermano Samir Flores Soberanes; los genocidios escondidos detrás de megaproyectos, concebidos y realizados para contento del poderoso –el mismo que flagela todos los rincones del planeta–; el aliento monetario y de impunidad para los paramilitares; la compra de conciencias y dignidades con 30 monedas”.
Finalmente, el EZLN lanza la invitación abierta a quienes simpatizan o caminan con los procesos zapatistas para “quienes tienen como vocación, empeño y horizonte, las artes y las ciencias a que acompañen, a la distancia, nuestros navegares y pasos. Y que así nos ayuden a difundir que en ellas, ciencias y artes, está la posibilidad no sólo de la supervivencia de la humanidad, también de un mundo nuevo”.