EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

El inicio

Arturo Martínez Núñez

Enero 06, 2005

 

 

El año que acaba de comenzar quedará grabado en los libros de la nueva historia guerrerense. El 2005, el Z005, será recordado como el año en que los guerrerenses decidieron dejar de vivir arrodillados.

El último día de actividades del año viejo, Zeferino sostiene actos políticos llenos de efervescencia en la Costa Chica. En Agua Zarca, lo que en un principio sería un saludo de paso, termina por convertirse en un mitin y finalmente en un baile. En Copala la cancha luce repleta y en Cruz Grande, la gente resiste estoica bajo el rayo del sol de mediodía. Al termino de la jornada en El Cortés, municipio de San Marcos, el acto es a la vera de la carretera, donde los 500 participantes se confunden con la gente que pasa en los autobuses y en los autos particulares y que hacen sonar sus bocinas en señal de apoyo.

Tras una breve pausa, el domingo 2 de enero Zeferino parte rumbo a la sierra de Tecpan. Después de recorrer los 23 kilómetros de terracería en poco más de hora y media, llegamos a la comunidad de Santa Lucía, punto de unión con la sierra. Más tarde, en San Luis La Loma ante poco más de 500 personas, Zeferino llama a los panistas a hacer un voto útil. Rememora al luchador social Valente de la Cruz y nos recuerda que “lo que hace fuerte a un gobernante es la verdad”. En El Súchil, el zócalo está lleno pero cuando llegamos a Tecpan, la piel se enchina al ver el número de gente que espera al candidato para marchar desde el panteón sobre la carretera federal. Más de mil quinientas personas acompañan al candidato y al llegar al zócalo, éste luce ya lleno. El ánimo se desborda. Los ilusos que tratan de vender el cuento de que en la Costa Grande el PRI se recupera, no se creen ni sus propias mentiras. La Costa Grande seguirá siendo un bastión de la izquierda en Guerrero. Zeferino se despide diciendo: “El 6 de febrero, como dijo cierto camarada, hasta la victoria siempre compañeros”.

El lunes 3 de enero inicia el día con un saludo en Aguas Blancas. En seguida la herida vuelve a sangrar y nos hace recordar lo que los que tienen las manos manchadas quisieran encerrar en el baúl de los recuerdos. Este es el Guerrero que se tiene que ir. Este es el Guerrero que nunca debió de existir. En Tepetixtla el acto es con 150 personas. Cruzamos el río Coyuca por la parte de la sierra, operación que sólo puede realizarse en esta época del año. Con las primeras aguas y la crecida del nivel, el camino quedará trunco para buena parte de la sierra de Coyuca.

En El Terrero predomina el color anaranjado de Convergencia. A veces, los compañeros de uno y otro lado olvidamos que somos una coalición. En la recta final, debemos de afianzar la unidad para no dejar ni un hueco vacío.

De regreso al bajo, Zeferino es detenido en Las Lomitas, El Mogollón y Las Pozas, ninguno de estos saludos estaba programado en la agenda, pero es tanta la gente que el candidato no puede negarse. En Espinalillo, 200 personas esperan en la cancha. Uno de los oradores habla de la paradoja de la Costa con sus riquezas sin aprovechar: “Aquí, amigo candidato, en época de peces, no podemos ni ir a la laguna porque son tantos que se mueren y no los aprovechamos; lo mismo pasa con el mango que se pudre al pie de los árboles, y con el coco”. En Coyuca se reúne en el auditorio con los sectores productivos y de ahí, partimos rumbo a Las Lomas donde 200 personas escuchan el mensaje.

El candidato y sus acompañantes cruzan la laguna de Coyuca al caer el sol en medio de un gran ambiente. Al llegar al otro lado de la laguna, Zeferino desciende de la embarcación de un gran salto. La gente se emociona y le aplaude. Alguno apunta “¡Todavía puede saltar!”.

En la cancha de usos múltiples de la Barra de Coyuca, el Tuyi, famoso lugareño por sus comerciales primero del PRI y luego de Zeferino, pide la construcción del puente que una la barra con Coyuca y que en una estación de radio de Chilpancingo andan diciendo que cobró 50 mil pesos por el comercial de Zeferino, él lo niega y ofrece emprender las acciones legales necesarias: “Quiero decirles que yo no cobré ni un cinco por hacer el comercial de Zeferino. Lo hice de corazón y lo volvería a hacer con gusto”. Zeferino habla del turismo. No cae en la respuesta fácil y dice que sí, que hace falta infraestructura, pero que también es necesario mejorar el producto. Otra vez la misma fórmula: capacitación y organización. Cuenta que los del otro partido andan preocupadísimos sobre su estado matrimonial y comenta que una señora en Tecpan le dijo: “Y a mí qué me importa. Yo a usted lo quiero para gobernador no pa’ macho”.

Al caer el sol, la barra nos regala un maravilloso crepúsculo. Las costeñas rodean a Zeferino. No lo dejarán ir sin echarse una buena bailada.

El miércoles por la mañana, Zeferino arranca una nueva jornada en Teloloapan con una entrevista de radio, un mitin en Acapetlahuaya y otro en Ixcapuzalco. Cierra la mañana con la clausura de la Consulta Ciudadana sobre migración. Al comenzar la tarde, llegamos a Apaxtla donde unas 500 personas esperan a Zeferino para una larga y pesada marcha de kilómetro y medio. En el jardín municipal ya lo espera otro tanto de gente y no cabe un alma más. Zeferino dice: “Me querían calar con la marcha pues ya vieron, yo no me canso ni me cansaré en la larga marcha por renovar el estado de Guerrero”.

Al momento de escribir esto comienza otro importante acto en Oxtotitlán. Más adelante quedan Acatempan y una colonia en Teloloapan. Mañana la jornada comienza al amanecer y lo mismo será el jueves y el viernes.

El ánimo aumenta cada día. Zeferino se ve contento y lleno de energía. Es imposible fatigarse, cuando se ve el ánimo de un pueblo que ha esperado demasiados años y percibe que por fin se acerca el amanecer. El río humano que acompaña a Zeferino es el ejercito de esta revolución sin armas, una revolución productiva, una revolución del pensamiento.