EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

El gobierno nos falló

Tlachinollan

Septiembre 24, 2018

En este cuarto aniversario, la lucha de las madres y padres hará brillar la verdad
¡Somos 43 aquí y ahora! Desde el 26 de septiembre de 2014, hasta dar con su paradero. No hay tregua para acortar el tiempo, ni para dejar que las estrellas se apaguen en el firmamento. ¡Somos 43 y luchamos día y noche! Para que llegue el alba de la justicia. Para que termine esta pesadilla.

Cuando me llamaron por teléfono los muchachos de la Normal de que urgía que me presentara en la escuela porque había un problema con sus compañeros, nunca imaginé que a los cuatro años seguiría yo aquí llevando en mi pecho por todos lados la fotografía de mi hijo. Cuando mi hijo me había informado que siempre se quedaría en la escuela, me alegré mucho y en mis adentros hice cuentas de que me sacrificaría cuatro años para que en el 2018 se recibiera como maestro y pudiera conseguir un trabajo.
No sólo mi hijo ya no pudo terminar la normal, sino que el gobierno me lo quitó, porque desde aquel 26 de septiembre las autoridades se empeñaron en machacarnos todo el tiempo que nuestros hijos fueron quemados en el basurero de Cocula.
El mismo presidente Enrique Peña Nieto dio un mensaje a todo el país con motivo de su último informe de gobierno diciendo que no-sotros nos resistimos a aceptar su “verdad histórica” ¿Por qué tiene que salir en la televisión gastando el dinero de todos los mexicanos para querer limpiar su cara de mentiroso? ¿Quién de nosotros le va a creer si desde que era candidato firmaba ante notario público de que cumpliría las demandas que le planteaba la población? No sólo nos engaño las dos veces que nos reunimos con él, también ha engañado a los del GIEI, a la misma Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y a la Organización de las Naciones Unidas (ONU). A todos los mexicanos nos dijo que con sus reformas nos iba a ir mejor. No sólo estamos más pobres sino que ahora el mismo gobierno forma parte de la delincuencia. A los pueblos se les amenaza con quitarles sus tierras para hacer negocios con las empresas extranjeras y a los mismos maestros les están quitando sus plazas para que la educación también sea un negocio de los empresarios. Por eso, como madre sufro porque desaparecieron a mi hijo pero también porque este gobierno y este presidente se encargaron de que la violencia se extendiera en todo el país. Eso lo he visto en todos los lugares donde vamos a platicar con otros compañeros y compañeras.
Como mamá recuerdo muy bien que lo primero que hice esa noche del 26, fue preguntarle a los compañeros de mi hijo qué había pasado. Vi que todos estaban sin saber qué decir, porque en esos momentos nuestros hijos estaban siendo atacados por la policía y la delincuencia. Los que somos de Tixtla pudimos llegar a la escuela, sin embargo, todo era confusión. Ahí me di cuenta de que éramos muchas madres y padres los que teníamos el mismo problema. Al siguiente día nos fuimos a Iguala con los estudiantes. Pensamos que los tenían detenidos los municipales o los ministeriales. Al ver que algunos estudiantes estaban declarando, medio nos tranquilizamos porque nos informaban que varios más se habían escondido en algunas casas y que estaban en los cerros. Los del mismo gobierno nos echaban en cara que los estábamos ocultando porque tenían información que varios de ellos estaban en nuestras casas. La mayoría de las mamás y papás teníamos la sensación de que en cualquier momento llegarían a la escuela o se comunicarían por teléfono para decirnos donde estaban. Nuestro amor de madre no se conformó con esperar a que las autoridades investigaran lo que había pasado. Luego nos dimos cuenta de que estaban ocultando información y que además los mismos policías de Iguala se dedicaban a vigilarnos y seguirnos junto con los halcones que andaban en sus motos. Con el apoyo que encontramos con varias organizaciones y algunas gentes de la misma ciudad de Iguala, tomamos la decisión de ir a buscar a nuestros hijos a las colonias donde tienen sus escondites los miembros de la delincuencia, y donde la gente ha descubierto fosas clandestinas. En esos días también nos apoyaron los de la Policía Ciudadana, varios de ellos nos dieron información muy importante sobre los lugares donde la delincuencia llevaban a las personas secuestradas y también en donde las enterraban. Este apoyo fue rechazado por el gobierno, siempre se opusieron a que los de la UPOEG hicieran las búsquedas, porque sabían que iban a descubrir muchos lugares que están controlados por la delincuencia. Son muchos los intereses que se esconden, por eso hasta la fecha las autoridades siguen defendiendo la “verdad histórica”, para que ya no se busque en otros lugares a nuestros hijos.
