EL-SUR

Viernes 25 de Octubre de 2024

Guerrero, México

Opinión

El sabor del oro

Abelardo Martín M.

Agosto 13, 2019

Dice el refrán popular que es muy fácil acostumbrarse a lo bueno y el sabor del triunfo es tan agradable que a uno le gustaría mantenerlo siempre, lo que tampoco es posible. Lo que permite valorar y dimensionar el éxito es, precisamente, experimentar el fracaso o la frustración.
Este es sin duda el sabor que nos dejó a los mexicanos el resultado de la participación de los deportistas en los juegos panamericanos que se efectuaron en Perú en las últimas semanas. México quedó en el tercer lugar en “el medallero”, lo que nos reivindica con el triunfo, con el éxito de la delegación mexicana en esta justa deportiva.
Ello ocurrió ahora cuando la resistencia al cambio, el riesgo de mejorar es tan escatimado por quienes, por interés o por temor, se niegan a la posibilidad de que puedan obtenerse resultados diferentes al trabajo colectivo.
Las decenas de medallas de oro, de bronce y de plata obtenidas por el esfuerzo de un grupo de deportistas y entrenadores comprometidos con su vocación y con su trabajo, provocó la alegría y el sacudimiento de las estructuras burocráticas encargadas de la promoción y el desarrollo del deporte.
El sabor del triunfo, del éxito, del deber cumplido nos alegra, nos entusiasma y también compromete a todos en busca del “sí se puede”, que se escatima tanto, en especial al gobierno que empezó hace menos de un año.
Hace ya más de seis meses que el Presidente Andrés Manuel López Obrador hizo suyo el programa de entrega de fertilizantes a los campesinos de Guerrero, pero todavía a estas fechas hay reclamos e inconformidades que se expresan en bloqueos de carreteras y caminos en diversas regiones del estado.
Un recuento oficial registra en los últimos cuatro meses más de ciento treinta eventos, entre bloqueos y manifestaciones, más de uno diario, en protesta por las fallas en la distribución de los agroquímicos.
Durante veinticuatro años en Guerrero ha funcionado un programa local para dar ese apoyo a los agricultores.
Esta vez, el Presidente decidió hacerlo suyo, ejecutarlo como un esquema piloto y, con base en sus resultados, evaluar la posibilidad de extenderlo a todo el país. Hizo el anuncio en Ciudad Altamirano, el 8 de febrero, y tres meses después, el 8 de mayo, el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural lo puso en marcha oficialmente, en Iguala.
El reparto debió haber terminado el 15 de julio, pero por esas fechas se dio a conocer un nuevo plazo que concluía el 6 de agosto. Ya pasó también esa fecha, pero la problemática continúa.
Lo más grave es que el mayor rezago en las entregas se observa en la zona de la Montaña, la más pobre de la entidad. Se dijo también que la meta era llegar a 400 mil productores, pero el alcance ha sido de 330 mil, similar al del año pasado, más otros 30 mil a quienes se les entregó un vale, pero todavía no el producto.
Además de la falta de fertilizante, otras protestas se han realizado porque todo el tipo distribuido es para suelos ácidos, y en el campo guerrerense hay muchas tierras alcalinas a las que no les sirve esa variante. Todo ello ha generado enfrentamientos entre el gobierno local y el federal.
A juicio del gobernador Héctor Astudillo las cosas simplemente se han hecho mal. El Presidente de la República, a su vez, ha atribuido estas protestas y otras de campesinos a nivel nacional, a que los apoyos se están canalizando directamente y no a través de intermediarios para evitar la corrupción y que los recursos no lleguen realmente a los beneficiarios. Incluso, hace unos días ha ofrecido disculpas a la población ante los bloqueos de carreteras y autopistas, pero reiteró que no variará su estrategia de acabar con la corrupción.
Lo cierto es que la idea de entregar fertilizantes a los campesinos suena como una espléndida idea para que puedan mejorar sus siembras, obtener buenas cosechas y generar mejores ingresos. Se hace necesario revisar con detalle cómo se planeó y se hizo la operación para encontrar los pasos a mejorar y lograr una distribución eficiente y oportuna.
En todo el país, atender el campo es una prioridad, actualmente mayor si se pretende recuperar la soberanía alimentaria, como ha planteado el Presidente de la República. En Guerrero esta necesidad es mayor, por un lado por la pobreza y marginación rural en el estado, y por otro para inducir a los productores del campo a dejar cultivos ilícitos y contribuir a incrementar la oferta de alimentos que el país requiere.
El testimonio regalado por los resultados de la delegación mexicana a los Juegos Panamericanos podría trasladarse a todas las demás actividades de la sociedad mexicana, si se trabaja con tesón, disciplina, método y constancia, el resultado se da por sí mismo. No es nada más voluntad, implica trabajo, implica organización, implica decisión de erradicar lo malo y aprovechar lo bueno. En el caso del deporte mexicano se ha buscado sacudir a las estructuras burocráticas tanto de la Comisión Nacional del Deporte, como de las federaciones deportivas de cada especialidad y lograr que trabajen coordinadas en favor de la promoción del deporte. Es mucho, pero es indispensable. Lo mismo tendría que hacerse para resolver los problemas de los sistemas públicos de salud, de educación y de crecimiento, tan deteriorados y desgastados por el tiempo, pero sobre todo por la corrupción, el abandono y la inexistencia de un proyecto claro para beneficio de quienes han sufrido el rezago y la marginación, o sea los pobres. Bienvenido el sabor del oro, de la plata y del cobre, es decir, la experiencia del triunfo, del éxito.