Gaspard Estrada
Febrero 08, 2023
El pasado domingo los ecuatorianos fueron a las urnas para elegir a sus autoridades locales (alcaldes y gobernadores), así como para pronunciarse sobre un referéndum en materia de seguridad, democracia, instituciones y medioambiente. Los resultados fueron muy claros: los candidatos del oficialismo fueron derrotados. Tanto la capital política, Quito, como el principal pulmón económico del país, Guayaquil, serán gobernados por políticos afines al expresidente Rafael Correa, que construyó una nueva formación política, Renovación Ciudadana (RC). El caso de Guayaquil es particularmente significativo, teniendo en cuenta que esta metrópoli ha sido el bastión tradicional del Partido Social Cristiano (PSC), la principal fuerza política de la derecha ecuatoriana. Luego de más de 30 años al mando de la “Perla del Pacífico”, el PSC deberá entregar las llaves de la ciudad al Correísmo. Buena parte de este resultado electoral se debe a la grave crisis de inseguridad que vive el puerto, que en 2022 fue asolado por una ola de atentados nunca antes visto –incluyendo bombas en las gasolineras. Mientras tanto, la alcaldesa Cynthia Viteri decidió desapegarse de la realidad ciudadana y destacarse por un estilo de vida estrafalario. En este sentido, no es de sorprender que además de las alcaldías, el Correísmo haya ganado también las prefecturas (gubernaturas) en las provincias de Pichincha (sede de la capital), Guayas (donde se encuentra Guayaquil) y Manabí.
Por otro lado, el “No” ganó en todas las preguntas del referéndum planteadas por el presidente Guillermo Lasso: si se podría permitir la extradición de ecuatorianos que hayan cometidos delitos vinculados al crimen organizado trasnacional; darle autonomía a la Fiscalía; reducir el número de parlamentarios; aumentar los requisitos para la creación de partidos políticos; la eliminación de la ley que permite al Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) designar autoridades; la modificación de la forma de designar a los miembros del CPCCS; de proteger la Amazonía; y la idea de que comunidades, pueblos y nacionalidades se beneficiarán de compensaciones estatales si apoyan servicios ambientales. El mensaje es claro: los ciudadanos no votaron por las preguntas por sí mismas, sino en contra de la gestión de Lasso. El plebiscito sirvió para medir la popularidad del mandatario y el resultado fue devastador para el gobierno.
En este sentido, estas elecciones marcan el regreso de Ecuador a la tendencia regional de alternancias de poder. Desde el inicio de la pandemia, los candidatos del oficialismo han sido derrotados en la mayoría de los países latinoamericanos. Así sucedió en México, Argentina, Chile, Colombia, y más recientemente, en Brasil. Pero no fue el caso en 2021, cuando la victoria en segunda vuelta de Guillermo Lasso, un antiguo banquero y miembro del establishment político y económico de Ecuador, frente al delfín del expresidente Rafael Correa, el economista de la UNAM Andrés Arauz, había constituido una sorpresa electoral. Muchos pensaban que tras la débil gestión de Lenin Moreno, que provenía del centro izquierda, pero que gobernó con la derecha, el Correismo podría volver al poder.
No fue el caso en 2021. Pero ahora, tras los resultados del pasado domingo, las cosas están cambiando. Sobre todo, una nueva generación de líderes locales está emergiendo gracias a este ciclo electoral. Sin embargo, las elecciones del pasado domingo confirman otra tendencia (negativa) del ciclo electoral latinoamericano en curso: el de la violencia política. Desde el inicio de la campaña, no menos de 15 atentados violentos fueron cometidos en contra de candidatos. Tres de ellos fueron asesinados. Así, estas elecciones fueron las más violentas jamás registradas en ese país sudamericano. La Organización de Estados Americanos (OEA), que envió una misión de observación electoral para auditar el proceso, denunció estos hechos. Pero para restaurar la paz en tiempos de campaña en América Latina, será necesario algo más que simples palabras.
* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.
Twitter: @Gaspard_Estrada