EL-SUR

Jueves 18 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

El primer paso de Sándor Márai

Adán Ramírez Serret

Julio 15, 2022

 

El tiempo nos da bastantes privilegios a los lectores, poder devorar sagas completas que tomaron muchos años a los autores, por ejemplo; ver entrevistas en donde confiesan puntos capitales de su escritura, o poder leer una ópera prima después de haber leído las novelas más importantes de un autor.
Esto último es lo que me sucedió con la edición en español de El matarife, la ópera prima de Sándor Márai (Hungría, 1900-Estados Unidos, 1989). Sentí que caía en un pliegue en el tiempo, y que tendría la oportunidad de leer la obra de un autor primerizo, ¿se publicaría o no? ¿Tenía algo importante que decir este joven autor?
Recordé aquella anécdota en donde el joven Juan Carlos Onetti llevó su primera novela a Roberto Arlt. El mundillo literario cuenta que el autor de El juguete rabioso recibió al entonces futuro autor de Los adioses para revisar su primer manuscrito. Arlt tomó la ópera prima en las manos, leyó la primera página, las partes centrales del libro, y el final. Todo esto frente al joven Onetti, que lo observaba nervioso y Arlt tras hacer su original prueba, dijo que sí lo publicaría, pues con esa lectura era suficiente para saber si la obra era buena.
Quizá se puede hacer algo similar con esta novela de Sándor Márai quien es autor de novelas perfectas como El último encuentro, Divorcio en Buda y brutales como La mujer justa o La amante de Bolzano. Obras que leímos en Occidente de manera tardía, a inicios del 2000 por la censura que sufrió Márai, quien se suicidó a los 88 años, poco antes de la caída del Muro de Berlín. Dato por demás significativo, pues Hungría sufrió la opresión de la Unión Soviética durante la segunda parte del Siglo XX.
Pero volviendo al ejercicio de Arlt con Onetti, podemos tomar El matarife –contando la historia sin arruinarla– y observar el inicio, la mitad y el final de la novela. La obra, de apenas cien páginas, cuenta la historia de Otto.
Todo comienza cuando su madre está embarazada. Es una mujer alemana que trabaja en un circo. La escena es un tanto expresionista, pues su madre es domadora de osos. Son los últimos años del siglo XIX. Se prepara para el acto en el cual la futura madre debe dominar a los osos para, a punta de latigazos, doblegarlos, que abran el hocico y entonces ella pueda meter la cabeza entre las fauces de los osos. Sin embargo, las bestias están nerviosas, viene un latigazo, otro, el oso abre el hocico, la madre introduce la cabeza…
Es el inicio original y potente de la novela. El matarife continúa con la vida de Otto en los inicios del siglo XX, sus estudios y su inclinación a volverse un carnicero que trabaja en un rastro. Un hombre anodino, con sangre fría y con poca capacidad para relacionarse, para tener amigos, para tener novia.
Márai pasa a los años en donde Otto peleó durante la Primera Guerra, cuenta su sangre fría, que lo hace no asustarse con la sangre, de cierta manera es su hábitat, y su valor animal al pelear cuerpo a cuerpo al carecer de empatía.
Mientras leía la novela pensaba en si había una semilla del gran autor futuro. ¿Qué significa ser un gran autor? Cada creador es único en su génesis, en su gestación y consolidación, pero una característica importante son las búsquedas, ¿cuál es la intuición que lleva a redactar una obra, a contar una historia? Porque en las historias humanas habita un significado. En el amor, el desamor, la pérdida, la violencia que se sufre se dibuja una visión de la vida. Una forma única de ver el mundo, eso es un artista. Y en esta primera novela de Márai, ya está ese punto de vista que es capaz de estremecer y deslumbrar.
Sándor Márai, El matarife, Ciudad de México, Salamandra, 2022. 105 páginas.