EL-SUR

Jueves 25 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

El inicio de la fiesta patronal de Santiago

Silvestre Pacheco León

Julio 24, 2016

Desde el mes de junio, dio inicio formalmente la tradicional fiesta patronal de Quechultenango con la publicación de las actividades religiosas programadas por la parroquia.
El domingo 19 de junio se realizó el Camino de Santiago, una costumbre tomada de los fieles católicos de Europa que desde cuatro distintos puntos caminan a pie recorriendo las rutas trazadas desde la época de las Cruzadas para llegar a Santiago de Compostela, en el norte de España, donde se encuentra el santuario dedicado a los restos mortales de Santiago Apóstol.
El Camino de Santiago en Quechultenango recorrió, como lo hace desde principios de siglo, las calles principales, con la imagen del santo que los feligreses llevan en andas, precedido de los danzantes, la Hermandad y los fieles, quienes entre cánticos, rezos, cohetes y música, van repitiendo en cada esquina loas al santo patrón.
El 24 de junio se hizo el anuncio de la fiesta patronal por parte del párroco y se publicó la programación de las peregrinaciones que comenzaron a llegar hasta el templo desde el primero de julio.
Las peregrinaciones que llegan de los distintos pueblos del municipio son recibidas por el cura con una misa en la madrugada de cada día, la misa se dedica a los peregrinos, a las personas fallecidas y a los trabajadores de los distintos gremios que las solicitan con anticipación.
El 23 de julio, la danza de las Cueras encabezó la velada de la fiesta y este día, mientras usted me lee, los danzantes caminan por las calles recogiendo las velas, los toritos y demás regalos que los fieles ofrendan al santo.
En este año el baile del Ocoxúchitl culminará en el mismo mes de julio, fecha en que tendrá lugar el esperado baile que interpretan los capitanes de los ejércitos vencidos, cuyo significado expresa la derrota militar de los infieles a manos del ejército de Cristo, comandado por Santiago, así como su arrepentimiento de haber vivido en el error, culminando con su conversión a la religión que pregona el Santo Patrón.
En junio, las autoridades civiles hacen lo propio, anunciando la fiesta patronal con la programación de diferentes actividades, culturales, deportivas y recreativas, entre las que destacan el concierto de la Orquesta Filarmónica, el Paseo del pendón que se realiza el 23 de julio con la participación de hasta quince danzas locales y algunas invitadas.
El concurso para elegir a la reina del Ocoxúchilt suele ser de los más festivos, junto con las corridas de toros, la exposición ganadera y el palo encebado.
En la tradición de las fiestas patronales de los pueblos, siempre hay algo que se pierde y algo que se cambia.
La danza de las Cueras, como ahora se denomina a la representación teatral de música y baile, creada por los frailes agustinos a principios de mil seiscientos para evangelizar a los indios de la Nueva España, perdió en el transcurso de 400 años algunos de los sones que interpreta la danza.
La falta de registro de los sones de la danza, y el hecho de que fuera solamente un flautista el responsable de preservar la pieza musical, puso en riesgo uno de los elementos más valiosos del sincretismo religioso que tiene lugar durante la fiesta patronal en el que se mezclan elementos de la religiosidad indígena y católica.
La historia reciente nos cuenta que para finales de los años setenta del siglo pasado era casi inminente, si no la pérdida de la danza completa, la de varios de los sones que la componen, pues en aquellos años cayó enfermo el único flautista que sabía y tocaba de memoria la música de las Cueras.
La situación de vulnerabilidad en que se encontraba la danza de Santiago puso en alerta a los responsables de mantener viva la tradición, aunque obraron varias circunstancias para ello.
Como se sabe, en las sociedades rurales los músicos tienen un estatus especial porque amenizan las fiestas y forman parte indispensable en el ritual para despedir a los muertos. Su ocupación se convierte en un medio de vida porque, cuando no les pagan por su desempeño, tienen la comida y la bebida gratis.
Ese estatus especial es el que buscan proteger muchos músicos que se niegan a compartir lo que saben, aunque su mezquindad ponga en riesgo el valor de una tradición.
En Quechultenango, el flautista de la danza de las Cueras, que murió a principios de los ochenta, sólo cuando se sintió viejo y enfermo, cedió a la insistencia del niño que lo seguía durante la fiesta de las Cueras con el ruego de que le enseñara.
Tenía 10 años de edad aquel niño que llamaba la atención de la concurrencia porque, a su corta edad, se colocaba cerca del músico repitiendo con su flauta cada uno de los sones que bailaba la danza.
Con disciplina y devoción, a fuerza de aguzar el oído para aprenderse de memoria cada uno de los sones de la danza tocados por Miguel Reyes, nombre del flautista, a la vuelta de dos años el niño aquel dominaba casi completamente la música de los danzantes y se aprendió cada uno de los pasos, el movimiento y el ritmo de los danzantes.
Aquel niño que se inquietaba con la música de las Cueras y que aprendió a fabricarse sus propias flautas, era ya adolescente cuando, en una de las fiestas, los encargados de las Cueras lo buscaron con urgencia porque Miguel Reyes había caído enfermo.
Échanos la mano, le dijeron don Cástulo Chavelas y don José Atempa, los viejos animadores de la danza , Va a llegar el obispo y lo tenemos que recibir con la música de la danza.
Hugo recuerda que se emocionó ante la petición de aquellos señores grandes que lo fueron a encontrar preparándose para jugar un partido de futbol.
Andaba yo en traje deportivo y ni tiempo tuve de irme a cambiar. Cuando me entregaron la flauta de Miguel y la probé, parecía que tocaba solita. Cada uno de los sones se escuchaba como si estuviera tocando el viejo flautista.