EL-SUR

Lunes 14 de Octubre de 2024

Guerrero, México

Opinión

En Brasil, un gobierno de políticos para políticos

Gaspard Estrada

Mayo 18, 2016

A raíz del voto de los senadores la semana pasada, Dilma Rousseff ha sido separada del cargo de presidenta de Brasil, a pesar de mantener las prerrogativas ligadas a su investidura, por una duración de 180 días. Michel Temer, presidente honorífico del Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB) y actual vicepresidente, asumió el jueves pasado como presidente interino. Desde entonces, no ha pasado un día sin que el nuevo gobierno sufra críticas en la opinión pública. ¿Qué podemos esperar de este gobierno Temer?
En primer lugar, quedan claras las diferencias de orientación política entre un gobierno y otro. Si bien Dilma Rousseff intentó poner en práctica una política de ajuste económico, representada por la figura del ex ministro de Finanzas Joaquim Levy (hoy director financiero del Banco Mundial), el gobierno mantuvo una política de apoyo al aumento del salario mínimo, por ejemplo. Hoy en día, el nuevo ministro de Finanzas, Henrique Meirelles, busca aprobar en el Congreso reformas a las pensiones, al tiempo que el ministro de Desarrollo Social, Osmar Terra, dijo que los programas sociales lanzados por Lula y Dilma Rousseff serían auditados, en previsión de una disminución de al menos 10 por ciento de su presupuesto en el corto plazo. En el plano de la salud pública, el ministro de Salud, Ricardo Barros, dijo que las “iglesias tendrán que estar asociadas al debate público sobre el aborto”. Si bien los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT) nunca asumieron la bandera de la despenalización del aborto, tampoco promovieron la agenda de las iglesias en favor de la criminalización del aborto. Es probable que esta agenda prospere en un eventual gobierno de Michel Temer, en el caso en el que se mantenga en el poder hasta diciembre del 2018.
En segundo lugar, además del asunto de las políticas públicas defendidas por este nuevo gobierno, la composición del gabinete de Michel Temer refleja la diferencia de ángulo entre los dos gobiernos frente al Congreso. El gabinete del presidente interino tiene dos principales objetivos políticos: el primero es agradecer a los partidos que apoyaron la apertura del proceso de destitución de la presidenta, y el segundo es asegurarse de tener una mayoría sólida en ambas Cámaras. Desde ese punto de vista, la mayoría de los partidos del llamado “centrão” (término acuñado durante el proceso de redacción de la Constitución de 1988, que caracteriza a los partidos sin ideología determinada, y que sobretodo buscan ocupar espacios en la maquinaria del Estado) fueron contemplados para espacios ministeriales. Sin embargo, el gran ausente de este acuerdo político fue la opinión pública, y de manera particular, el pueblo brasileño. No solamente ninguna mujer fue nombrada ministra, sino que no hay negros en el gabinete, y ministerios tan importantes como el de Cultura o Derechos Humanos perdieron el estatus ministerial. Desde entonces, una buena parte de la sociedad civil organizada se ha movilizado, y ha criticado fuertemente estas decisiones, ya sea dentro de Brasil o en el exterior. Ayer, la alfombra roja del Festival de Cannes fue el teatro de una protesta de cineastas brasileños que denunciaron el golpe de Estado perpetrado por la clase política brasileña contra Dilma Rousseff. Esa manifestación es el reflejo del repudio que se ha dado en Brasil hacia el gobierno de Michel Temer: un gobierno de políticos para políticos, y no para la sociedad.
El principal problema de este diseño reside en la falta de legitimidad política para impulsar la agenda propuesta por el gobierno. Sin un mandato político claro, y sin el respaldo de las urnas, es muy difícil sustentarse en el poder, a pesar de contar con el apoyo de los congresistas. Hoy en día, más del 60 por ciento de los brasileños quisieran que Temer renunciara, y si las elecciones fuesen hoy, solo 3 por ciento votaría por él. De ahí las dudas que surgen sobre este interinato.
* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.

Twitter: @Gaspard_Estrada