Marcial Rodríguez Saldaña
Abril 27, 2017
Este domingo 23 de abril se realizó en Francia la elección presidencial, cuyos resultados generalmente previstos con acierto por las empresas encuestadoras marcan una ruptura con el sistema de los partidos tradicionales y con el modelo de alternancia del poder en la Quinta República entre los partidarios del general Charles de Gaulle –líder de la resistencia en la Segunda Guerra Mundial, de derecha republicana europea– y el Partido Socialista Francés, en el marco de las instituciones públicas aprobadas en la Constitución de 1958 y sus reformas posteriores.
1.- Los excesos del poder que cometió el rey de Francia Luis XVI a fines del siglo XVIII, desencadenaron la revolución francesa que lo condujo a su decapitación y así se terminó con una monarquía absoluta para dar paso a la forma de gobierno republicana y a la promulgación de la gloriosa Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano en 1789 bajo la bandera de la libertad, igualdad y fraternidad, cuyo contenido logró una enorme influencia en todo el orbe en la proclamación de los derechos humanos. Luego vino la instauración del imperio de Napoleón en 1799 y posteriormente durante el siglo XIX osciló entre la restauración de la monarquía, el imperio y la república que se extendió a las épocas de la Primera y Segunda Guerra Mundial.
2.- Las instituciones políticas francesas de la segunda posguerra se fueron estableciendo progresivamente, primero el régimen presidencial de elección indirecta, luego mediante referéndum en 1962 se incorporó el método de elección directa que antecedió a lo que Maurice Duverger acertadamente en una obra extraordinaria publicada en 1986 por Presses Universitaires de France denominó régimen semi-presidencial, el cual combina el clásico sistema parlamentario europeo con el presidencial americano, en una fórmula de equilibrio entre parlamentarismo y presidencialismo. En los matices de este régimen de gobierno, cuando el partido político del presidente de la República gana la mayoría en el Parlamento –Asamblea Nacional– se configura el semi-presidencialismo y cuando la oposición –partido o coalición– gana la mayoría en el Parlamento se denomina régimen semi-parlamentario, dando lugar a la cohabitación política, en donde gobiernan dos partidos distintos. uno desde la Presidencia de la República y otro desde el Parlamento.
3.- En cuanto al sistema electoral para la elección del presidente de la República, Francia ha sido el creador de la segunda vuelta electoral con el objetivo de que quien asuma la jefatura del Estado esté dotado de plena legitimidad, ya que para resultar electo se requiere recibir al menos la mitad más uno de los votos, a diferencia del sistema electoral de Inglaterra de mayoría relativa –para elegir a los miembros de la Cámara de los Comunes, diputados– en donde sólo se requiere obtener más votos que los demás contendientes para ganar un escaño. Este modelo surgió en Francia desde 1852 y más tarde fue reasumido y consolidado a partir de la Constitución de 1958, el cual fue adoptado en otros países del mundo –entre ellos los latinoamericanos– bajo diversas modalidades. Hay que precisar que la segunda vuelta electoral en los países que la han aplicado lo han hecho como parte de su sistema electoral estructural y no al calor de una coyuntura electoral específica que tenga como único objetivo cerrarle el paso a alguno de los posibles contendientes presidenciales.
4.- Después de la Segunda Guerra Mundial y particularmente a partir de las elecciones en el marco de la Constitución francesa de 1958, los partidos de derecha republicana herederos del líder Charles de Gaulle se habían alternado en el poder con el Partido Socialista, cuyo máximo exponente fue François Mitterrand quien fue presidente de la República 14 años –de 1981 a 1995– dos periodos, ya que en esa época el mandato presidencial era de siete años, el cual en el año 2000 fue reducido mediante referéndum a cinco años y se mantuvo la reelección consecutiva. Sin embargo, esta elección presidencial del 2017 ha modificado la competencia política francesa, debido a que los dos partidos tradicionales –republicano-gaulllista y socialista– fueron desplazados de la segunda vuelta electoral por un candidato de centro neoliberal Emmanuel Macron, quien fue militante del Partido Socialista y formó parte del actual gobierno del presidente François Hollande, pero se desligó de éste declarando que no es ni de izquierda ni de derecha, para postularse como candidato independiente y por la candidata Marie Le Pen del Frente Nacional fundado por su padre Jean Marie Le Pen, caracterizado como de ultraderecha.
5.- La falta de resultados del gobierno de François Hollande del Partido Socialista, los hechos de corrupción del candidato del partido de derecha republicana François Fillon y los actos terroristas de los últimos años desataron una irritación social electoral que llevó a que Macron obtuviera el primer lugar con un 24.01 por ciento de los votos y Marie Le Pen el segundo lugar con el 21.30 por ciento, quedando eliminados el candidato Fillon quien obtuvo el 20.01 por ciento, Jean-Luc Melenchon de tradición de izquierda radical quien recibió el 19.58 por ciento, el candidato del Partido Socialista Benoît Hamon logró el 6.36 por ciento y los demás participantes –seis de once– obtuvieron menos del 5 por ciento. Las diferencias entre los candidatos que van a la segunda vuelta se pueden sintetizar en que Macron es un técnico neoliberal partidario de mantener a Francia en la Unión Europea, mientras que Marie Le Pen es contraria a la integración con Europa y proclive a una política racista, anti migrante, xenófoba y anti islamista. Estas distintas posturas han hecho que los líderes, militantes de los partidos tradicionales que han sido adversarios históricos –gaullista y socialista, además de la mayoría de los simpatizantes de izquierda– se unan en contra de Marie Le Pen, llamando a votar por Macron, a quien las encuestas ubican como ganador en la segunda vuelta que se realizará el próximo 7 de mayo.
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