EL-SUR

Martes 16 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

El juego político detrás de la quiebra de las patentes de las vacunas

Gaspard Estrada

Mayo 12, 2021

Las últimas semanas han estado dominadas a nivel internacional por el debate alrededor de las vacunas. En particular, del nivel de producción de éstas, y de su distribución a nivel global. Y es que conforme pasa el tiempo, las desigualdades provocadas por la Covid continúan ensanchándose: si bien existe un discurso humanista de las grandes potencias al respecto del reparto equitativo de las vacunas, la realidad nos muestra que este asunto se ha transformado en una de las principales variables de las grandes disputas mundiales actualmente. Por un lado, tenemos a grandes laboratorios privados de países occidentales –en particular de Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia– que hacen frente a presiones tanto de sus accionistas como de los gobiernos que autorizan (o no) la aplicación de sus vacunas. Por otro lado, existen algunos países, como China o Rusia, que han invertido grandes sumas de dinero en investigaciones para desarrollar vacunas en laboratorios estatales para hacer de estas vacunas un instrumento de su política exterior. Así, hemos visto cómo la mayoría de los países que no disponen de soluciones locales –México, por ejemplo–, han pasado a formar parte de este gran juego político global ligado a la vacunación.
Es en este contexto que el nuevo gobierno de Estados Unidos, dirigido por el presidente Joe Biden, hizo un anuncio extraordinario, tanto por su naturaleza como por sus consecuencias en esta disputa política y económica internacional: al tratarse de una problemática de “fuerza mayor”, la administración demócrata está respaldando en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC) la quiebra de las patentes de las vacunas, para poder aumentar su producción y permitir que la mayor parte de la población mundial pueda ser vacunada lo antes posible. Al hacerlo, rompe buena parte del modelo de negocios de las grandes empresas farmacéuticas occidentales –en particular, de sus accionistas, que han visto el valor de sus acciones multiplicarse tras el comienzo de la pandemia el año pasado. No se trata de una novedad: de hecho, desde el principio de esta crisis planetaria, diversos líderes mundiales, del ex primer ministro británico Gordon Brown, al ex presidente brasileño Lula da Silva, pasando por el premio Nobel de la Paz Muhammed Yunus o de Economía Joseph Stiglitz, ya habían manifestado públicamente su apoyo a ese tipo de medidas. Sin embargo, que Estados Unidos, tal vez la potencia que históricamente ha defendido con mayor ahínco el concepto de propiedad intelectual para protegerse de sus rivales internacionales, respalde la quiebra de las patentes constituye una pequeña revolución. Es por ello que el anuncio causó revuelo a nivel internacional, e incomodó a algunas potencias, en particular en la Unión Europea. Esta última ha puesto hincapié en el asunto, tras quedar claro que sin una masificación de la vacunación, la recuperación de la economía parece improbable. De hecho, el pasado fin de semana, en la ciudad portuguesa de Porto, los líderes del bloque europeo se encontraron y debatieron esta problemática.
Ahí, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, dejó la posibilidad de respaldar la iniciativa norteamericana, no sin antes mencionar que la prioridad del momento “no era quebrar las patentes” sino aumentar la distribución de vacunas para los países más pobres, algo que la Unión Europea está llevando a cabo de manera más significativa que Estados Unidos. Sin embargo, por detrás de este mensaje, también existe un juego político dentro de la Unión Europea para saber si el bloque se sumará a la iniciativa del presidente Biden, tomando en cuenta que las exportaciones de vacunas provenientes de China y Rusia –rivales de la Unión y de Estados Unidos– hacia países pobres y de ingresos medios están masificándose. De esta manera, queda claro que aún en tiempos de pandemia, las relaciones internacionales continúan guiándose por relaciones de poder, más que por la lógica de la cooperación internacional. A pesar de ello, la iniciativa del presidente Joe Biden de quebrar las patentes de las vacunas merece ser respaldada a nivel global.
* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.
Twitter: @Gaspard_Estrada