EL-SUR

Miércoles 17 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

El lenguaje popular VI

Anituy Rebolledo Ayerdi

Mayo 12, 2022

 

Los apodos

Los apodos, según la Gramática Descriptiva, son los nombres que indican una nota particular en el individuo. Pueden ser cariñosos, ofensivos o despectivos, siempre a partir de rasgos del individuo al que se aplican. Se dice que del apodo nadie se escapa, en tratándose de un fenómeno social y cultural que tienen sus expresiones máximas en la escuela, los gremios, la milicia, el deporte, muy especialmente, los espectáculos, etcétera.

La monarquía española

Los reyes de España fueron lo suficientemente soberbios e ignorantes para aplicarse ellos mismos apodos ostentosos y ajenos a su realidad: Carlos I fue el César Carlos; Felipe I de Castilla, el Hermoso; Carlos III, el Político; Fernando VI, el Prudente o el Justo; Felipe V, el Animoso; Felipe IV, el Grande o el Rey Planeta; Carlos II, el Hechizado; Fernando VII, el Deseado y Luis I, el Bien Amado.
Una costumbre, por cierto, que han seguido los mandatarios mexicanos, aunque no han sido ellos quienes se hagan llamar como ellos quisieran. Generosos, le han dejado al pueblo ese privilegio.
No fueron, pues, los conquistadores quienes nos trajeron los apodos. Cuando llegan se encuentran con grandes personajes que los llevan orgullosamente, como Nezahualcóyotl, llamado Coyote Hambriento, en recuerdo de sus tiempos de errabundo. Y qué decir de La Malinche. Los naturales, por su parte, serán certeros en la aplicación de sobrenombres. Diego Velázquez será El Loco y Luis Lugo El Chismoso, entre muchos.

La Independencia

Hombres y mujeres de la Independencia llevarán apodos ganados no sólo por sus actitudes y desempeños personales sino también por sus formas corporales. Estarán entre ellas doña Josefa Ortiz de Domínguez, La Corregidora; la guerrerense Antonia Nava de Catalán, La Generala, mientras que la también paisana Juana López fue La Culona. Entre los varones, como se sabe, figuraron Hermenegildo Galeana, Tata Gildo; Pedro Moreno, El Toro; Juan José Martínez El Pípila; Juan Aguilar El Chichis; Juan Alvarez, La Pantera del Sur, y Pedro Rosas, El Atolero… y mil más.

Guadalupe Victoria

Al triunfo de la insurgencia, un soldado de Galeana es designado primer presidente de México. Se llama José Miguel Ramón Adauto Fernández López, pero decide adoptar el sobrenombre de Guadalupe Victoria, en honor, por supuesto, de la virgen del Tepeyac y del triunfo de la causa. El General Vicente Guerrero será su secretario de Guerra y lo sustituirá más tarde

La Revolución

El movimiento armado fue pródigo en apodos, sobrenombres y motes que muchos llevaron con orgullo. Entre ellos el general Vito Alessio Robles a quien llamaron La Pantera Negra. El también ingeniero y escritor es el autor de Acapulco en la Historia y la Leyenda (1948). Rafael Buelna fue, por su parte, el general más joven del movimiento armado y respondió por ello al apodo de Granito de Oro. Mi Caporal llamaban a Maclovio Herrera y a su hermano Luis El Coqueto. El general Manuel Palafox fue El Ave Negra. Lucio Blanco El Caballero Boyardo y Saturnino Cedillo, El Ajolote. Al general Rafael de la Torre se le quedó El Aspirina desde que le quitó el dolor de cabeza a un parroquiano que lo padecía insoportable. Le pegó un tiro en la sien.

Los presidentes de México

Los presidentes de este país no escaparon , y no pudo ser de otra manera, al certero y agudo ingenio de los mexicanos:

* Porfirio Díaz: El Llorón (Batalla de Icamole), Porfiriopochtli y La Matona.
* Francisco I. Madero: Presidente pingüica, Enano del tapanco.
* Victoriano Huerta: Chacal, Mariguano, La Cucaracha.
* Venustiano Carranza: Barbas de chivo. “Carrancear” era sinónimo de robar.
* Eulalio Gutiérrez: Ñorulalio, como la decía su esposa.
* Adolfo de la Huerta: Gorgoritos, Do de pecho, La Cigarra (cantaba ópera).
* Álvaro Obregón: Manco de Celaya, Mocho, Quince Uñas.
* Plutarco Elías Calles: El Turco, Comecuras, Anticristo.
* Emilio Portes Gil: Pelele I, El Manchao, Chapopote, Lechuza.
* Pascual Ortiz Rubio: Pelele II, Nopalito (por baboso) y Caracol (por arrastrado).
* Abelardo L. Rodríguez: Pelele III, Abelerdo.
* Lázaro Cárdenas: La Esfinge de Jiquilpan, Trompapan-decuaro.
* Manuel Ávila Camacho: Mantecas, Papadas, Presidente Caballero… de Colón.
* Miguel Alemán Valdez: Mazorcas, Sonrisas Colgate, Alibabá.
* Adolfo Ruiz Cortines (62 años): Viejo pachiche, Matusalén, No paraguas.
* Adolfo López Mateos: López paseos, Mangotas (tenía los brazos muy cortos).
* Gustavo Díaz Ordaz: Mandril, El Pozole (por aquello de la trompa y oreja) Boccacio, Pitufo, Chupacabras.
* Luis Echeverría Álvarez: LEA, Loco, Pelón con Suelas.
* José López Portillo: Jolopo, El Perro, López Porpillo, Quetzalcóatl.
* Miguel de la Madrid Hurtado: Don Tibio, El Hombre Gris.
* Carlos Salinas de Gortari: Pelochas, Ratón, Hormiga Atómica.
* Ernesto Zedillo: Mr. Pedo (salió sin querer) y El Condón (cubrió al Pelón Salinas).
* Vicente Fox: El Cocacolo, La Chachalaca, Taras Bulba.
* Felipe CaldeRON: Fecal, Hip-Hip, Pedocles, Borolas.
* Enrique Peña Nieto: El Copetes, Lord Casablanca.
* Andrés Manuel López Obrador: Peje, KKS, mil más y los que faltan.

