EL-SUR

Sábado 04 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Opinión

Emisarios del pasado hacen de las suyas

Juan Angulo Osorio

Noviembre 24, 2005

EL FIN Y LOS MEDIOS

Dos ejemplos de la hora nos permitirán ilustrar la contradicción que existe entre el fin expresado en el lema de campaña del gobernador Zeferino Torreblanca –Gurrero será mejor– y los medios para conseguirlo: un gabinete y una estructura gubernamental en que abundan representantes del pasado de autoritarismo, corrupción y de negocios que crecen al amparo del poder público.

El primero se presenta de un modo epistolar, mediante una carta del director general de El Sur a la directora general del Instituto Guerrerense de la Cultura.

  1. Laura Lopezvictoria

Directora general del Instituto Guerrerense de la Cultura

Estimada Laura:

El pasado lunes recibí vía fax una carta tuya en la que aclarabas que era incorrecta la fecha límite que publicamos para recibir trabajos del Primer Concurso Nacional de Novela y Poesía Ignacio Manuel Altamirano.

En la parte superior de la comunicación se lee que el fax fue enviado desde el Centro Cultural Taxco, del teléfono 6226617, el 21 noviembre de 2005 a las 2.33 de la tarde.

De inmediato ordené que la carta apareciera publicada al día siguiente en la sección de Cultura.

Sin embargo, el responsable de la misma decidió, sin consultarme, que era suficiente con hacer la aclaración en el texto mismo de la convocatoria que se venía publicando en la Cartelera desde principios de octubre, con el error que ustedes mismos apenas encontraron este lunes. Pero Juan Carlos Moctezuma no se cercioró de que ese cambio ordenado se hiciese y al siguiente día volvió a publicarse la fecha incorrecta.

Por la publicación en El Sol de Acapulco de un grosero desplegado contra nosotros firmado por la Dirección a tu cargo parece que te han hecho creer que en todo esto hubo dolo y mala fe de nuestra parte y no una evidente deficiencia profesional.

Te lo digo porque este martes el director de Comunicación Social del gobierno del estado, César Bajos, intentó comunicarse con nuestro coordinador de Información Ricardo Castillo, seguramente para tratar el tema. La comunicación la logró el subdirector Manuel Nava, quien le dijo a Ricardo que “el fin de semana” se mandó una carta aclaratoria y preguntaba porqué no se publicaba.

La carta no la recibimos sino hasta el lunes, y ya te informé el (mal) curso que tuvo, y por ello te ofrezco disculpas.

Me preocupa sin embargo que pretendan hacerte creer que nuestra postura crítica hacia el gobierno de Zeferino Torreblanca la llevamos al extremo de actuar con dolo, tergiversar la información o manipularla. El origen de nuestras críticas hacia Zeferino tiene mucho que ver con su decisión de dejar en cargos delicados a personajes que fueron ajenos, si no contrarios, al movimiento cívico que el ahora gobernador encabezó desde principios de la década de los 90 en Acapulco.

Uno de ellos es su director de Comunicación Social César Bajos, quien incursionó en la política como parte de una maniobra del ex gobernador René Juárez Cisneros para demostrar que no todos los empresarios estaban con Zeferino, y que tan no lo estaban que un amigo de éste desde su infancia pertenecía ya orgullosamente a las filas del PRI.

César Bajos cree que todos los periodistas somos corruptos, que lo único que queremos es dinero y que nuestras críticas al gobernador son un chantaje. Este señor es el mismo que ha pedido a los editores que “hagan méritos” con el gobernador para recuperar los convenios.

¿Qué tiene que ver un personaje con ese perfil en un gobierno que se quiere democrático? ¿Podrá contribuirse desde el gobierno a la modernización de los medios con un responsable de esa área tan limitado y más apropiado para los viejos tiempos del autoritarismo del PRI?

Nos sentimos muy molestos con el mencionado desplegado que se publicó con la firma de la dependencia que diriges. Como César Bajos es el menos indicado para dar clases de profesionalismo periodístico, entendemos esa comunicación como un intento de desprestigiar el trabajo de El Sur para, de ese modo, descalificar las críticas que aquí hacemos al gobierno del estado.

Tú ya sabes que no nos dejaremos intimidar.

