EL-SUR

Jueves 25 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

El significado político de la visita de Alberto Fernández a México

Gaspard Estrada

Noviembre 06, 2019

El pasado lunes el presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, sostuvo una reunión y un almuerzo con el presidente Andrés Manuel López Obrador, el canciller Marcelo Ebrard y el jefe de la oficina de la Presidencia de la República, Alfonso Romo. Se trata de un encuentro políticamente muy significativo, tanto en la forma como en el fondo. En efecto, Alberto Fernández fue electo hace poco más de una semana, y decidió no esperar para viajar a México, en vez de dirigirse a Brasilia, como ha sido la tradición diplomática de ese país. A raíz de la llegada al poder de Jair Bolsonaro, sin embargo, la relación bilateral entre Brasilia y Buenos Aires ha pasado por una serie de sobresaltos. En primer lugar, el ministro de Economía de Bolsonaro, Paulo Guedes, afirmó el día de la toma de posesión del jefe del ejecutivo brasileño que la relación con Argentina no sería prioritaria para Brasil. Sin embargo, dado la intensidad de las relaciones políticas como económicas, el ministro tuvo que dar marcha atrás. Unos meses después, el gobierno del presidente Mauricio Macri se aproximó a su contraparte brasileña, con el objetivo de conseguir firmar un acuerdo político con la Comisión Europea para hacer realidad el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur, cuya negociación se venía arrastrando desde hace dos décadas. Para ello, los negociadores suramericanos estuvieron dispuestos a ceder en varios aspectos importantes de la negociación, tanto con la apertura del sector de manufacturas y de servicios en el seno del Mercosur, como en el volumen de exportaciones de materias primas (en particular, de carne, jugos y soya) a la Unión Europea. Estas decisiones fueron criticadas en su momento por el entonces candidato Alberto Fernández. A raíz de este posicionamiento, este último recibió el respaldo de una parte importante del empresariado argentino, que se había sentido sacrificado por Macri en aras de generarle una victoria política al presidente que buscaba su reelección en ese momento.
Sin embargo, más allá de la problemática económica, las fricciones entre Argentina y Brasil son políticas. Alberto Fernández fue jefe de gabinete de Néstor Kirchner cuando este último era presidente de Argentina. El homólogo de Kirchner era Luis Inácio Lula da Silva, y por ende las relaciones que tenía Fernández con el jefe de Estado brasileño eran fluidas. Cuando en abril del 2018, el ex presidente Lula es encarcelado, Alberto Fernández queda escandalizado por esta situación. Al ser un antiguo profesor de derecho constitucional en la Universidad de Buenos Aires, Fernández sabía que el juicio y la condena del fundador del Partido de los Trabajadores (PT) fueron claramente ilegales e inmorales. Por ende, Alberto Fernández realizó gestiones para obtener que el papa Francisco recibiese una delegación de personalidades latinoamericanas para hablar del caso Lula. A mediados de agosto de ese año, Fernández fue recibido en Roma por el Papa, junto al ex canciller de Brasil Celso Amorim y el ex senador chileno Carlos Ominami. Es por esta razón que el día de su elección, Alberto Fernández abogó por la liberación de Lula, lo que provocó una respuesta ríspida de su homólogo brasileño.
Ante esta tensión bilateral, el acercamiento con México se volvió una evidencia para el nuevo gobierno argentino. En este momento de incertidumbre regional, la voluntad de acercar a las dos principales potencias progresistas de América Latina tiene sentido. Sin embargo, todavía no queda claro si esta voluntad se traducirá en actos políticos capaces de reorientar la política regional. Por un lado, el presidente López Obrador ha dejado claro que no dará importancia durante su mandato a la diplomacia presidencial. Por el otro, Argentina vive inmersa en una grave crisis económica fruto de la desastrosa política de endeudamiento externo impulsada por Mauricio Macri. De tal manera que la prioridad del nuevo gobierno argentino será reactivar la economía. Sin embargo, si esta iniciativa prospera, sin duda tendrá una relevancia política internacional. Esperemos que así sea.

Twitter: @Gaspard_Estrada

* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.