EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

El lenguaje popular II

Anituy Rebolledo Ayerdi

Abril 14, 2022

 

El hampa

El lenguaje críptico del hampa metropolitana tiene acepciones precisas para cada especialidad criminal. Muchas de ellas han sucumbido a través de los años o avasalladas por el lenguaje de la delincuencia organizada. Aquí un repaso histórico:

RATERO VULGAR: Ponedor, afanador, caco, cacle.
CARTERISTA: Punga o bastero.
BRAVERO: Asalta a mano armada violenta y despiadadamente.
DORMILÓN: Ladrón que arroja algodones con cloroformo al interior de las viviendas para dormir a sus futuras víctimas.
CORNISERO O POSTERO: Trepa cornisas o postes de luz para introducirse en casas o negocios.
CORTINERO: Abre cortinas metálicas con gatos mecánicos.
CRISTERO: Fuerza puertas a empujones o con herramientas especiales.
CRISTALERO: Rompe cristales de autos, aparadores o vitrinas.
CHICHARRONERO: Rompe candados o cerraduras.

Otras más

CHORLERO: Utiliza ganzúas para forzar entradas.
PONEDOR DE CÁSCARAS: Especializado en robar relojes.
CUACO O RETINTO: Arrebata bolsas a mujeres en la calle.
JOYEROS: Hacen “joyos” en las paredes para penetrar en inmuebles.
ESTUCHEROS: Abren cajas fuertes.
HARINEROS: Arrojan harina a los ojos de cobradores para cegarlos y arrebatarles bolsas o portafolios.
PESCADORES: Lanzan por ventanas o enrejados un manojo de ganchos o anzuelos atados a un cordón que luego jalan casi siempre con buena pesca.
ZORREROS: Acostumbran dejar la “huella del zorro” en el sitio del robo: su propio excremento.

Pícardía

Aseguraba Octavio Paz la existencia de una relación indudable, aunque no completamente aclarada, entre pícaro, picardía y picar. Al principio, según Joan Coromines, se llamaba pícaro a quien se ocupaba de los menesteres y oficios que designa el verbo picar: pinche de cocina, picador de toros, etcétera. Más tarde, la palabra pasó al lenguaje del hampa en actividades poco honestas en las que también se picaba y se mordía. Picardía es entonces, por una parte la acción de picar y por la otra un chiste, un dibujo humorístico y satírico.

El caló

El caló, dice la Real Academia Española, “es el lenguaje de los gitanos adoptado a veces en el habla popular”. Y uno se queda en las mismas.
Se trata en efecto de una jerigonza de los gitanos de Andalucía traída por los españoles y que hoy forman parte esencial de nuestra lengua. También se le llama caliche, tatacha, caletre y fu. No se trata, aunque lo parezca, de un lenguaje exclusivo de los bajos fondos, en tanto que los medios se han encargado de airearlo y socializarlo. Es el lunfardo de los argentinos, la raplana de los peruanos y el coa de los chilenos.

Esto es caló

Achicalar: Asolear yerbas: mariguana achicalada.
Alcanfor: Alcahuete.
Alcancía: Cárcel, reclusorio, penitenciaría.
Amortiguador: Amor.
Amachinar: Tomar algo por la fuerza.
Bacha: Sobrantes de un cigarrillo de mariguana o de un vaso o botella de licor.
Brosa: Familia, palomilla.
Cantera: Casa, “acantus rana”.
Carnear: Vacilar, embromar.
Chanta: Callarse la boca.
Dar pata: Ayudar a los cuates.
Faca: Arma blanca.
Guarnelas: Zapatos viejos.
Grapa: Gratis.
Goma: Falo (¡vete a la goma!).
Guachar: Gustar.
Hornaza: Humo de la mariguana.
Jarocha: Operación para cambiar de sexo, de hombre a mujer.
Livais: Lesbianas.
Macana: Avaro, codo.
Morra: Mujer.
Neta: Lo efectivo, lo real
Nel: Negación.
Paro: Acción de ayudar.
Pacheco: Pasado de drogas.