Me despido con un abrazo. Tu amigo.

 

Juan Angulo Osorio

Director general de El Sur

 

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El segundo ejemplo es el comportamiento del secretario de Fomento Turístico, Ernesto Rodríguez Escalona, y del propio gobernador Torreblanca en el caso de un negocio privado presentado como parte de las acciones estratégicas en materia de turismo, actividad que un día sí y otro también es reivindicada como la más importante de Guerrero por el Ejecutivo del estado.

Repasemos la historia. La Secretaría de Fomento Turístico distribuyó invitaciones formales a representantes de diversos sectores de la sociedad para que asistieran a la presentación de proyectos estratégicos del gobierno del estado en la materia. La cita se fijó para el sábado pasado en el Centro de Convenciones de Acapulco.

Allí, ante el secretario federal de Turismo, Rodolfo Elizondo, se presentaron tres proyectos, uno de ellos el “centro gastronómico y cultural El Jaguar”.

De los otros dos, que efectivamente son proyectos, –la remodelación del Centro de Convenciones y el rescate de la zona arqueológica de Tehualco– se dio información amplia, incluso con videos, no así del “centro gastronómico y cultural”.

Si se estaba hablando de proyectos, cualquiera pudo haber concluido que se trataba de una obra por hacer, y que se refería a la construcción de un área de restaurantes con espacios para la exposición de trabajos de artistas de Guerrero y la presentación de espectáculos de música, danza y teatro.

Pero no. Se trata del negocio de un particular que sería inaugurado ese mismo sábado por el gobernador y su secretario del turismo.

Ahora se pretende decir que aquí en El Sur exageramos y que sólo vemos “moros con trinchete”. Pero no fue en estas páginas donde se le dio relevancia al hecho, sino en un acto oficial que, a mayor abudamiento, fue reseñado en el boletín de prensa 693-05 de Comunicación Social del gobierno del estado, que fue titulado Anuncia Zeferino Torreblanca acciones importantes en apoyo a la actividad turística de Guerrero.

Una de ellas, según se lee en el segundo párrafo, es “la inauguración del primer centro gastronómico y cultural El Jaguar”, del cual no se dice una palabra más.

Que el gobierno del estado daba una gran relevancia al acto del sábado se demuestra en el mismo boletín donde aparecen expresiones como “la importancia de mostrar al resto del mundo” que Acapulco y Guerrero no son solamente “playas, clima, belleza y atención”, y otras del Ejecutivo del estado que caracterizaron el acto como “el punto de partida, el banderazo para decir: todos en Guerrero vamos a entrarle al turismo, porque Guerrero es más fuerte que cualquiera de sus circunstancias, porque este México lo merece”.

Por eso llama la atención ahora la incapacidad de Torreblanca y Rodríguez para aceptar que se cometió un error. Del primero, que viene de la cultura de simulación del PRI no extraña; pero sí de un gobernador que ha preconizado la necesidad de una nueva forma de hacer política en el estado.

Al final, ambos se unen a los políticos a la vieja usanza que suponen que reconocer un error es peor que cometerlo.

Lo que se cuestiona es la promoción vergonzante y por la puerta de atrás, sin decirlo abiertamente, del negocio de un particular. Nadie se opondría a que el gobierno del estado apoye a empresarios que compraran productos del campo guerrerense para sus hoteles y restaurantes; a centros comerciales que le dieran prioridad al café guerrerense, por mencionar sólo dos muy claros ejemplos. Tampoco nadie se opondría a que el gobierno del estado apoye a empresarios interesados en promover las actividades culturales del estado. Pero no es el caso de El Jaguar, que en su propia propaganda se presenta como un simple “restaurant bar”.

Y no hablamos del talante político de Fernando Álvarez, el dueño del establecimiento, un empresario que formó parte del grupo que, en una madrugada de febrero de 1999, irrumpió en la sede del Consejo Estatal Electoral acompañando al priísta René Juárez Cisneros a recibir la constancia de mayoría que lo acreditaba como gobernador electo del estado.

César Bajos, Ernesto Rodríguez y Fernando Álvarez, en el centro de la toma de decisiones al viejo estilo. Y a propósito, ¿por quién votarán en las elecciones presidenciales de 2006? (Redacción).