EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

El plan de AMLO y el campo mexicano (I)

Héctor Manuel Popoca Boone

Mayo 04, 2019

 

Fue de asombro la primera reacción que me causó leer la propuesta presidencial del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, que fue entregado a la consideración del poder legislativo y de la opinión pública del país vía internet. El documento se aleja de la ortodoxia en los tecnicismos clásicos de la planificación, tanto en la forma en que se presentan los temas, como de su correspondiente tratamiento; así como de la narrativa empleada. Es más, y con mucho, un documento político que un compendio de planificación en el sentido estricto de la palabra. No va más allá de 63 páginas. Pretende hacer historia, en su propósito ya plasmado institucionalmente de llevar a cabo una cuarta transformación social y económica del país.
El tema del campo mexicano, al igual que los temas económicos, sociales, jurídicos y políticos, son tratados a partir de ejes transversales que permean y matizan el qué hacer público. Por ejemplo, se menciona que todo lo que se realice para el desarrollo del agro deberá hacerse con “honradez y honestidad”. Se postula así: en pocas palabras, porque en el ámbito que nos ocupa, la presencia del aparato de gobierno solo ha servido para robar a los muchos campesinos y dejar robar a la mayoría de los gobernantes, como también a los “lucradores sociales” a partir de los moches, las adquisiciones públicas, las inversiones públicas infladas, la asignación indebida de apoyos gubernamentales y la solventación, en contubernio, de deudas económicas y subsidios de gran cuantía favoreciendo a los pocos potentados del campo. No se diga del uso político electorero de los programas federales, estatales y municipales. Este eje es la propuesta en contra de la “corrupción extendida y convertida en práctica administrativa regular. La corrupción ha sido el principal inhibidor del crecimiento económico. Por eso estamos empeñados, en primer lugar, en acabar con la corrupción en la administración pública, no sólo la corrupción monetaria sino la que conllevan la simulación y la mentira”.
No en balde queda postulado otro vértice transversal: “No al gobierno rico con pueblo pobre”. O díganme si no existe la costumbre de ver a la mayoría de políticos y funcionarios del medio rural hacerse ricos de la noche a la mañana, gracias a la sustracción ilícita del erario público y de la alteración de las cuentas públicas de los programas rurales. No ocultan su ostentación de casas, coches y comilonas de lujo, por mencionar algunos tópicos que expresan su reluctancia de ir al surco y a las parcelas de los campesinos pobres. Solamente se hacen presentes cuando estos politicastros van a las poblaciones rurales e indígenas en búsqueda afanosa del voto político. “Los robos monumentales de recursos públicos fueron acompañados por el dispendio, la suntuosidad y la frivolidad a expensas del erario y los gobernantes enriquecidos han sido la insultante contraparte de la pobreza de millones. El saqueo del presupuesto y los lujos faraónicos de los altos funcionarios consumieron los recursos que debieron emplearse en el cumplimiento de las obligaciones del Estado para con la población, particularmente con los más desposeídos, y en poner fin a los dispendios con una política de austeridad republicana.”
“Economía para el bienestar” es otro eje que cae como anillo al dedo para el campo mexicano; ya que actualmente está sembrado de puras desgracias económicas y de violencias externas y extremas que no tienen para cuando parar. “Durante décadas, la élite neoliberal se empeñó en reducir el Estado a un aparato administrativo al servicio de las grandes corporaciones y un instrumento coercitivo en contra de las mayorías. Su idea de que las instituciones públicas debían renunciar a su papel como rectoras e impulsoras del desarrollo, la justicia y el bienestar, y que bastaba la mano invisible del mercado para corregir distorsiones, desequilibrios, injusticias y aberraciones, fue una costosa insensatez”.

PD. Artículo elaborado a partir de la muy recomendable lectura del proyecto de Plan Nacional de Desarrollo del Presidente Andrés Manuel López Obrador.