EL-SUR

Miércoles 24 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

El poder para transformar

Héctor Manuel Popoca Boone

Noviembre 10, 2018

 

Lo peor que le puede pasar a un gobernante que desea colocarse en un buen lugar de los recuerdos de los gobernados es usar el poder para meras banalidades; sobrellevar la situación con farsas y dedicarse al gozo y enriquecimiento personal que de él se derivan. Será un gobernante corrupto, indolente, mendaz y simulador; mandatario de la inmediatez y de la intrascendencia.
Por el contrario, aquel que aspira a ir más allá de su circunstancia y colocarse en el estrado de los estadistas, normará sus acciones de tal suerte que tengan claridad, visión de largo alcance y destino preciso; con el fin de atender y resolver de raíz aquellos tópicos que laceran e irritan a los gobernados.
Los problemas no resueltos de inseguridad, violencia, desigualdad, desempleo, pobreza, corrupción e impunidad; así como las necesidades no satisfechas de alimentación, salud, educación, vivienda, empleo y protección social, cuestionan la capacidad de los gobernantes para dirigir a sus pueblos y conducirlos por una ruta de bienestar, paz y estabilidad social.
No es un problema menor, máxime si esos políticos ponen en situación límite la gobernabilidad y gobernanza exigible. A tal punto sucede eso que empiezan a predominar regionalmente otros poderes de facto (económicos o delincuenciales), por encima de los poderes institucionales establecidos.
Romper esos círculos viciosos de latrocinios, insuficiencias e ineptitudes impone acciones gubernamentales contundentes y perentorias. En eso estriba la trascendencia o no de los gobernantes: Hacer los cambios verdaderos que lleven a las transformaciones sociales de gran calado vinculantes con las necesidades de la gente.
Las modificaciones en los estilos de gobernar importan mucho para llevar a la ciudadanía a una situación mejor de la que actualmente está, bajo la premisa que los gobernantes no podrán hacerlo solos o con sus reducidos grupos de allegados. La buena huella en el uso del poder estriba en la capacidad transformadora generada con la participación de la mayoría de la población y aplicada en conjunto y con autoridad moral.
Por eso son bienvenidas las declaraciones hechas por el gobernador Héctor Astudillo Flores en el pasado Congreso Nacional de la Justicia Administrativa en México, donde dijo: “tener plenas coincidencias con los principios básicos del presidente electo de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO): No robar, no mentir y no traicionar”, que “el mensaje de los electores es que quieren mejores gobernadores, mejores legisladores, mejores magistrados y mejores alcaldes”. Dijo estar convencido de que “será muy buen tiempo el que viene y que trata de entender y aceptar lo que la gente mandó: los nuevos usos del poder”.
Aseveró que “todos los niveles (de gobierno) deben atender y escuchar los señalamientos constantes hacia la corrupción en el gobierno y los excesos de los poderes. Finalizó diciendo: “El mensaje es que debemos estar más comprometidos con la sociedad que comprometidos con lo que nos pueda interesar a nosotros en lo particular o en lo familiar.” (Daniel Velázquez, El Sur, septiembre 07/10/2018).
En palabras de Eduardo Robledo Rincón: “Hay que caminar hacia una nueva práctica política / gubernativa eficaz, en el marco de una sociedad cada vez más democrática, donde las necesarias transformaciones requieren la participación activa de los actores sociales. Es decir, tener la capacidad de co-decidir cuáles son las demandas más importantes de hoy en día, bajo la égida de una gobernanza eficaz.”
PD1. Dicen que todos los males que padecemos son heredados del pasado. Pero al estar vigentes y no tener disminución significativa que los gobernantes actuales acusan también responsabilidad.
PD2. Fue de escándalo público el que catedráticos de la UAG dobletearan sueldos al incorporarse a la administración pública durante el período del ex gobernador Rogelio Ortega, quién declaró, junto con el rector Javier Saldaña, que se cruzarían nóminas, pero lo único que hicieron fue cruzarse de brazos. Ojalá no pase lo mismo hoy, ante la denuncia que en el mismo sentido ha hecho la presidenta municipal de Acapulco con relación a la nómina del Ayuntamiento de Acapulco.