EL-SUR

Martes 23 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

El gabinete de la tómbola y la octava región

Héctor Manuel Popoca Boone

Agosto 20, 2022

¿Alguien ha visto a Vicente Suastegui Muñoz?

I

Para que un gobernante entregue buenas cuentas a su pueblo, debe integrar y saberse rodear de un equipo de colaboradores capaces, experimentados, honestos, con espíritu de equipo de trabajo y con mucho compromiso social. Acostumbrados a rendir con transparencia las cuentas y entregar con oportunidad los resultados. “Dime quienes forman tu equipo de trabajo y te diré qué resultados obtendrás”.
A vista de todos, en los primeros 10 meses de acción de la gobernadora estatal, evidenciado está que su gabinete de trabajo le fue impuesto, en su mayor parte, por su “papá incómodo”, el senador Félix Salgado Macedonio. Político ducho, pero inexperto en cuestiones de la administración pública federal y estatal. Otros funcionarios públicos fueron nombrados, de facto, por el presidente de la República, en áreas de gobierno muy sensibles, como lo son la seguridad pública y la procuración de justicia. De lo anterior se infiere que la responsabilidad de gobernar Guerrero, por la vía de los hechos, recae en tres personas: El Presidente Obrador, la gobernadora constitucional y el senador. Aun cuando este último, falazmente, lo niegue; con desdén manifiesto a la consigna presidencial de “no mentir”.
El senador utilizó, para seleccionar al personal que entraría a trabajar en mandos medios del gobierno estatal, un método “muy democrático y novedoso” surgido en el régimen de la 4T y que no es nada conflictivo: “La Tómbola”. Resulta que, en los primeros días de gobierno invitaba los jueves, en Chilpancingo, a sus fieles seguidores y a otros quienes lo apoyaron en la campaña electoral, a una especie de “feria”; cuyos concurrentes deberían llevar su currículum, con la esperanza que les tocara ser beneficiados laboralmente por la “justicia transformadora” del azar y la suerte.
Félix, llegado el momento, maniobraba la tómbola llevada a esos eventos, donde se depositaban en un papel, los nombres y habilidades de posibles agraciados para un puesto de trabajo. También a un lado de la tómbola, tenía el listado de todos los puestos medios laborables que contempla la ley de administración pública. Ante la expectación de todos, procedía a sacar de la tómbola, el papel de un afortunado para que, rápidamente y conociendo sus estudios y la “lista de puestos”, dijera por el micrófono el nombre del suertudo, la dependencia a la cual sería asignado y en qué puesto; mandando la indicación correspondiente a su atribulada hija, la mandataria estatal, para que se le extendiera el nombramiento, junto con los demás distinguidos por la tómbola, al margen de experiencias y saberes individuales. Así se formó para infortunio de Guerrero, “el gabinete de la tómbola”.

II

La octava región y sus posibilidades de concreción formal.
Desde el gobierno de Rubén Figueroa Figueroa, se iniciaron ejercicios de planeación para el desarrollo socioeconómico de la zona de la Sierra de Guerrero, aun cuando el marco de la planeación estatal formalmente contemplaba seis regiones, para posteriormente añadir Acapulco, como la séptima.
En algunos planes estatales de desarrollo, se estipula que para decretar por el Congreso local la creación de una región socioeconómica, además de otros requisitos, debe ser integrada con al menos uno o más municipios, ya establecidos. El proceso inicial para la configuración de la octava región implicó primero definir sus límites territoriales, con sus cotas y coordenadas geográficas respectivas; debido a que hay solo un municipio completo, Heliodoro Castillo (Tlacotepec) en el territorio contemplado para su creación.
Procederá, por tanto, conformarla, con el desprendimiento de territorios de la zona alta de la Sierra Madre Occidental, pertenecientes a los municipios de Coyuca de Catalán, Zirándaro, Ajuchitlán y San Miguel Totolapan, por la vertiente de Tierra Caliente, Chichihualco por la vertiente de la zona centro y por lo que respecta a la Costa Grande: Coyuca de Benítez, Atoyac, Técpan, Petatlán, José Azueta y Coahuayutla.
La cruda realidad me indica que habrá serias dificultades para obtener el visto bueno de algunas presidencias municipales, cabildos, habitantes de ciudades y pueblos localizados por debajo de la cota inferior establecida, puesto que no querrán verse despojados de las fuentes de agua y formación de ríos, de los macizos boscosos –los que todavía quedan–, sus recursos minerales metálicos y no metálicos, así como las áreas agrícolas y frutícolas, que son parte importante de los haberes productivos de los municipios anteriormente mencionados. Hay que agregar a lo anterior que la delincuencia organizada, de inmediato querrá tomar bajo su control total la octava región; máxime que ya se localizan en esa zona plantíos de cocaína; además de los tradicionales de marihuana y amapola.
Por las circunstancias actualmente imperantes tanto a nivel nacional como estatal, considero mejor empezar dándole materia y vida al decreto estatal, ya aprobado desde hace décadas, por medio del cual se establece como una “zona de atención especial socioeconómica” a la Sierra de Guerrero, mismo que brinda el marco legal para etiquetarle recursos públicos intransferibles a otras regiones o programas en el Estado. Todo es cuestión de tener voluntad política para hacerlo, tanto del Poder Ejecutivo estatal, como del Legislativo, …y de las fuerzas armadas. ¿O no?

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