Cuando empezaron estas búsquedas luego nos dimos cuenta de que las policías trabajan de la mano con la delincuencia. Vimos que en lugar de que nos apoyaran trataban más bien de meternos miedo, y en varias ocasiones nos dejaron solas, porque no quisieron caminar con nosotras a varios lugares donde tienen sus escondites los de la maña.
Todo este tiempo hemos tenido que investigar donde podrían estar nuestros hijos. El GIEI nos ayudó a encontrar otras líneas de investigación. Descubrió que tanto los militares como los policías tenían información a través del C4 de todo lo que estaban haciendo nuestros hijos. Por eso hemos exigido al gobierno que investigue a los policías municipales de Huitzuco, Tepecoacuilco y también de Taxco; les hemos dicho que detengan a los policías federales que fueron testigos de como varios de nuestros hijos fueron llevados por el grupo de Huitzuco. Nos da mucho coraje que el presidente de la República le brinde todo el apoyo al ejército y que sean los más protegidos de este sexenio cuando sabemos que han cometido varios crímenes en nuestro país, y que en esa noche del 26 de septiembre también participaron en la desaparición de nuestros hijos.
Cuando decidimos ir a Iguala el 25 de mayo pasado para hablar con Andrés Manuel López Obrador, fue para decirle públicamente que en esa misma ciudad de Iguala habían desaparecido a nuestros hijos y que por lo mismo, en nombre de ellos le pedíamos que se comprometiera a investigar el paradero de ellos. Fue un buen gesto que nos haya escuchado y subido donde él estaba. Se notó que nuestras palabras le llegaron al corazón. Nosotras mismas sentimos que su mensaje fue sincero. Qué bueno que el pueblo votó por él. Nosotras también votamos por él. Tenemos mucha esperanza de que como presidente apoye la creación de la Comisión Especial de Investigación para la Verdad y la Justicia del caso Iguala, que ordenó hace tres meses el Décimo Noveno Tribunal de circuito de la ciudad de Reynosa, Tamaulipas.
Como presidente electo López Obrador supo nombrar a una persona que como político tiene un gran compromiso con las luchas del pueblo. No son de esos gobernantes mentirosos. Hemos podido platicar con él y sentimos que es una persona que da confianza. A diferencia con los funcionarios que trabajan con Peña Nieto, Alejandro Encinas no sólo ha fijado posturas públicas que contradicen la posición presidencial de la “verdad histórica”, sino que está atendiendo con mucho empeño las recomendaciones que dio el GIEI y, sobre todo, se ha comprometido a impulsar la creación de la Comisión Especial de Investigación. Su equipo de trabajo se ha empapado de toda la información que requiere el caso de nuestros 43 hijos y junto con nuestros abogados están atendiendo los temas más urgentes para que cuando llegue el cambio de gobierno puedan operar de inmediato la estrategia que se están planteando.
Tenemos muchas esperanzas de que en la reunión que vamos a tener con el presidente electo Andrés Manuel López Obrador se logre amarrar el compromiso y que desde el primer día de su gobierno, ordene la creación de la Comisión Especial de Investigación y apoye la llegada del GIEI a nuestro país para que le puedan dar seguimiento a las líneas de investigación que el gobierno de Peña Nieto no atendió. A pesar de que el dolor es como una daga en el corazón, sentimos que podemos respirar con cierta tranquilidad al saber que en este cuarto año de la desaparición de nuestros hijos nos reuniremos con el nuevo presidente de la República, con el único fin de que nos ayude a encontrar a nuestros amados hijos. Le vamos a hablar con el respeto que se merece pero también con toda la fuerza que existe en nuestro corazón. Le vamos a pedir que no vaya a engañarnos como lo hizo Peña Nieto. Que ya no queremos oír más la “verdad histórica” de voz del presidente de la República, que más bien diga que esa historia falsa es un capítulo cerrado. Le vamos a reconocer y agradecer si pone su empeño para quitar los obstáculos que han impedido avanzar en las líneas de investigación del GIEI. Ya queremos que se acabe este sufrimiento, que nos mata minuto a minuto; queremos que se descubra la verdad, que nos digan dónde están nuestros hijos, que también nos proporcionen los nombres de los responsables, que se les castigue como debe ser y que nunca más se vuelva a repetir esta barbaridad. Así como el gobierno de Peña Nieto nos falló ahora queremos decirle al nuevo presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador este 26 de septiembre, que no nos falle, porque cuatro años de lucha no han sido en vano. Hemos sido capaces de remover este sistema corrupto y de impulsar cambios en el sistema de justicia. Hemos entregado todo para saber la verdad y no vamos a permitir más traiciones y engaños.
¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!