Hay más:

Pirarse: Retirarse.
Puma: Homosexual.
Rancho: Reclusorio.
Rieles: Pies o zapatos.
Simón: Afirmación.
Tacuche: Traje de hombre.
Tira: Policía.
Tatema o Choya: Cabeza.
Tanques: Zapatos.
Transa: Maniobra ilícita.
Tecata: Droga enervante.
Zacatito para el conejito: Mariguana.
Zurrar: Defecar.

Dichos y refranes

Los dichos, refranes y dicharachos –según el filósofo Agustín Basave Fernández del Valle– condensan en pocas palabras modos de ser de la condición humana. El dicho describe un suceso en una frase corta y contundente, mientras que el dicharacho es modismo, sarcasmo, epíteto, interjección, insulto. Se calcula en diez mil el número de refranes mexicanos de uso general. Algunos:

* No es mala la muerte cuando se lleva a quien debe.
* Por un oído le entra y por el otro le sale
* No hay mujer bonita sin pero, ni fea sin gracia.
* Más vale cabeza de ratón que cola de león.
* La cobija y la mujer suavecitas han de ser.
* En la boca del mentiroso lo cierto se hace dudoso.
* No todos los que chiflan son arrieros.
* El hombre celoso es cornudo o quiere serlo.
* En cojera de perro y en lágrimas de mujer no hay que creer.
* Quien confunde buey con vaca, a la hora de ordeñar se desengaña.
* A padre guardador, hijo gastador.

Otros

* Hoy adulador, mañana traidor.
* Todos tenemos nuestros cinco minutos de pendejos.
* Aún no es alcalde y ya quiere comer de balde.
* Hacer caso a pendejos es engrandecerlos.
* Todos estamos hechos del mismo barro pero no en el mismo molde.
*A río revuelto ganancia de pescadores.
*Al mejor cazador se le va la liebre.
* A la arrogancia en el pedir, la virtud de no dar.
* Barriga llena, corazón contento.

Corregidos y aumentados

Don Armando Jiménez nos ofrece en Picardía Mexicana algunos proverbios corregidos y aumentados.

1.- Más vale pájaro en mano… que 150 mil unidades de penicilina.
2.- No desearás la mujer de tu prójimo… ni a tu prójimo.
3.- Como dicen las güilas de mi tierra: poco dinero, poco meneo.
5.- Sólo pedo y dormido no se siente lo jodido.

Versiones picarescas

* Al mal paso darle Gerber.
* Árbol que crece torcido… sólo es bueno pa’columpio.
* Al que a buen árbol se arrima, lo cagan los pajaritos.
* Más vale prevenir que bautizar.
* Ladrón que roba a ladrón… funcionario público o banquero son.
* Más vale pájaro en mano… que la mano en pájaro ajeno.
* Mal de muchos… remedio de pendejos.
* Más pronto cae un hablador si es cojo.
* A mal tiempo… sacar el paraguas.
* Del dicho al hecho… en el mismo lecho.
* Hazlo bien sin mirar con quién.

Refranes cultos

Colaborador habitual de esta Contraportada, el ingeniero Hugo Arizmendi Herrera (puro Poli), nos entrega algunos refranes populares enmascarados en lenguaje culterano. Él a su vez los recibió de su tío, el doctor José Guadalupe Arizmendi Dorantes, por lo que el agradecimiento es para ambos.

1.- El globo oftálmico del poseedor torna obeso al vacuno.
2.- Quien a ubérrima conífera se adosa, óptima umbría lo entolda.
3.- A perturbación ciclónica en el seno ambiental, rostro jocundo.
4.- El rumiante córvido propende al accidente orográfico.
5.- La ausencia absoluta de percepción visual torna insensible al órgano cardiaco.
6.- El que embriológicamente es traído al mundo con el diámetro anteroposterior de la cavidad abdominal aumentado, no logrará reducir su contenido visceral por más intentos forzados extrínsecos de reformar dicha pared en su infancia.

Estas son las versiones
populares:

1.- Al ojo del amo engorda el ganado.
2.- El que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija.
3.- Al mal tiempo, buena cara.
4.- La cabra siempre tira al monte.
5.- Ojos que no ven, corazón que no siente.
6.- El que nace barrigón, aunque lo fajen de chiquito.

