EL-SUR

Miércoles 24 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

El peligroso juego de Bolsonaro con la crisis del coronavirus

Gaspard Estrada

Abril 08, 2020

 

En Brasil los días pasan y las crisis provocadas por el presidente Jair Bolsonaro se transforman en una nueva normalidad. El pasado lunes, durante buena parte del día, los medios de comunicación dieron por cierta la destitución del ministro de Salud, Henrique Mandetta, para ser reemplazado por el ex ministro de Desarrollo Social, Osmar Terra. Y es que, en efecto, Bolsonaro anunció la reunión de todo su gabinete para tratar de la crisis del Covid-19, después de haber almorzado con Osmar Terra, y haber declarado a los medios de comunicación de ese país que “los humos se le habían subido” a su ministro de Salud. Pero al último momento, Bolsonaro decidió mantenerlo en su cargo, a pesar de que el ex capitán de ejército continúe insistiendo en tratar a la pandemia como una “pequeña gripe”, que se curará con ayunos, oraciones y declaraciones alucinantes.
Si bien su ministro de Salud se mantuvo en el cargo, con este gesto Bolsonaro confirmó que jugará el papel de pirómano para siempre. Raspó el fósforo cuando anunció a sus aliados que tenía la intención de despedirlo. Cuando los bomberos lograron contener el fuego, el presidente ya estaba tocando el arpa frente a las llamas. Enviar a Henrique Mandetta a casa significaría prenderle fuego a su propia ropa. Aunque Bolsonaro lo ve como una amenaza, el ministro es el que todavía le da cierta credibilidad a su gobierno. En un equipo lleno de aduladores, Mandetta se destaca por su serenidad y su apego a la ciencia, a pesar de que se trata de un político conservador, que votó a favor de la destitución de la presidenta Dilma Rousseff en 2016. De hecho, su gestión como ministro de Salud había sido criticada hasta el principio de la crisis del Covid-19.
En comparación con su jefe, el ministro de Salud ganó el estatus de político responsable. Las encuestas de opinión muestran que ya se ha vuelto más popular que el propio presidente. El lunes, la noticia de su posible dimisión interrumpió la subida del mercado de valores, detuvo la caída del dólar y adelantó el horario de los cacerolazos organizados cotidianamente contra el presidente en los grandes centros urbanos de Brasil. Si pone a Mandetta en la hoguera, Bolsonaro no sólo pone en riesgo su popularidad. El ministro tejió una amplia red de apoyos que une al Congreso, al poder judicial y a sectores del gobierno y la sociedad. Una destitución humillante tendría el potencial de movilizar estas fuerzas contra el presidente. En el límite, podría significar el final anticipado de su mandato como jefe de Estado de la principal economía de América del Sur.
Desafortunadamente para este último, la presencia del ministro en su gabinete no impide que él continúe perdiendo poder. A los ojos de los políticos, Bolsonaro terminó el día aún más frágil. Se ha convertido en un presidente que no preside: amenaza con dimitir y no despide; anuncia que no tiene miedo de usar su pluma y termina abdicando de su prerrogativa. Todavía hay quienes están entusiasmados por bailar con esta música, en particular en su entorno familiar más cercano. Sus hijos no han parado de hacer tweets de calumnias en contra de todos los que no comulgan con la ideología del presidente y de su familia. Por su parte, el domingo, el ministro de Educación Abraham Weintraub, ofendió de nuevo a China con un tweet racista, apoyado en esta tarea por el canciller de Brasil, Ernesto Araújo. Además de ser el mayor socio comercial de Brasil, aquel país produce más del 90 por ciento de los equipos de los que carecen los hospitales. De manera que el embajador de ese país volvió a la carga, y pidió que el gobierno brasileño se disculpe ante las acusaciones inverosímiles del ministro de Educación. La irresponsabilidad de Bolsonaro y su gobierno no sólo produce confusión y vergüenza. También pone en riesgo la vida de los brasileños.

* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.

Twitter: @Gaspard_Estrada