EL-SUR

Viernes 01 de Diciembre de 2023

Guerrero, México

Opinión

El tiempo vuela, los retos persisten

Abelardo Martín M.

Noviembre 08, 2016

Las campañas benefactoras de “ver bien, para vivir mejor” que promueven distintas organizaciones que dotan de anteojos a los niños y ancianos, principalmente, con afectaciones del sentido de la vista, debieran incluir a casi todos los gobernantes que están convencidos de una “realidad” totalmente ajena a la mayoría de sus gobernados.
La objetividad y el buen juicio siempre llegan después de la humildad, que no implica miseria como muchos se equivocan, sino que permite estar en y ver la realidad tal cual es. Obvio es que la humildad es un atributo ajeno a casi todos los gobernantes que hacen su trabajo en la búsqueda no sólo del reconocimiento, sino que esperan el aplauso popular. Por eso son presa fácil de publicistas sin escrúpulos que se ofrecen como estrategas de la comunicación política, a la que ven, casi siempre, como una campaña publicitaria que reparta dinero sin ton ni son. Se pretende gobernar a repetición de spots que hablen de “resultados”. Los países civilizados optan por la difusión constante de información para todo tipo de medios, no sólo para la televisión o los que estén de moda.
Todo es relativo, advierte el dicho popular y todo se ve por el color del cristal con que se mire. Es cierto, pero hablar de gobernabilidad donde el deterioro político, económico y social es contundente, es luchar contra quien nadie puede: la realidad.
Un año después de tomar posesión como gobernador del estado, Héctor Astudillo Flores pudo presentar su primer Informe de Gobierno ante el Congreso local. El logro es digno de consideración, no es menor, si bien tuvo que hacerlo en una sede rodeada por centenares de policías, como hace doce meses atrás, cuando rindió protesta con un dispositivo de seguridad en el cual participaron incluso soldados disfrazados de civiles.
No obstante, el gobernador se mostró optimista. Desde luego, ocurre así casi siempre con cualquier autoridad que deba justificar los resultados de su gestión. Pero en Guerrero, con todos sus problemas, es más notable.
Dice el mandatario que en un año ha logrado recuperar la gobernabilidad, y que ahora su reto es tener de nuevo la confianza de los ciudadanos.
En el contraste del ahora y el después, su informe acusa que recibió un gobierno “prácticamente en la quiebra”. No es sólo la afirmación de don Héctor. Cabe recordar que su efímero antecesor, Rogelio Ortega, llegó a plantear como disyuntiva en el estado declarar precisamente la bancarrota del gobierno o adelantar unos meses la entrega del poder.
Ahora Guerrero no tiene ya un problema de deuda, asevera el discurso, aunque sus propias cifras no dan lugar a la celebración. Algo es algo hay que aceptar, pero como que esa ligera mengua no es suficiente para pasar de la amenaza de insolvencia y menos cuando la mejoría es resultado de apoyos extraordinarios del gobierno federal que Astudillo recibió al arrancar su periodo, y que no podrán repetirse cada ejercicio, lo que desde ahora plantea la urgencia de que la entidad genere por lo menos una parte sustantiva de los recursos que requiere.
En el conflicto con la CNTE, el gobernador también preconiza una distensión que ejemplifica: “Hoy los maestros están en las aulas y no en las calles”, si bien sólo recientemente pudo liberarse el zócalo de Chilpancingo y las oficinas de la Secretaría de Educación, que estaban en manos de los profesores descontentos desde antes de que él asumiera su cargo.
En materia de seguridad ofrece datos que apuntan a la disminución de asesinatos y secuestros en la entidad, la más notable en Acapulco por la dimensión del puerto y la magnitud del descenso de la violencia, y la detención de decenas de delincuentes. No obstante, aquí particularmente sus cifras chocan con las de otras fuentes, que no advierten mengua alguna, sino incluso un incremento de los llamados delitos de alto impacto.
En la economía pudo referirse a inversiones y estrategias de reactivación en diversas actividades, entre ellas la minería y el turismo.
Ya no mencionó, en cambio, el polémico tema de la legalización de la amapola para usos médicos, sobre lo cual ha argumentado últimamente que deberá esperar a que el Congreso de la Unión haga lo propio sobre la mariguana.
Así que para el futuro, la interrogante es si como él mismo aprecia, Astudillo podrá recuperar la confianza ciudadana, que tal vez no percibe tantos avances como nos cuenta, y si logra apoyo en los tres frentes que ha definido para hacer avanzar al estado: recuperar plenamente la seguridad, convertirse en un estado de avanzada en materia de trasparencia y combate a la corrupción y mejorar la política social que abata la pobreza y la desigualdad.
Ojalá que lo logre, y que Guerrero salga del desastre en el que ha estado sumido durante décadas.
Se avanza, sin duda. Podría decirse que hay gobierno, ausente o disminuido durante mucho tiempo, pero no gobernabilidad, pues subsiste la inseguridad, el deterioro económico, el crimen organizado, el narcotráfico, escuelas sin maestros o planteles sin recursos. Todo depende, a fin de cuentas, de qué gobernabilidad se esté hablando. Si es la del spot, entonces pudiera ser que sí.