EL-SUR

Martes 15 de Octubre de 2024

Guerrero, México

Opinión

El estilo personal

Arturo Martínez Núñez

Agosto 07, 2018

“…puesto que el presidente de México tiene un poder inmenso, es inevitable que lo ejerza personal y no institucionalmente, o sea que resulta fatal que la persona del Presidente le dé a su gobierno un sello peculiar, hasta inconfundible. Es decir, que el temperamento, el carácter, las simpatías y diferencias, la educación y la experiencias personales influirán de un modo claro en toda su vida pública y, por los tanto, en sus actos de gobierno.” El estilo personal de gobernar. Daniel Cosío Villegas, 1974.

En la actividad pública, igual que en la privada, existen diferentes tipos de personalidades que influyen en los resultados de los actores.
En Guerrero hemos tenido políticos de todos los tipo de personalidad: políticos serios y austeros; políticos dicharacheros y populares; políticos poetas y bohemios; políticos técnicos y responsables. Hemos tenido políticos dipsómanos y políticos sobrios; políticos simpáticos y políticos antipáticos.
Hay algunos a los que les encanta el olor de la tinta y no pueden resistir opinar de todo todo el tiempo. Hay otros que rehuyen el reflector y prefieren operar en las penumbras.
Hay unos que buscan el diálogo y la concertación y otros que prefieren la división y la ruptura como divisa.
Hay algunos estridentes y protagónicos y otros discretos y reservados. Hay quienes incluso combinan varias personalidades dependiendo de las circunstancias.
Ningún tipo de personalidad garantiza la entrega de resultados a la población. Los hay buenos y malos sin importar sus hábitos.
Decía Deng Xiaoping que a la gente no le importa si el gato es blanco o el gato es negro. A la gente lo que le importa es que el gato atrape ratones.
En tiempos de transición, los políticos debemos de ser prudentes y tolerantes con aquellos con los que no compartimos tipo de personalidad ni hábitos de conducta.
Sería un sueño guajiro pedir que no existiera la descalificación, la denostación ni el lenguaje virulento. Hay personajes que no pueden vivir sin ellos. Es pedirle a Donald Trump que deje de ser grosero en Twitter. O pedirle a Nicolás Maduro que deje de ser histriónico.
Más allá de la forma, lo que importa es el fondo. Lo que importa son los resultados y lo que importa es la eficacia. Contrario a lo que opinaba don Jesús Reyes Heroles, forma no siempre es fondo.
La política se construye andando. El acuerdo se alcanza a partir de posiciones encontradas. No se debe de exigir a los actores políticos que en la búsqueda del acuerdo se abandonen los principios. Lo que tenemos que encontrar son los puntos de unión. No esperemos que los adversarios sean como nosotros deseamos que sean. Finalmente los acuerdos se logran con quienes no estamos de acuerdo. Con los que piensan igual que nosotros no es necesario acordar nada.
No pidamos ni sumisión ni seamos intransigentes. La soberbia en política es la peor consejera. Seamos humildes. Seamos tolerantes. Seamos firmes en nuestras convicciones sin caer en provocaciones ni luchas estériles. Demostrémosle a la gente que podemos cazar ratas, ratones y canguros.