EL-SUR

Martes 23 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

El perro y el trineo

Jorge Zepeda Patterson

Octubre 10, 2005

Cuando Castillo Peraza entonces presidente del PAN invitó a Felipe Calderón a ser su secretario general le dijo, “a ti te toca ser el perro de atrás del trineo, ni modo, vas a ver cosas no muy agradables; tu confía en mí, yo voy a ser el perro de adelante. Un día a ti te va a tocar ser el perro de adelante…”

Todo indica que por fin ha llegado ese día para Felipe. En todo caso parece que ya no está dispuesto a ir por la vida a la zaga del trasero de nadie, por lo menos no de un político. Y desde luego, no en el trineo de Santiago Creel. Después de un año como segundo en las preferencias del PAN, Calderón logró vencer a Creel y terminar en primer lugar en la contienda interna de su partido para asumir la candidatura presidencial. El próximo domingo deberá arrasar en la última de las tres votaciones, salvo que sobrevenga un inesperado “maracanazo”.

Esa es una buena noticia para el PAN. A lo largo de dos años toda encuesta de intención de voto había arrojado el mismo resultado: Creel nunca le habría ganado a López Obrador en la recta final a la presidencia. Tampoco es seguro que Felipe Calderón pueda ser un competidor más fuerte en contra de Madrazo (¿Montiel?) y López Obrador. Pero al menos cabe la posibilidad de una sorpresa. Su inesperado triunfo en la elección interna del PAN, permite que sus partidarios abriguen la esperanza de algún vuelco en las preferencias del electorado. Para usar una metáfora de póker que le habría gustado a Ponce: Creel tenía un par de jotos que resultaba inútil frente a la tercia de reyes de López Obrador. Lo que está haciendo el PAN con Calderón equivale a pedir cuatro cartas nuevas y esperar una combinación afortunada (Madrazo mientras tanto seguramente acecha con un as bajo la manga).

¿Quién es Felipe Calderón? ¿Qué posibilidades tiene de encender la imaginación de los mexicanos y convertirse en un súbito boom electoral capaz de vencer a sus contrincantes contra todo pronóstico? Para empezar habría que señalar que Calderón no es un fenómeno político emergente, ni el “novato político del año”. No es el Bill Clinton de 1992, un gobernador casi desconocido que salió de la nada para conquistar la Casa Blanca. Ni Alberto Cárdenas de 1995, un oscuro presidente municipal de Ciudad Guzmán que se hizo gobernador de Jalisco sin que la gente lo reconociera en la calle. Ambos eran perfectos desconocidos antes de competir por el poder, y parte de su éxito justamente se fundamentó en el hecho de que sus novedosos perfiles generaron toda suerte de expectativas entre sus respectivos electorados.

Desde luego ese no es el caso de Calderón, quien ostenta uno de los currículums de más largo aliento en el panismo. El michoacano ha sido dos veces diputado federal, coordinador de la fracción panista en la Cámara, secretario general y presidente nacional del PAN, candidato a gobernador por su estado, director de Banobras y, de manera efímera, secretario de Energía. Más aún, su militancia prácticamente se inicia desde su nacimiento en Morelia, un 18 de agosto hace 43 años. Su padre, Luis Calderón Vega, fue uno de los fundadores del PAN y uno de sus ideólogos gracias a una extensa obra sobre política e historia.

Felipe es el menor de cinco hermanos (dos mujeres y tres hombres). Uno es ingeniero en la Comisión Nacional del Agua, otros es ginecólogo en el IMSS y la hermana mayor vive jubilada en Morelia. Su otra hermana, la senadora Luisa María Calderón junto a su marido son las personas que más influyen en Felipe, y presiden el círculo íntimo de su equipo. “Tengo el dudoso honor de haber sido rechazado de dos universidades públicas”, dice riendo el candidato: la UNAM y la Nicolaita. Finalmente se inscribió en la Libre de Derecho y se graduó con una tesis que irónicamente lleva por título “Inconstitucionalidad de la deuda pública externa mexicana” (no hay que olvidar que la mediación de Felipe, a cargo de la fracción panista en la Cámara, le dio a Zedillo los votos que necesitaba para lograr la aprobación del Fobaproa con cargo a deuda pública). Poco después hizo una maestría en economía en el ITAM y antes del 2000 un diplomado en Harvard.

Cuesta trabajo ubicar a Calderón en términos ideológicos. Si bien pertenece a las corrientes tradicionales del PAN, en su larga carrera como funcionario ha sido más bien un pragmático de la política. Dentro de la corriente centro derecha que representa el PAN, Cárdenas Jiménez estaría a su derecha y Creel a la izquierda. No es santo de la devoción de Fox, ni del actual presidente del PAN, Manuel Espino, y con Diego Fernández de Cevallos ha tenido continuos roces. Hasta el momento no hay empresarios de gran escala detrás de su candidatura, como en el caso de Creel o de Cárdenas Jiménez. El apoyo a Calderón surge de panistas y empresarios de mediana envergadura. En ese sentido, es el candidato con menos compromisos visibles.

Calderón es un hombre de temperamento encendido, impaciente y en ocasiones de arrebatos. Exigente con sus equipos. El mejor perfil biográfico de Calderón puede encontrarse en el texto de Salvador Camarena en el libro Los Suspirantes, editorial Planeta (de donde he extraído los datos aquí presentados). De esta lectura se desprende que la vida de Felipe Calderón ha sido una intensa carrera para lograr el mandato de su maestro y convertirse en el líder del trineo. Hasta ahora sus cargos se deben a su éxito al interior del PAN. La gran interrogante es si el resto de los mexicanos están dispuestos a subirse a su trineo.

 

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