El gabinete de Alemán

Mocho-Arturo García López (SCOP).
Chocho-Nazario Ortiz Garza (SAG).
Bizcocho-Ramón Beteta (Hacienda).
Pinocho-Orive Alba (SRH).
Pizcapocho-Manuel Gual Vidal (SEP).
Pocho- Antonio Jáquez Bermúdez (Pemex).
Jarocho-Adolfo Ruiz Cortines (Segob).
Babocho-Fernando Casas Alemán (DDF).

Apodos acapulqueños

Músicos

Don Beto Escobar fue el director de la orquesta Minerva que amenizó por años los fastos locales y Chócoro Vargas su rival al frente de su propio conjunto. Fueron músicos el baterista Enrique Apac (El Toronjo), Chucho La Arriera, sax y Tacho Torres, también sax. Maco fue el gran Macario Luviano, sin duda el músico más completo que han dado el sur mexicano. La Orquesta del Mercado fue conocida como la Delmer. Desde Cuba llegaron para acapulqueñizarse los tumbadores Pascual Capote, Chimmy Monterrey (¡Monina!); Enrique Tappan; Tabaquito y Cheque Barreto, saxofón.

Boxeadores

Las primeras peleas de box se dieron en el puerto apenas abierta la carretera México-Acapulco. El escenario fue el palenque de gallos de don Jesús Estrada y entre los peleadores figuraron los hermanos Natividad y Olegario Cuevas, Burro Grande y Burro Chico, y Abraham Cuevas, El Brancho. Una vez establecida la afición, serán varios los peleadores locales arriba del ring. Entre ellos Efraín Sánchez, de oficio cargador, apodado El Veneno y el estibador José Roque, popular como Ave Negra, más tarde campeón pluma de Guerrrero.
Se suman La Perica González, Ángel Guerrero, Kid Astudillo, José González El Tigre Envenenado y Yuyín Castrejón (campeón nacional mosca en 1946). Mucho después surgirá otro fenómeno de los cuadriláteros: Xavier Gutiérrez Gómez, de La Poza, conocido aquí como El Costeñito Gutiérrez y allende el Bravo como Babe Face. Le gana Billie Peacock el campeonato gallo de California y más tarde el nacional del mismo peso. Peacok se las verá poco después con Ratón Macías y Toluco López. Hermano de Xavier, El Toro Gutiérrez fue una celebridad en la chorcha porteña.
Más fajadores acapulqueños: Salvador Sapo Meléndez, Jorge Chilperico Parra Zúñiga, Manuel Zurdo Arce, Tobías Tobe Peñaloza, Erubey Chango Carmona, José Luis Pollero García y Abraham Cuevas El Brancho. Por otro lado, el réferi Rodolfo Rudy Castrejón y los entrenadores Eleuterio La Coneja López y Rufino Kid Mellín.

Clavadistas de La Quebrada

Los precursores del clavado de la Quebrada fueron los hermanos Apac, Los Toronjos. De ahí pa’l real, serán muy pocos los clavadistas libres de apodos, sobrenombres o motes empezando con Raúl El Chupetas García, sin duda una celebridad porteña. Raúl Alvarado, La Changa; Juan Villanueva El Diablo; Lucio Rodríguez La Gaviota; Juvencio Marín El Viruta y Filiberto Suástegui El Chocolate.
Son varias las películas nacionales y extranjeras filmadas en Acapulco cuyos personajes deben trepar los acantilados para lanzarse al vacío. No obstante que Elvis Presley era la estrella de Fun in Acapulco, no estuvo aquí porque Díaz Ordaz rechazó su ingreso al país. Lo que no fue obstáculo para que Moisés García, El Guajiro, se lanzara por él.
Juan Ojeda se clavó, oiga usted, por el mimo Mario Moreno Cantinflas en el Bolero de Raquel, mientras que Francisco Robledo, Pancho el Loco, suplió a Tarzán, Johnny Weissmuller, pero sin Chita. El intrépido Andrés García no aceptará jamás que no fue él quien se lanzó de La Quebrada sino David Cárdenas. Tal como lo hicieron Juan Obregón El Peje, en lugar del luchador Lizmark y Luis Sotelo aparentando ser Tin Tan. Ismael Vázquez García se dobla a sí mismo como la Antorcha Humana para alumbrar los acandilados. Sencillamente espectacular.
Mención especial merecen Porfirio S. El Pillo, por su caracterización de la India María y sin usar el rebozo de paracaídas y el gran Jorge Mónico convertido, para una cinta alemana, en una hermosa rubia de pechos túrgidos y cabellera revuelta. Los fiu fiu del­­ respetable atronaron el espacio.
Más clavadistas: La Tigra, El Tarzán, El Mono, El Borrego, La Ardilla, El Monki, El Tigre, El Profe, El Alacrán, El Zopilote, El Toby. Y más…