Cantinflear

El verbo cantinflear, según la Real Academia Española, es “hablar mucho y decir poco”. Cantinfleada es por tanto: “discurso largo y de poca enjundia”. Sobre el origen de ambos términos no hay mucho que decir, pues todo mundo conoce su procedencia: el lenguaje evasivo y sin concreción del cómico Mario Moreno Cantinflas. Genial sin duda en la cinta Ahí está el detalle, particularmente en la escena del jurado popular.
En México se conjuga el verbo cantinflear en todas partes y a toda hora. En la radio, la televisión, los periódicos, la escuela, la academia, los cafés y las cantinas, pero particularmente en los palacios de gobierno, las cámaras legislativas y los ayuntamientos.

Un breve parlamento
de Cantinflas:

“Yo venía… pero siéntese usted… estoy bien, gracias (la invitación se la hace él mismo), la mera verdad creo que usted y yo… oiga, ¿no fuma? Si me ofrece Faros, no, pero si son Raley, sí… Bueno, como me venía usted diciendo… ¡Oiga!, ¿qué le pasó la otra noche que andaba con esa ‘changuita’? ¡Mírenlo nomás, casado y todo y en esas…! Bueno, bueno, pues al grano, ¿no? No quiero que me considere abusón o más bien abusado. Total, usted para qué me dice que me siente y anda de ofrecido con sus cigarros…. Como le venía diciendo, joven, más vale un toma que un te daré. ¿Usted ha oído hablar de los frijolitos que hace Chona?, ¿no?, pues yo sí y me están haciendo falta… Y ahora que me acuerdo, usted está rehambreado… Ni me lo niegue”… (Vocación y estilo de México, Agustín Basave Fernández del Valle, Limusa 1991).

De puño y letra

Mucho tiempo atrás, en ocasión de un aniversario de la revista Siempre, Mario Moreno Cantinflas escribe de su puño y letra una amplia misiva dirigida al director de la publicación, José Pagés Llergo.
En una parte de ella, el “cómico de la gabardina” alude a un suceso del momento relacionado con una limpia de maleantes en las corporaciones policiales de la ciudad de México.
“Policías, dice, supuestamente al servicio de una sociedad que todo lo aguanta, porque aguantar ha sido y será siempre el destino de este país explotado, exprimido, expoliado, escarnecido, encarecido, expropiado y escupido por gente sin escrúpulos. Gente que no han tenido ni excusa ni pretexto, porque siempre serán escusados”.

Y concluye:

“Antes de despedirme y desconcertado yo también ante el desconcierto que prevalece en la atmósfera política, quiero dirigirme a los próximos diputados que representarán al pueblo:
–Por favor, señores, no hay que ser. Pórtense a la altura y procuren remontarse hasta donde se encuentran las subsistencias, ya que el pueblo no las alcanza porque como siempre andan volando bajo”.

Y a propósito de volar:
ya con esta me despido,
vuela, vuela palomita,
vuela, vuela al palomar,
¡me volaron la cartera!
ni modo de ir a votar.

Homenaje al mimo
en los Yunaites

También por aquellos ayeres, el juez neoyorquino Rubén Franco rindió homenaje a Mario Moreno Cantinflas. Se negó a castigar a un ciudadano afroestadunidense arrestado por faltas a la moral. El hombre caminaba por la Quinta Avenida vistiendo los pantalones caídos, dejando ver casi la mitad de las nalgas desnudas por no usar trusa. Como quien dice, al puro estilo cantinflesco.
Al ordenar la inmediata libertad del arrestado, Su Señoría basó su decisión en la letra de la sacrosanta Constitución gringa, haciendo alusión a que tal forma de llevar los pantalones, como el más grande cómico latinoamericano, no merecía ningún castigo.

Fuentes:

Armando Jiménez (Picardía Mexicana).
Agustín Basave (Vocación y estilo de México, Limusa 1991).
Revista Siempre (Los grandes de México del Siglo XX, Diana, 2003).