EL-SUR

Jueves 02 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Opinión

El exterminio de jóvenes en Zacatecas

Tryno Maldonado

Diciembre 14, 2022

La carretera 118 en el municipio conurbado de Guadalupe, Zacatecas, amaneció regada de cadáveres la madrugada del viernes pasado. Las víctimas fueron halladas envueltas en cobijas y bolsas de plástico. Aunque las autoridades locales no dieron detalle sobre la identidad y número de las víctimas, se sabe que éstas fueron encontradas en las inmediaciones de la Universidad Tecnológica de Zacatecas (Utzac). Los cuerpos estuvieron a la vista de estudiantes y profesores a su llegada a clases.
Tan sólo el pasado 30 de septiembre tres alumnos de entre 18 y 21 años de la Utzac fueron asesinados en el mismo municipio de Guadalupe con armas de fuego. Sus nombres eran Francisco Javier García, Juan Genaro Ramírez y José Carlos Ramírez. Cursaban la carrera en Ingenería en Mecatrónica y estaban recién egresados de la preparatoria. Los familiares y amigos de los estudiantes convocaron a una marcha en el centro de la ciudad de Zacatecas. Muchos de los estudiantes asistentes manifestaron su temor por la condición de riesgo en que se desplazan diariamente a sus escuelas. “Qué miedo salir de tu casa a la escuela y no saber si regresarás vivo”, era el reclamo que se oía en la marcha.
En lo que va de 2022, en Zacatecas han sido asesinados nueve estudiantes universitarios inocentes.
El 14 de febrero, cinco estudiantes del municipio de Francisco R. Murguía fueron desaparecidos y posteriormente hallados masacrados. Dos de ellos, Irving Castor Reyes y Natalio Torres Balderas, de 21 años de edad, eran también estudiantes de la Utzac.
Lo que ocurre en Zacatecas es un exterminio de su juventud en el terrible contexto de la guerra informal “contra el narcotráfico” iniciada por Felipe Calderón y llevada a sus últimas consecuencias constitucionales con el proceso de militarización de Andrés Manuel López Obrador.
En los últimos años nuestras familias y amigos en Zacatecas –como los de las familias de muchas otras entidades– padecen el terror cotidiano y la incertidumbre. En 2021 Zacatecas se convirtió en la entidad con el mayor índice de homicidios por habitante: 101 por cada 100 mil. El más alto de todo México. Son cifras oficiales del Secretariado Ejecutivo de Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Si Zacatecas fuera por sí mismo un país, sería el país más letal de todo el continente.
El infierno y el caos más aterrador de los últimos tiempos en Zacatecas se vivió la noche del día 4 de este mes de diciembre. Los eventos de violencia tuvieron lugar después de lo que las autoridades reportaron como un intento de motín y fuga en el Centro Regional de Reinserción Social Varonil de Cieneguillas (Cerereso). Las seis vías de acceso que comunican a la capital de Zacatecas con el resto del país fueron tomadas simultáneamente con narcobloqueos. Carcasas de vehículos robados fueron incendiadas en todos los puntos para bloquear los accesos. Además de que se usaron ponchallantas y la caseta federal de Calera, por la que se accede a la capital desde Frenillo y el aeropuerto internacional, fue también incendiada. Muchas escuelas cancelaron sus clases por la mañana ante el clima de zozobra que vivió la población zacatecana que creía haberlo visto todo ya en esta pesadilla sin fin.
Pero la crisis de violencia desatada no nada más asola a la población en general. Cada vez más altos representantes de los distintos órdenes de gobierno están siendo también víctimas de la guerra desatada desde el propio Estado en Zacatecas. En un hecho inédito, el pasado 3 de diciembre el juez Roberto Elías fue emboscado y asesinado a tiros al salir de su casa en el municipio de Guadalupe. Según los últimos informes, el asesinato del juez Elías habría sido ordenado desde el interior del propio penal de Cieneguillas.
No es todo. El pasado 25 de noviembre fue asesinado el coordinador de la Guardia Nacional en el estado de Zacatecas, el general José Silvestre Urzúa. La Guardia Nacional y su ley de sesgo militarista impuesta por el régimen actual no deja de verse como la joya de la corona de la autoproclamada Cuarta Transformación. Sin embargo, es un hecho también insólito el que uno de sus coordinadores nacionales haya sido ultimado por los grupos delincuenciales que campean e interactúan impunemente y a sus anchas ante la permisividad y la connivencia de los militares.
Entre tanto, las comunidades y pueblos de Zacatecas son quienes resienten la inclemencia de la guerra. Se calcula que alrededor de 60 por ciento de los pobladores de distintas comunidades del municipio de Jerez han sido desplazados por la violencia. Los habitantes de la comunidad del Durazno, por ejemplo, no tuvieron opción más que abandonar sus hogares luego de que el 1 de diciembre un grupo delincuencial secuestrara a cuatro jóvenes y asesinara a dos adolescentes de 13 y 17 años.
En palabras de Jean-Paul Sartre prestadas para el fracaso rotundo del proyecto de militarización del país: “La violencia, sea cual sea la forma en que se manifieste, es un fracaso”.